UNIVERSIDAD ESTATAL DE SAN PETERSBURGO
Facultad de Filología
Departamento de idiomas romances
Dergach Alena Aleksandrovna
Particularidades de traducción de los marcadores
culturales – nahuatlismos en la prosa mexicana de la
segunda mitad del siglo XX al ruso.
Tesis de Maestría para recibir el título de Máster en Lingüística
Directora de tesis: Doctora en Pedagogía,
VOIKU OLGA K.
Recensora: Doctora en Pedagogía,
ANISINA NATALIA V.
San Petersburgo
2017
Contenido
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Introducción
Urgando en la historia de México, a ninguno se le escapa el hecho de que
este país es un crisol donde se funden culturas, razas e idiomas. Tal diversidad
viene desgarrando México en contradicciones desde hace el siglo XVI. No deja de
fascinar la imagen de un gran imperio presidido por Moctezuma que cayó vencido,
atormentado por enfermedades y armas de conquistadores. Sin embargo, los
antiguos aztecas no desaparecieron sin dejar huella. La actual población de los
pueblos nahuas, sus directos descendientes, cuenta con alrededor de 2.700.000
habitantes. Su idioma, el náhuatl, impregnó el español hablado en México con
denominaciones de flora, fauna, objetos de vida cotidiana y otros. Los
nahuatlismos incluso penetraron en otras idiomas del mundo, incluyendo nuestra
lengua materna, el ruso.
Con este trabajo rendimos tributo a nuestra fascinación por el español
mexicano, la cultura y la literatura de este país. Con el deseo de hacerlas llegar
intactas a nuestras compatriotas, que tienen acceso a este riquísimo mundo
solamente a través de la literatura traducida, emprendemos el presente estudio.
La actualidad del tema reside en la ausencia de traducciones al ruso de
muchas obras claves de la literatura mexicana de la segunda mitad del siglo XX.
Entre ellos lamentamos ver la novela Balún Canán y el libro de cuentos Ciudad
Real de Rosario Castellanos, muy apreciados en México. Es necesario entender las
dificultades que presentan los nahuatlismos a la hora de traducirlos al ruso ya que,
como regla, transmiten el colorido local y sumergen al lector en el mundo
mexicano. Analizando las traducciones existentes y compartiendo experiencia
podemos elaborar una táctica óptima.
El material de estudio se compone de varias obras de autores mexicanos
publicadas a lo largo de la segunda mitad del siglo XX: son la novela Pedro
Páramo (1955) y la recopilación de cuentos El llano en llamas (1953) de Juan
Rulfo, la novela Oficio de tinieblas (1962) de Rosario Castellanos, la novela El
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gringo viejo (1985) y varios relatos cortos (1954-1962) de Carlos Fuentes. Sus
respectivas traducciones al ruso son: “Педро Парамо. Равнина в огне” (перевод
П. Глазовой), “Молитва во тьме” (перевод М. Абезгауз), “Старый
гринго” (перевод М. Былинкиной).
El objetivo de nuestra investigación es, por lo tanto, analizar las traducciones
de nahuatlismos que aparecen en dichas obras al ruso con el fin de poner al
descubierto las estrategias utilizadas por las traductoras, entender las
particularidades de cada una, los errores, pero también los aciertos que cada una de
estas traducciones encierra. Para cumplir nuestro objetivo nos propusimos algunas
tareas concretas:
- Determinar de qué manera y hasta qué punto el sustrato, la lengua de los
antiguos mexicanos el náhuatl, influjo la variante nacional del español
utilizada en México.
- Realizar un breve recorrido por la literatura mexicana de la corriente
indigenista de la segunda mitad del siglo XX, justificando la elección del
libro de cuentos El llano en llamas y las novelas Pedro Páramo, Oficio de
tinieblas y El Gringo Viejo como material de estudio.
- Hacer la distinción entre la traducción semántica y comunicativa, estudiar
varias técnicas de traducción y poner en evidencia las características de una
traducción adecuada.
- Determinar qué son las unidades léxicas sin equivalentes, mostrar la
diversidad de enfoques de su estudio, justificar la elección del término
“Marcador Cultural” para designar a los nahuatlismos que son el objeto de
nuestra investigación.
- Dar una detallada descripción de las posibles estrategias de traducción de los
marcadores culturales.
- Analizar los ejemplos de traducción de nahuatlismos en las obras Педро
Парамо, Равнина в Огне (переводы П. Глазовой), Молитва во тьме
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(перевод М. Абезгауз), Старый гринго (перевод М. Былинкиной)
indicando las estrategias utilizadas por las traductoras.
Base metodológica. No son pocos los lingüístas que se interesaron por las
peculiaridades de la variante nacional del español hablada en México.
Consideramos que el español de México es una variante nacional porque cumple
las funciones propias de una variante nacional: goza del estatus oficial, tiene una
propia norma literaria y especificidad linguoculturológica, es el idioma materno
para la mayoría total de habitantes que atiende todo el volúmen de funciones
sociales [Фирсова: 2000, 19-20].
Entre los estudiosos mexicanos y españoles se destacan Pedro Henríquez
Ureña, Alonso Zamora Vicente, José Ignacio Dávila Garibi, Juan Miguel Lope
Blanch, José G. Moreno de Alba. De gran ayuda metodológica nos sirvieron los
trabajos de investigadores rusos como N.M. Firsova, O.S. Chesnokova, G.V.
Stepanov, S.A. Yakovleva, N.A. Gostemilova, V.S. Vinogradov. Queremos
subrayar aparte la importancia de Ivanov A.O. cuyo tratamiento del léxico sin
equivalentes y las estrategias de traducción nos señaló el camino para el análisis de
ejemplos.
Nuestra investigación se compone de contenido, introducción, cuatro
capítulos, dos de ellos teóricos y dos prácticos, y conclusión.
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CAPÍTULO 1. El sustrato náhuatl en el español de México
1.1. Contexto histórico
Los aztecas o mexicas, la civilización dominante en Mesoamérica en los
siglos XV y XVI, hablaban una variante del idioma denominado náhuatl (el
náhuatl clásico); esta fue una de las principales lenguas indígenas de contacto que
tuvo la lengua española a partir de la Conquista. La labor de los misioneros y
cronistas al estar convencidos de la importancia de hablar el idioma del pueblo
conquistado a fin de evangelizarlo mejor, contribuyó a la continuidad del náhuatl y
al contacto entre las dos lenguas. Hoy la familia náhuatl es la que posee más
hablantes de todas las lenguas indígenas de México: más de un millón y medio,
distribuidos en la Ciudad de México y los estados de Durango, Guerrero, México,
Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Tabasco, Tlaxcala y
Veracruz [Rodriguez Valle, 175].
Aparentemente, para la Real Academia Española vienen a ser sinónimos los
vocablos mexicano, nahua o náhuatl y azteca para designar la lengua de los
antiguos mexicanos. Así queda consignado en las respectivas entradas del
Diccionario. En la cuarta acepción de mexicano puede leerse: “náhuatl (lengua)”;
en la cuarta y quinta de azteca: “náhuatl (perteneciente a la lengua náhuatl)” y
“náhuatl (lengua)” como adjetivo y sustantivo respectivamente.
Independientemente de que quizá, en el habla común, sean efectivamente
sinónimos, en la opinión de José G. Moreno de Alba, un influyente filólogo e
investigador mexicano, convendría que el Diccionario, en las etimologías
correspondientes, se refiera solo al náhuatl, ya que técnicamente así es designada
la lengua de los antiguos mexicanos por los lingüístas, pues azteca más que a la
lengua se aplica al pueblo (y al individuo) que ejercía dominio en el Valle de
México cuando empezó la conquista española. Mexicano, por su parte, significa
ante todo, en el español contemporáneo, «natural de México» o «perteneciente o
relativo a esta república de América» [Moreno de Alba, 41].
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La abundancia de las palabras náhuatl es el rasgo distinctivo de la lengua
española en México. Cabe destacar que están extendidos por todo el país mientras
que en otras partes del continente americano las palabras indígenas, como regla,
gozan de un uso más limitado, regional.
Numerosas voces nahuas fueron trasladadas al español por necesidad.
Cuando los españoles desembarcaron en el Nuevo Mundo se encontraron en un
ambiente cultural y geográfico desconocido al cual debían nombrar; para ello se
valieron de la comparación con lo conocido, de la descripción y, finalmente, de la
adopción de la palabra indígena. Esos vocablos se popularizaron rápidamente;
empero, para llegar a la forma que actualmente tienen, sufrieron aféresis, síncopa,
apócope y metátesis [Dávila Garibi, 148].
El español se nutrió de mexicanismos, de palabras del náhuatl que se fueron
castellanizando y que se transcribieron siguiendo las grafías en uso en el siglo
XVI. En los sustantivos comunes, hubo un gran número de ellos que fueron
adaptados de acuerdo con la índole del idioma castellano y la ley del menor
esfuerzo: metatl, otatl, petlatl, etc., dieron: metate, otate y petate, porque la
africativa tl no se emplea en posición final en ningún vocablo. Lo mismo sucedió
con la terminación - li en atolli, pinolli, pozolli, chilli que se transformaron en
atole, pinole, pozole, chile.
“La influencia indígena es tan tangible en el español de hoy que no
podríamos entenderlo sin ella” [Sánchez Lobato, 558]. Sin embargo, Juan M. Lope
Blanch considera que resulta arriesgado otorgar demasiada importancia a esa
fuerza del sustrato. Si bien en el terreno léxico su influencia es innegable – aunque
ya decadente y aunque afecte solo a la capa más superficial del idioma –, en el
dominio de lo gramatical apenas se ha dejado sentir [Lope Blanch: 1983, 25].
José G. Moreno de Alba comparte esta opinion: “Sabemos que la influencia
del sustrato indígena en el español general, americano o regional es
particularmente perceptible en el léxico y casi inexistente en otros niveles, esto es
que el vocabulario hispánico se enriqueció con términos procedentes de las lengua
amerindias, no así la fonología ni la gramática” [Moreno de Alba, 414].
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1.2. Influencia del náhuatl en el español mexicano general
A) En el sector fonológico: Es mínima. Tal vez el único caso sea el fonema
prepalatal fricativo sordo /š/ en un número muy reducido de voces nahuas: xixi
[šíši] ‘especie de jabón vegetal’, xales [šáles] ‘zurrapas’, xoxa [šóša] ‘cierta
enfermedad de la piel’, y alguna más.
B) En el dominio fonético: Muy escasa. El sonido dentoalveolar africado
sordo [ŝ] -tz-,
que aparece solo en la palabra quetzal y en la onomástica
(Coatzacoalcos, Quetzalcóatl). Y la peculiar articulación de la secuencia
consonántica -tl- con t explosiva y l licuante (ix-tle, a-tlas) como solución
castellana del fonema nahua lateral sordo /ɭ/.
C) En el nivel morfosintáctico: Únicamente el sufijo –eco, procedente del
náhuatl –écatl, como formador de gentilicios (yucateco, guatemalteco,
chiapaneca), pero no como designador de defectos (patuleco, bireco).
Actualmente, además, este sufijo –eco ha dejado de ser formativo en favor de los
sufijos hispánicos -ense, -ano, -eño, etc.
D) En el dominio lexicológico: Si la interferencia fonética y gramatical es
muy pequeña, la influencia de las lenguas amerindias en el vocabulario español de
México es mucho mayor. Pero mucho - como poco - es término de significado
relativo. De acuerdo con el análisis estadístico del habla actual de la ciudad de
México, en un corpus lingüístico total de más de cuatro millones y medio de
palabras, solo 3,380 eran indigenismos mexicanos, lo cual representa únicamente
el 0,07%. Si a ellos añadiéramos todos los topónimos o patronímicos de tal origen
que figuran en el corpus (la mayor parte de los cuales son –como cabría esperar –
México y mexicano) – 18,554 en total -, la cifra ascendería a 21,934 voces
amerindias, lo cual representa menos del 0,5% del total [Lope Blanch: 2000,
194-195].
Todo ello hace pensar que tenía razón Marcos Morínigo cuando sostuvo que
“los diccionarios de americanismos actuales rivalizan en incorporar a su léxico el
mayor número de indigenismos, se usen o no se usen en el español de América,
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distorsionando de esta manera la realidad lingüística y confundiendo a los
estudiosos... Hay en nuestros diccionarios una gran masa de voces indígenas que
constituyen en ellos un peso muerto en el mejor de los casos” [Morínigo, 226].
Pero también es cierto que algunos de esos nahuatlismos tienen enorme vitalidad y
forman parte del léxico común y cotidiano de los mexicanos. Más de un centenar
de los indigenismos son voces que todos los hablantes conocen y que forman parte
de su cultura básica; buen número de ellos pertenecen al dominio de la
alimentación: aguacate, atole, cacao, cacahuete, camote, comal, chayote, chicle,
chile, chocolate, ejote, elote, guachinango, guajolote, itacate, jitomate, mezcal,
mole, pinole, pozole, pulque, tamal, tequila, zapote son algunos de ellos. Si no
caos, su desaparición si causaría algunos inconvenientes lingüísticos a los
mexicanos. Es, en resumén, sin duda alguna, en el vocabulario donde la influencia
de las lenguas indígenas – y muy particularmente el náhuatl – se ha dejado sentir
con más fuerza en el español de México, sea ello o no un fenómeno de verdadera
interferencia lingüística [Lope Blanch: 2000, 196].
1.3. Extensión
La influencia del náhuatl se extiende más allá de las fronteras de la
República Mexicana: "Nada revela tanto la fuerza dominadora del náhuatl como la
condición de localismo a que ha reducido las palabras derivadas de otras lenguas
de Méjico; mientras el náhuatl impone su vocabulario en todo el territorio del
antiguo virreinato y lo extiende a Centro América —sin contar los aztequismos que
pertenecen ya al español general, como cacao, chocolate, hule, jicara, petaca, tiza,
tomate— muy pocos indigenismos de otras procedencias mejicanas logran
traspasar fronteras provinciales" [Henríquez Ureña, 9-14].
Todos los préstamos provenientes de lenguas indias pueden ser clasificadas
desde el punto de vista de la extensión de su uso:
-
Internacionales – cacao, chocolate, tomate;
-
Panhispanos – cacahuete, jícara, chicle, hule, petaca;
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-
Panamericanos;
-
Zonales (extendidos en un grupo de países);
-
Nacionales (un país);
-
Locales (una región dentro de un país) [Степанов: 1963, 70-78].
Tanto los indianismos zonales como los nacionales aparecen, como regla, en
un grupo de países colindantes o en un solo país donde históricamente habitaron o
siguen habitando una o varias naciones que hablan un mismo idioma. Así, por
ejemplo, las palabras de procedencia náhuatl no se usan solamente en México sino
por toda la América Central, sin contar los nombres nahuas de platillos mexicanos
que se sirven en Texas, Arizona, California y otros Estados de los EEUU. Dávila
Garibi en su obra Del náhuatl al español nos ofrece una lista formada por acerca
de sesenta aztequismos de uso común en Costa Rica [Garibi, 131–136].
Las lenguas y hablas indias con un menor número de hablantes nativos
normalmente son fuente de préstamos para el vocabulario local o provincial. El uso
de las palabras provenientes de lenguas zapotecas y mixtecas por lo general está
limitado a la entidad federativa de Oaxaca, de las del idioma huasteco – al
municipio de Veracruz, etc.
La paulatina distinción nacional de vocablos va acompañada de
modificaciones fonéticas que llevan a una variación de lexemas. Así, la palabra
azteca xococ ”agrio” en México adoptó la forma jocoque (preparación alimenticia
a base de leche agriada o nata agria, semejante al yogur), en Guatemala xuco
(fermentado), en El Salvador chuco (corrupto, hediondo), en Nicaragua choco
(agrio), en Honduras juco (agrio), en Costa Rica joco (agrio) [Garibi, 135].
En México las palabras aztecas que acaban en –li normalmente asumen la
flexión –e: atolli > atole, pinolli > pinole, pozolli > pozole, mientras que en Costa
Rica pierden la vocal final: atol, pinol, pozol [Степанов: 1963, 76].
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1.4. Clasificaciones de préstamos
Ya hemos establecido que donde la influencia del sustrato se ha dejado sentir
con mayor intensidad fue en el vocabulario. Schumann clasifica los préstamos
nahuas en seis grupos: nombres, verbos, adjetivos, términos gramaticales, calcos
semánticos e híbridos. A su vez, los nombres quedan agrupados en vegetales,
animales, culturales y geonimias [Schumann, 39-63].
La investigadora rusa Olga Chesnokova propone una clasificación más
detallada, agrupando los vocablos de procedencia náhuatl en los siguientes
categorías [Чеснокова: 2012, 51-54]:
1. denominaciones de la flora (наименования флоры);
2. léxico relacionado con el maíz (лексика, связанная с маисом);
3. denominaciones de la fauna (наименования фауны);
4. léxico de cocina (лексика кухни);
5. ropa (одежда);
6. ser humano y sus características (человек и его характеристика);
7. agricultura (земледелие);
8. vida cotidiana, quehaceres domésticos (быт, мир повседневности);
9. los realia etnográficos (этнографические реалии).
José G. Moreno de Alba distingue entre mexicanismos diacrónicos y
sincrónicos. Un mexicanismo diacrónico es un fenómeno lingüístico originado en
México, aunque actualmente no sea privativo de este país (la voces chocolate,
aguacate, tomate, por ejemplo). Partiendo de esa lógica, un mexicanismo
sincrónico sería un rasgo lingüístico (palabra, morfema, acepción), que en la
actualidad es exclusivo del español mexicano, independiente del cuál haya sido su
origen.
No resulta nada fácil determinar cuáles vocablos merecen denominarse
mexicanismos sincrónicos, pues por tales entendemos las acepciones o vocablos
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que son propios de todos los mexicanos y que son ajenos a todos los demás
hispanohablantes del mundo. Con reticencias, el investigador pone unos ejemplos:
güero para denominar el color de pelo rubio, chino para llamar el pelo negro y
rizado característico de los negros, chimuelo para designar a una persona o una
cosa a la que le faltan dientes.
En lo que se refiere a mexicanismos diacrónicos, no son nada pocos, como
es fácil imaginar. Como tales deberán entenderse todos los indigenismos que,
procedentes de las lenguas prehispánicas que se hablaban (o se hablan) en la
geografía actual de México, se han incorporado ya sea al español general
(aguacate, chocolate, tomate, etc.), ya sea al regional americano (elote, camole,
entre varios otros), ya sea solo a la variante nacional mexicana (acocote, ayate,
cacomiscle, epazote, macehual, petate, y cientos de voces más) [Moreno de Alba,
298-299].
Juan M. Lope Blanch propone la siguiente clasificación de palabras náhuas
tomando como base la relación que existe entre estos vocablos y el vocabulario
panhispano [Lope Blanch: 1983, 28-29]:
1.
Los mexicanismos históricos con que se ha enriquecido la lengua
española en todos los países hispanohablantes desde el siglo XVI (tomate,
hule, chocolate, cacao, coyote, petaca);
2.
Los indigenismos que coexisten con la voz española general
(guajolote / pavo; cuate / amigo, gemelo; escuincle, chamaco / niño;
tatemar, achichinar / chamuscar, tostar; mecate / reata, soga);
3.
Las palabras nahuas que expresan un matiz especial, distinto de la
acepción hispánica concurrente (molcajete – mortero de cocina hecho de
piedra; tianguis – el mercado indígena que se celebra al aire libre; tlapalería
– un tipo especial de la ferretería; ocote – una variedad del pino; huarache y
cacle – un tipo de sandalias);
4.
La voz indígena ha desplazado a la correspondiente española, llegando
a veces a eliminarla por completo . Es decir, el vocablo panhispano con la
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misma acepción resulta desconocido para la mayoría de mexicanos
(tecolote / búho; chapulín / saltamontes, langosta; zacate / hierbajo,
estropajo; ejotes / judías verdes; milpa / maizal; jacal / choza, cabaña;
papalote / cometa);
5.
Los indigenismos que designan realidades mexicanas peculiares, para
las que no existe una palabra castellana adecuada. Abundan sobre todo
dentro del reino vegetal (ahuehuete, tehuistle , tejocote, mezquite,
chimalacate, toloache, huizache, epazote, chayote) y animal (chachalaca,
zopilote, tuza, tlaconete, cenzontle, cacomistle). También tienen nombre
indígena ciertos alimentos típicos (chilaquiles, pozole, tamal, mole, pinole);
y objetos peculiares de la cultura nacional (huacal, comal, chiquihuite,
equipal, huipil, metate).
En la opinión de este distinguido conocedor de la lengua mexicana, “si bien
el número de indigenismos es muy crecido, no hay por qué pensar que las lenguas
prehispánicas sigan siendo un elemento perturbador para el español de México,
puesto que se mantienen ya en cierto modo arrinconadas, y así han dejado
prácticamente de actuar como fuente de aprovisionamiento del habla mexicana
común” [Lope Blanch: 1983, 29].
1.5. Palabras híbridas
G.V. Stepanov en la obra «Испанский язык в странах Латинской
Америки» (La lengua española en los países de América Latina) observa una
peculiar manera de formación de palabras típica en México. Se trata de de palabras
híbridas, que se formaron en áreas bilingües tras un continuo contacto lingüístico a
lo largo de varios siglos. Asimismo, Stepanov apunta varios modelos o pautas de
composición de palabras híbridas [Степанов: 1963, 35-36]:
a) del sustativo español y el sustantivo náhuatl:
santoscal (santos + calli < del castellano ‘santos’ y el náhuatl ‘calli’, casa) –
oratorio;
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tinacal (tina + calli < de ‘tina’, vasija grande de barro, y ‘calli’, casa) –
sótano donde se conserva el pulque;
b) del sustantivo náhuatl y el sustantivo español:
talacha (del náhuatl ‘talli’, tierra, y el castellano ‘hacha’) – herramienta
formada por un mango largo con un hierro puntiagudo en el extremo para cavar o
romper y, por extensión, hoy en día llega a denominar cualquier trabajo manual,
especialmente un arreglo de mecánica;
tecorral (del náhuatl ‘tetl’, piedra, y el castellano ‘corral’) – un pequeño
muro de rocas apiladas sin cemento ni argamasa entre ellas;
tlacomesa (tlaco + mesa < del náhuatl ‘tlaco’, mitad, y el castellano ‘mesa’)
– mesa portátil o media mesa.
c) del verbo español y el sustantivo náhuatl:
cuentachiles (contar + ‘chilli’, chile) – mezquino, avaro, agarrado, el que
regatea mucho al comprar;
d) del sustantivo náhuatl con el sufijo hispano:
tlapalería (‘tlapalli’, color) – tienda que vende insumos para pintar, material
eléctrico, herramientas;
tamalada (‘tamalli’, envuelto) – reunión de personas para comer tamales, la
comida envuelta en hojas de choclo o plátano, preparada con maíz y carne;
tlachiquero – la persona que extrae el aguamiel del maguey para después
fermentarlo y obtener la bebida conocida como pulque.
Según hemos observado, este último modelo parece ser el más fructífero.
Aquí una especial atención merecen numerosos verbos formados por un vocablo
náhuatl y el sufijo flexivo español ‘-ar’, a veces acompañados de un prefijo ‘–a’ o
‘–en’. Tienen un interés particular dado que aunque derivan su significado de la
palabra nahua, el sufijo hace que obedezcan a las reglas de conjugación
castellanas:
pepenar (del náhuatl ‘pepena’ - escoger, recoger) – rebuscar, recoger del
suelo;
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petatearse (de ‘petate’ - estera de palma o de carrizo) – morirse;
apapachar (de ‘papatzoa’ - apretar, aplastar) – dar un beso, un abrazo, unas
palmaditas cariñosas, o todo junto; consolar o consentir a alguien;
apozolarse – adquirir consistencia viscosa semejante a la del pozole
(обрюзгнуть);
enchilarse – enojarse, enfurecerse.
En la opinión de Olga Chesnokova, los derivados genéticamente híbridos
pueden considerarse un reflejo o manifestación del inherente sincretismo de la
cultura mexicana. Cabe destacar que los aspectos gramaticales de dichos voces
pertenecen al idioma cuya influencia resulta más potente, es decir, derivan de la
gramatica española. Como ya se ha mencionado, la influencia gramatical del
sustrato indígena es insignificante. Al mismo tiempo, el componente léxicosemántico de las palabras híbridas se deriva del náhuatl, lo que evidencia la
vitalidad del sustrato indio en la formación del lenguaje y la conceptualización por
los mexicanos del mundo circundante [Чеснокова: 2006, 15].
1.6. Refranes y dichos populares
La vitalidad de las voces indígenas en el español mexicano se hace evidente
en su extendido empleo en refranes, dichos y frases proverbiales. Los refranes,
como la lengua, siguieron su propio camino y su evolución en tierras americanas.
Según la observación de V.S. Vinogradrov, “normalmente los variantes
fraseológicos nacionales se forman con base en los fraseologismos ibéricos
(panhispanos). En los dichos latinoamericanos uno o más de los componentes
iniciales se sustituyen por americanismos léxicos, en muchos casos – de
procedencia autóctona” [Виноградов: 2003, 186].
Stepanov llega a la misma conclusión: “los préstamos indios forman parte de
fraseologismos, restituyendo el vocablo original del modismo hispano ya existente,
por ejemplo, me importa un cacao (del panhispano me importa un
comino)” [Степанов: 1963, 69].
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También hay refranes cuya imagen es sustituida por otra más cercana al
quehacer cotidiano, a las labores agrícolas o domésticas de las zonas rurales,
extendida por su condición figurada o metafórica a las zonas urbanas. Otros
refranes están configurados gracias a ciertas imágenes o quehaceres mexicanos,
como la explotación del maguey o la receta del mole, que propician el traslado
metafórico a las conductas humanas. Existen refranes que contienen más de una
palabra de origen náhuatl y palabras que se utilizan en varios refranes [Rodríguez
Valle, 176].
Una de las voces aztecas que se emplea mucho en estas expresiones es la
palabra atole (bebida caliente de harina de maíz disuelta en agua o leche, a la que
se pueden agregar sabores edulcorantes), por ejemplo:
Dar atole con el dedo – embaucar, defraudar, engañar sutilmente;
Le circula atole por las venas – hace referencia a una persona que no
reacciona naturalmente ante ciertas situaciones que requieren una respuesta más
activa. Puede significar ser frío, flemático, lento, e incluso cobarde;
Llegar después del atole – llegar tarde (porque el atole se sirve de postre);
Como dueño de mi atole, lo menearé con un dedo – puedo hacer con lo mío
lo que me plazca;
Si con atolito vamos sanando, atolito vámosle dando – da a entender que no
debemos cambiar de conducta cuando ya vamos alcanzando buen éxito.
La voz mexicana jacal (choza, cabaña) no se refiere solamente a una casa de
adobes, sino a todo lo humilde en la construcción de adobes, zacates u otros:
Hemos visto caer Iglesias, cuanto más ese jacal – significa que una persona
sin valor, pero de buena posición, algún día perderá sus bienes o poder;
No tener un jacal donde meterse – no tener rincón para vivir;
La palabra coyote dio ocasión a varios dichos y refranes:
Es más listo que un coyote – la persona que usa astucia para obtener la cosa
deseada;
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El que tenga gallinas, que las cuide del coyote – el que tenga señoritas
casaderas debe vigilarlas para ponerlas a salvo de las asechanzas de los varones;
Unos ejempos de refranes que llevan más de una palabra autóctona mexicana:
Por el tule se conoce el petate – por la muestra o por el principio de algo, se
puede conocer el resto (por el hilo se saca el ovillo);
Más vale atole con risas que chocolate con lágrimas – es preferible una vida
con estrecheces pero vivida con alegría, a la que se pasa con holgura, pero en
medio de sufrimientos;
Con la que entiende de atole y metate, con esa casate – refrán que en forma
de consejo recomienda casarse con una mujer hacendosa que sea limpia y sepa
cocinar.
Los realia del mundo circundante designados por los indigenismos
mexicanos, los nombres de animales y plantas autóctonas, establecen pautas de
calificación fraseológica, el fundamento de comparación, la base para desarollar
significados predicativos, o sea son un elemento indispensable de ese peculiar
modo de percibir la realidad propio del modelo fraseológico del mundo, que a su
vez forma parte de la mentalidad lingüística [Чеснокова, 68].
Por ende, podemos concluir que los indigenismos autóctonos juegan un rol
importante en la categorización por los mexicanos del mundo real y del ámbito
sensitivo-emocional. A partir del contenido denotativo y las connotaciones
culturales de indigenismos, los mexicanos interpretan las nociones y perciben el
mundo.
1.7. Influencia del sustrato: polémica
Un fenómeno lingüístico que ha provocado acaloradas controversias entre
los estudiosos del español mexicano es el perteneciente a la influencia sustratal del
náhuatl en el castellano de este país. Algunos resaltan su participación, otros la
minimizan y se muestran escépticos respecto a su intervención en el habla de los
mexicanos.
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López Portillo y Weber, Darío Rubio y Dávila Garibi destacan la inserción
del idioma azteca en el español, e incluso el último asevera que: “Estamos
invadidos de náhuatl por todas partes. Son tan abundantes las palabras de origen
náhuatl en el español de México, que casi no hay conversación familiar en que no
se deslicen varios aztequismos, sin que el que los dice, ni el que los oye, puedan
darse cuenta de ello, debido a la costumbre que tenemos de emplearlos a toda
hora" [Dávila Garibi, 19].
Curiosa y sorprendente es la afirmación de Darío Rubio: "...si
desaparecieran del lenguaje español, que hablamos los mexicanos, todas las voces
que tienen su origen en el idioma náhuatl, se produciría un caos verdaderamente
horrible por la situación en que tal desaparición hubiera de colocarnos...) [Rubio,
22-23].
De manera contraria se manifiestan Moreno de Alba y Lope Blanch quienes
afirman que su participación es restringida pues, apunta el último “considero que la
influencia léxica de las lenguas prehispánicas es mucho menor de lo que los
diccionarios de indigenismos harían tal vez suponer. Limitada a ciertos aspectos
del vocabulario (alimentación, flora y fauna), y menos productiva cada día dado el
veloz retroceso de las lenguas indígenas en la actualidad, esa influencia resulta casi
insignificante frente el caudal del vocabulario hispánico, frente a los casos de
constante creación léxica o de incesante traslación semántica que se producen
dentro de la propia lengua española, y aun frente al torrente de anglicismos que
afluye actualmente hacia el español” [Lope Blanch, 1967, 402].
Y, en efecto, este caso de interferencia lingüística que tan apasionadas y
diversas opiniones ha despertado, debe analizarse y evaluarse con base en los
resultados obtenidos en una amplia y representativa muestra, en la que se
contemplen las distintas modalidades del español mexicano tanto la lengua hablada
como la escrita, las formas que el pueblo emplea en su vida cotidiana, como
aquellas que aparecen en obras literarias de marcada tendencia nacionalista. Solo
de esta manera podremos apreciar en toda su magnitud y diversidad la influencia
!17
del idioma que durante mucho tiempo fue la lingua franca de un extenso territorio
americano [Máynez Vidal, 125-126].
CAPÍTULO 2. Literatura indigenista en México
2.1. En búsqueda de una expresión propia
En la opinión de Stepanov, la literatura hispanoamericana del período
colonial representaba un mero sucursal de la literatura española. Los escritores aún
ya originarios de Américas se nutrían de los modelos clásicos y preclásicos, y por
tanto heredaron tanto los ideas como la forma lingüística de la tradición establecida
[Степанов: 1963, 174].
De manera contraria se expresa Pedro Henríquez Ureña, diciendo que la
literatura hispanoamerica empieza a cobrar su propia vida a partir del Siglo de Oro:
“desde el siglo XVI se advierte, con insistencia, la diversidad. En la literatura,
todos la sienten. Hasta en don Juan Ruiz de Alarcón: la primera impresión que
recoge todo lector suyo es que no se parece a los otros dramaturgos de su tiempo,
aunque de ellos recibió –rígido ya– el molde de sus comedias: temas, construcción,
lenguaje, métrica” [Ureña, 17].
Mucho antes de penetrar en las Bellas Letras, los primeros americanismos
léxicos aparecen en los diarios, tratados, documentos, informes y apuntes de los
participantes de expediciones, es decir de los primeros conquistadores, así como en
los escritos de futuros colonizadores.
Durante la época colonial no se había hecho ningún intento significativo de
apartarse de la tradición española y buscar nuevas fuentes de inspiración, nuevas
formas de expresión lingüística. El lenguaje literario del período colonial (desde el
inicio de la Conquista hasta las guerras de independencia) no ostenta siquiera un
rasgo de americanismo. En los siglos XVI-XVII el habla culta de
hispanoamericanos se caracteriza por un mayor academismo que la de los
!18
españoles del mismo rango social. Aquí los elementos del habla popular se
consideran “vulgares” y no se admiten a la literatura.
Una literatura hispanoamericana original solo pudo haber nacido y
desarollado tras los levantamientos de independencia. La liberación de un duro
paternalismo español ejerció influencia no solamente en la política y cultura
americanas sino también en su expresión literaria. Gente de letras dirigió su mirada
hacia el interior; fue por aquella época cuando surgió la novela indianista que
tomaba interés en la vida de los pueblos indígenas, y por tanto recurría al léxico
popular, muchas veces de origen indígena. Ese interés en el colorido local crecía
bajo la influencia indiscutible de los autores europeos, ante todos, de Walter Scott
y Chateaubriand [Степанов, 174-178].
El período romántico inspiró la aparición de novela costumbrista que se
empeñaba en transmitir el colorido local dibujando escenas de la vida cotidiana de
los pueblos aborígenos, describiendo con un lenguaje vivo sus usos, costumbres,
creencias y fiestas
Sin embargo, en la verdadera novela indigenista latinoamericana, los autores
están preocupados por evitar todo reproche de arte gratuito, de color local, de
complacencia al gusto del extranjero por el exotismo. El indigenismo buscaba
rebelarse contra el lenguaje preciosista, superficial, sentimental y paternalista que
había idealizado al indio y lo había transformado en un maniquí.
2.2. El marco histórico-social y los principales exponentes del indigenismo
literario
La independencia de España en la segunda década del siglo XIX y el
proceso de construcción de los Estados nacionales paradójicamente agravó la
situación de opresión y explotación de los pueblos indígenas. No obstante que la
figura del indio aparece idealizada en el imaginario de las nuevas naciones como
un referente de las identidades nacionales que se construyeron, en la practica se les
negó el derecho a sus lenguas, a sus culturas y sus tierras ancestrales. A través de
los llamados procesos de colonización “interior” implementado por el Estado
!19
oligárquico, se despoja a los indígenas de sus tierras comunales por medio de la
guerra o por medio de maniobras legales. En la representación de los indios
construida por las elites liberales, ellos constituían el universo de la “barbarie” que
debía erradicarse para promover la “civilización occidental” en el Estado Nacional.
A comienzo de los años 1920 surgió la corriente de ideas denominada
“indigenismo” que fue el discurso que asumió por primera vez la defensa del indio,
de sus derechos y de su cultura. El “indigenismo” fue un discurso de autores
blancos o mestizos sobre los indios. Este posición se expresó en diferentes
variantes, como fue el “indigenismo” literario, tendencia que ingresó a los
indígenas como sujeto en la novela, en la poesía y en las artes plásticas
[Cancino, 2].
El indigenismo, como ideologia del mestizo, y el mestizaje mismo, como
proceso vivo, son las dos caras de un movimiento de unificacion nacional que
surge del choque entre fuerzas de signo opuesto: el indianismo y el occidentalismo.
El indianismo dio impulso en México a la idealización romantica del pasado
azteca, pero fue ineficaz instrumento para cambiar la estructura de una sociedad
explotadora del indio y del mestizo. El occidentalismo -tanto en su vertiente
conservadora, y en algún grado racista, que propugna la imposición de modelos
europeos o estadounidenses, como en su vertiente marxista, que equipara la
situación del indio a la de todos los campesinos explotados- no valora ni reconoce
la tradición y la cultura de los pueblos indígenas [Filer, 475-476].
La obra indigenista no se limitó a una simple manifestación de la
problemática indígena en América, sino que absorbió y plasmó esta temática en la
estructura general de la obra, en su significado. Este indigenismo buscaba abarcar,
según explica Gutiérrez, "al indio como individuo, como etnia, como miembro de
una clase, de una nacionalidad bimembre, de un sistemas internacional donde él
ocupaba similar puesto al del peón en la costa o al del obrero de Lima" [Peña
Guitiérrez, 196].
Su antecedente literario más evidente es una novela romántica peruana Aves
sin nido, de Clorinda Matto de Turner, publicada en 1889 donde se presenta, en su
!20
cruda realidad, la explotación que las maniobras jurídicas, la manipulación política
y el poder eclesiástico hacen del indígena.
En México, la revolución social de Francisco Madero en 1910, los principios
de la reforma agraria, las esperanzas que ésta provocó y las desilusiones que
siguieron son tantos hechos que dieron a la literatura indigenista una dimensión
histórica. La mayor parte de los relatos traducen la decepción de las masas
populares indias ante los resultados muy imperfectos de una Revolución muy a
menudo traicionada por los demagogos [Diop, 36].
Los principales exponentes de la narrativa indigenista son Gregorio López y
Fuentes, Jose Vasconcelos, Mauricio Magdaleno, Ramón Rubín, Juan Rulfo,
Ricardo Pozas, Carlos Fuentes, Eraclio Zepeda y Rosario Castellanos.
Antes de hablar en detalle sobre los tres autores cuyas obras se tomaron para
la presente investigación, mencionaremos en breve unos otros trabajos de gran
interés.
En este marco se inscribe El indio de Gregorio López y Fuentes que obtiene
el premio nacional de literatura en 1935. El contenido de esta obra se refiere a un
indio mexicano, un verdadero descendiente de náhoas, en carne y hueso, una forma
de humanidad viviente, típica, encuadrada en su clima, en su paisaje, en su cultura,
representativo de raza y pueblo. No se interesa la novela por el indio de las
estampas románticas ni a la ficha antropométrica de los eruditos [Diop, 36].
Mauricio Magdaleno nos relata, en El resplandor (1937), de una comunidad
de otomíes habitantes de San Andrés de la Cal, Estado de Hidalgo, que vive en
condiciones de miseria. Sus temas centrales son la explotación del indio, la
política, la pobreza, y también la Revolución de 1910. Un soplo furioso de la
revolución sacude a San Andrés de la Cal, pero es sólo eso, “un resplandor” que
pronto se apaga y deja únicamente un montón de cenizas [Diccionario de literatura
mexicana. Siglo XX, artículo: http://www.elem.mx/estgrp/datos/99].
Eraclio Zepeda es originario de Chiapas, estado con gran predominio de raza
indígena, un 80% de la población más o menos. Solo ha escrito dos libros, ambos
!21
de relatos cortos; el primero lleva por título Benzulul. Todos los cuentos son de
tema indígena; pero el tratamiento que da a cada uno de los relatos puede
considerarse extraordinario. No solo están cargados de poesía, sino de una ternura
hacia sus personajes pocas veces utilizada en un escritor ya experimentado. Logra,
por otra parte, si no adentrarse en la mente indígena, sí en sus sentimentos más
entrañables [Rulfo: 1981, 5].
Ramón Rubín es autor de dos notables novelas indígenas, así como de varios
tomos de cuentos. La mejor se titula El callado dolor de los Tzotiles. Su desarrollo
es entre los chamulas de Chiapas y logra captar con la audacia de un reportero y la
imaginación del novelista, la trayectoria de un pueblo que no conoce sino la
tristeza, las enfermedades y la muerte. Aunque escrita hace más de 30 años, la obra
es tan actual, como si se estuviera narrando lo sucedido en nuestros días. Nada ha
cambiado desde hace 30 años a la fecha, como nada ha cambiado quizá desde hace
500 años. Otra de sus novelas La bruma lo vuelve azul, se desarrolla entre el grupo
huichol, situado en el extremo opuesto. La obra transita por un mundo quieto, al
parecer enquilosado y donde predomina más el monólogo que la acción [Rulfo:
1981, 7].
En 1948 sale a la luz Juan Pérez Jolote, biografía de un tzotzil del
antropólogo Ricardo Pozas. Es un relato autobiográfico ubicado en la región del
Chamula, que combina elementos antropológicos y literarios para narrar la vida de
un indígena con personalidad y valores propios, que abandona su comunidad para
ganarse la vida. El texto se considera el inaugurador del llamado “ciclo de
Chiapas”, que incluye narraciones como Los hombres verdaderos de Carlo Antonio
Castro, así como obras de Rosario Castellanos [Diccionario de literatura mexicana.
Siglo XX, artículo: http://www.elem.mx/estgrp/datos/99].
2.3. Juan Rulfo
“A pesar de ser Jefe del Departamento de
Publicaciones del Instituto Nacional Indigenista, y
habiendo publicado más de 80 obras de Antropología
!22
Social, todavía desconozco cómo y porqué motivos
actúa la mente indígena” [Rulfo: 1981, 5].
Una lectura cuidadosa de los relatos de Rulfo lleva a la conclusión de que
puede establecerse una clara oposición entre su brevedad y su riqueza léxica. Casi
no hay página en que no se hallen uno o varios vocablos o sintagmas que, en un
sentido estrictamente lexicológico, podrían concebirse como peculiares. Si se
acepta que el Diccionario académico contiene un vocabulario que podría llamarse
estándar, muchas voces que aparecen en la obra de Rulfo y que no tienen cabida en
ese lexicón señalarían una diferencia de inventario [Moreno de Alba, 222-223].
Los indigenismos pueden ser buen ejemplo de diferencias de inventario en el
plano de la expresión. Estos pueden designarse con mayor propiedad como
americanismos diacrónicos. Esto quiere decir que se trata de vocablos que tuvieron
origen en América y que hoy pueden o no ser de uso exclusivo o predominante en
América. Son palabras que pasaron de alguna lengua indígena americana a la
lengua española, ya sea general o regional. La gran mayoría de los indigenismos
que aparecen en la obra de Rulfo son nahuatlismos. Algunas, de carácter derivado,
suponen una gran vitalidad del primitivo (aguate/aguatado, jacal/jacalón, mezcal/
mezcalera, pizcal/pizcador, tatemar/tatema, tilcuate/tilcuatazo, zacate/zacatal).
Explicablemente, entre los indigenismos de Rulfo sobresalen los que
designan árboles o plantas, o el mundo de la flora en general: mezcal, otate,
zacatal, tejote, pulque, magueyes, ocote, elotes, huizache, comichines,
tepemezquite, huizapol, amole, zacate, milpa, jitomates, ejotes, etc.
Otros americanismos diacrónicos en los textos de Rulfo hacen referencia al
mundo animal: ajolotes, chachalacas, zopilotes, totochilos, comejenes, chapulines,
tildío, turicatas, cocuyos.
En El llano en llamas y en Pedro Páramo se usan, además, muchas otras
voces de origen indígena: comal – ‘disco para cocer tortillas’, chamaco –
‘muchacho’, guacamole – ‘ensalada de aguacate’, jacal – ‘choza’, mezcal – ‘cierto
aguardiente’, petate – ‘esterilla de palma’, tepache – ‘cierta bebida’, equipal –
!23
‘silla de varas y cuero’, petaca – ‘baúl’, pulque – ‘cierta bebida fermentada’,
mitote – ‘bulla’, ahuatado – ‘herido con espinas’, coamil – ‘tierra para sembrar’,
pepenar – ‘recoger’, tapanco – ‘tablado, entrepiso’, tatemar – ‘asar, quemar’,
tecata – ‘corteza’, tequesquite – ‘carbonato de sosa natural’, jiote – ‘enfermedad’,
molote – ‘lío, envoltura’, nixtenco – ‘bracero’, pilmama – ‘niñera’ y otros.
Estos términos van a contribuir de forma importante a la creación de un
lenguaje popular. Por eso abundan tanto los términos que se refieren a aquello que
conforma su medio ambiente, por ejemplo, los pájaros y las plantas. De los
indigenismos transcritos la gran mayoría se encuentra el El llano en llamas, pocos
en Pedro Páramo, quizá una tercera parte únicamente.
Además de los numerosos vocablos de origen indígena – americanismos
diacrónicos – que contienen las breves y geniales obras de Juan Rulfo, aparecen
también allí abundantes voces plenamente hispánicas en cuanto a su origen, pero
que hoy pueden considerarse como mexicanismos (o americanismos) sincrónicos,
dado que o bien se desconocen en el español europeo o bien tienen allá distinto
significado, si para ello se toma como referencia el Diccionario académico.
Podrían formarse, al menos, siete grupos de vocablos peculiares, fácilmente
identificables: 1) derivados: agarre, aplaque, ajuarreado, divisadero, ruidazal,
matazón, greñero, lomerío, criminar, lengüetear, etc.; 2) compuestos de prefijo y
base: afigurar, alevantarse (ambas palabras arcaicas y rurales); 3) compuestos de
dos raíces: arreapuerco, chuporrosa, guardaganado, malamujer, mediotecho...; 4)
parasintéticos (es decir, vocablos en cuya formación intervienen simultáneamente
un prefijo, una base y un sufijo): afortinado, aluzar, apelotonado, desmañanado,
entilichado, enrevesar, entre muchos otros; 5) variantes fonéticas: ajuarrear por
ajuarar, criolina por creolina, perdedizo por perdidizo, somormujo por somorgujo,
etc.; 6) arcaísmos y ruralismos: ansí, afusilar, contimás, diceres, indino...; 7)
creaciones eufemísticas, interjectivas y onomatopéyicas: rechintola, sácatelas,
tracatera, entre varias más [Moreno de Alba, 302-303].
La utilización de un lenguaje rústico, popular, ha sido señalada por la crítica
como una de las notas más visibles en la obra de Rulfo. El lenguaje es una de las
!24
facetas que Rulfo ha cuidado al máximo. En una entrevista con J.Sommers se
refería a la manera como había escrito Pedro Páramo: “Estaba familiarizado con
esa región del país, donde había pasado la infancia, y tenía muy ahondadas esas
situaciones. Pero no encontraba forma de expresarlas. Entonces simplemente lo
intenté hacer con el lenguaje que yo había oído de mi gente, de la gente de mi
pueblo. Había hecho otros intentos – de tipo lingüístico – que habían fracasado
porque me resultaban un poco académicos y más o menos falsos. Eran
incomprensibles en el contexto del ambiente donde yo me había desarollado.
Entonces el sistema aplicado finalmente, primero en elos cuentos, después en la
novela, fue utilizar el lenguaje del pueblo, el lenguaje hablado que yo había oído
de mis mayores, y que sigue vivo hasta hoy” [Sommers, 18].
Es curiosa la observación de González Boixo “La maestría de Rulfo reside
en hacer que, cuando aparecen estos términos, el lector no se sienta desorientado.
Por ello, suelen existir referencias para que, aunque no conozca el significado del
vocablo, comprenda lo esencial del mismo”. A continuación señala algunos
ejemplos de los muchos que se podrían aducir: “Primero nos alumbrábamos con
ocotes” (Ll, p. 56). No sabemos lo que son “ocotes”, pero en realidad tampoco
importa demasiado, lo que deducimos es que se trata de algo que sirve para dar luz.
“Volaron los totochilos, esos pájaros colorados” (Ll, p. 65). Sin que necesitemos
una nota explicativa que nos diga qué clase de pájaros son, en la misma narración
es como si se hiciera una concesión al lector y se le orientara.
“Arrastrando ramas de huizache” (Ll, p. 74). En la propia frase se está indicando
que se trata de una planta. “(...) el rumor de una fiesta. Me llegaba los ruidos hasta
la Media Luna. Me acerqué para ver el mitote aquel (...)” (PP, p. 108). “Mitote”
funciona como sinónimo de otra palabra dicha antes, “fiesta”, por lo tanto el
significado que tiene de “bullicio” ya está implícito [González Boixo, 256-257].
2.4. Rosario Castellanos
La escritora chiapaneca Rosario Castellanos es quizá la mayor representante
de la tendencia indigenista en la literatura mexicana. Sus novelas más
!25
representativas son: Balún Canán (1957), que se desarrolla en Chiapas durante el
régimen de Lázaro Cárdenas, y donde es importante el tema político, y Oficio de
tinieblas (1962), que trata sobre los tzotziles [Diccionario de literatura mexicana,
artículo: http://www.elem.mx/estgrp/datos/99].
Las reformas de Cárdenas y la infancia de Rosario Castellanos constituyen la
trama de Balún Canán y de Oficio de Tinieblas. La decisión ejemplar del gobierno
de Lázaro Cárdenas (1934-1940) de llevar a cabo la reforma agraria en provecho
de los indios no dejaba de ser una satisfacción para Rosario que gozaría viéndolos
recobrar por fin su dignidad, maltratada desde la Conquista con la confiscación de
sus tierras, que constituían un elemento esencial de su existencia y de su cultura.
Desafortunadamente esta reforma, que no consistía solamente en devolver las
tierras a los indios sino en darles además el derecho a la educación, se encontró
con una oposición resuelta por parte de los ladinos quienes lograron hacerla
fracasar.
Balún Canán significa nueve estrellas, que de acuerdo a la tradición maya,
es la palabra con la que los primeros pobladores maya bautizaron al sitio en donde
hoy se ubica Comitán, Chiapas. Es una novela en la que se entretejen los detalles
de la vida cotidiana entre los mestizos y los indios, sobre todo, la profunda
discriminación con que se maltrata al indígena.
En cuanto a Oficio de tinieblas, Rosario Castellanos comenta: “está basada
en un hecho histórico: el levantamiento de los indios chamulas, en San Cristobal,
en 1867. Este hecho culminó con la crucifixión de uno de estos indios al que
proclamaron los amotinados como el Cristo indígena. Intenté penetrar en las
circunstancias, entender los móviles y captar la sicología de los personajes que
intervinieron en estos acontecimientos. <...> abandoné poco a poco el suceso real y
lo trasladé de tiempo, a un tiempo que conocía mejor, la época de Cárdenas,
momento en el que, según todas las apariencias, va a efectuarse la reforma agraria
en Chiapas. Este hecho produce malestar entre los que poseen la tierra y los que
aspiran a poseerla: entre los blancos y los indios” [entrevista a Rosario Castellanos
!26
por Emmanuel Carballo, recogida en Guadalupe Loaeza, “Poesía fuiste tú. A 90
años de Rosario Castellanos”].
Rosario Castellanos vivió desde pequeña entre los indios esclavos de
Chiapas y más tarde presenció la rebelión de los tzotziles contra las propiedades
cafetaleras de sus antepasados. Balún Canán y Oficio de tinieblas son obras que
resumen y describen, en toda su crueldad, la pobre vida y posterior liberación de
aquellos infelices indios, no importándole que atropellaran sus propios intereses, es
decir, el patrimonio de que ella era heredera directa. En esto, más que en ninguna
otra cosa, radica el interés de Oficio de Tinieblas, así como de Balún Canán, en la
auténtica sinceridad conque fueron escritos [Rulfo:1981, 6].
En ambas obras, Rosario Castellanos dejó de un lado la imagen del indio
sufrido, sometido, ingenuo y mentiroso; así como la del mestizo cruel y sin
sentimientos. Lo que presenta Castellanos es la realidad de un país: México, dentro
de un espacio concreto, los Altos de Chiapas, dos grupos enfrentados social y
culturalmente, con dos formas muy diferentes de ver y entender el mundo.
2.5. Carlos Fuentes
La obra de Carlos Fuentes, gestada en más de 50 años de carrera literaria,
forma parte del movimiento indigenista. La preocupación esencial de su
producción novelística se centra en México, su historia y su presente, producto del
encuentro entre dos mundos y dos culturas, que aún hoy no ha cristalizado en una
identidad propia.
Malva E. Filer, en su ensayo Los mitos indígenas en la obra de Carlos
Fuentes, afirma que “la trayectoria de Carlos Fuentes revela, como una de sus
constantes, la convicción de que México debe integrar sus componentes indígenas
y europeos, sus raíces históricas y su modernidad, y elaborar con lo mejor y más
perdurable de ellos su propia y auténtica cultura” [Filer, 476].
La novela El Gringo Viejo, publicada en México en 1985, se instala en la
corriente de la literatura de Revolución Mexicana. Para aquel momento, setenta y
cinco años después de la derrota militar de Porfirio Díaz (en 1910), esa línea
!27
literaria había acumulado decenas de obras maestras, y por citar algunos ejemplos,
tendríamos Balún Canán de Rosario Castellanos, Hasta no verte Jesús mío de
Elena Poniatowska, Arráncame la vida de Ángeles Mastreta, Como agua para
chocolate de Laura Esquivel, y varias otras.
Aunque en El Gringo Viejo no aparezcan referencias directas a las
costumbres y modos de vida de los pueblos indios, el mundo indígena está allí,
siempre presente como parte indispensable de México. Prueba de ello son los
numerosos vocablos de procedencia nahua que Fuentes usa para describir el
paisaje o los que deposita en bocas de sus personajes.
Las obras de Carlos Fuentes están colmados de imágenes de un indigenismo
vivo, perdurable, siempre presente en la cultura mexicana pese al intento
occidentalizador de borrar las raíces culturales. El indigenismo en Carlos Fuentes
radica en su forma de perfilar al indígena dentro de un mundo que le pertenece y al
cual tiene derecho: el México donde se conectan las raíces del pasado con el cielo
del presente, donde en una misma tierra cohabitan dos culturas hermanas y donde
la inclusión sucede por orden natural.
En conclusión, la motivación de la investigación intelectual del indio
residiría en su imagen multifacética y compleja, lo cual constituye un verdadero
misterio para todos aquellos que se acercan al estudio del universo amerindio. La
originalidad, armonía cultural, apego a los valores tradicionales, miseria,
enajenación,explotación y revueltas son algunos de los hitos que marcaron y
siguen caracterizando la evolución del indio al transcurrir los siglos. Para
entenderlo mejor y enmarcarlo en su obra, las novelas indigenistas se
desembarazan de toda coloración exótica o idealización romántica.
El indigenismo en México, del mismo modo que el de los otros paises en
que ha evolucionado, es más que un movimiento reivindicatorio de caricter
politico-social, ya que tambi6n se propone la incorporación de las culturas
marginadas al proceso formativo de una verdadera identidad nacional. A este
objetivo converge un imponente caudal de pensamiento, investigación cientifica y
creación artistica que ha contado con las grandes figuras de José Vasconcelos,
!28
Alfonso Caso, Leopoldo Zea, Octavio Paz, Manuel Gamio, Fernando Benitez y
muchos otros distinguidos etnógrafos, arqueologos, artistas plásticos y escritores.
Las obras de Juan Rulfo, Rosario Castellanos y Carlos Fuentes representan,
diversamente, la herencia de esta indagaci6n en lo mexicano, tal como se
manifiesta desde mediados de siglo [Filer, 476].
!29
CAPÍTULO 3. Traducción del léxico sin equivalentes
3.1. Cuestiones de equivalencia y adecuación
La necesidad de hacer una descripción lingüística del proceso traductológico
como una variedad de comunicación se justifica por el hecho de que en la
traducción, igual como en una comunicación monolingüística, se cristaliza la
función principal del lenguaje humano – la función de ser medio de comunicación.
Además el problema de traducción está vinculado a otros problemas
actuales de la teoría lingüística contemporánea: semántica y funciones del signo
lingüístico, estudio de universales lingüísticos, etc.
Una de las cuestiones más generales e importantes de la teoría de traducción,
el problema del que no puede prescindir casi ninguna investigación es el de la
equvalencia.
La actualidad del problema se pone de manifiesto si consideramos la
ausencia de una interpretación unívoca de términos fundamentales para la teoría de
traducción como “equivalencia”, “adecuación”, “modelo de traducción” etc., y la
existencia paralela de varios modelos de traducción competidores, ninguna de las
cuales posee fuerza explicativa universal. Todo esto hace que el problema de
equivalencia se ponga en el centro de atención de investigadores y exija un estudio
exhaustivo de equivalencia traductológica en todos sus aspectos y manifestaciones
y en todos los niveles del texto.
Durante el período prelingüístico de trabajos sobre la traducción que duró
desde Cicerón pasando por St. Jerome, Luther, Dryden, Tytler, Herder, Goethe,
Schleiermacher, Buber, Ortega y Gasset las opiniones oscilaban entre una
traducción literal y libre, fiel y bonita, exacta y natural dependiendo de a qué figura
se otorgaba más importancia – a la del autor o a la del lector, en otras palabras, al
idioma original o al idioma meta del texto. Hasta el siglo diecinueve la traducción
literal fue considerada un mero ejercicio académico, del que los reformistas
culturales intentaban resguardar la literatura. En el siglo XIX la traducción atrajo
!30
cierto interés
de los estudiosos, algunos de los cuales llegaron a afirmar que
ciertos tipos de textos no eran traducibles en absoluto. Con la llegada de la
lingüística moderna una mayor importancia fue otorgada al lector, es decir, que al
texto meta se le exigía una gran naturalidad y fluidez, notablemente en los trabajos
de Nida, Firth, Koller y la Escuela de Leipzig. En contraste, los brillantes ensayos
de Ortega y Gasset, Benjamin, Valéry and Nabokov abogando por la traducción
literal aparecieron como una excepción de la línea principal, y solo se refieren a la
traducción de trabajos de alta cultura literaria. (p. 38)
Jorge Luis Borges distingue entre dos clases de traducciones. Cree que una,
la que practica la literalidad, corresponde a las mentalidades románticas. La
segunda, en cambio, opta por la perífrasis y pertenece a la tradición clásica. A las
mentalidades clásicas les interesa la obra de arte y no el artista. Se desdeñan los
localismos, las rarezas, las contingencias. La metáfora, por ejemplo, no es
considerada por el clasicismo como una visión personal, sino como una obtención
de verdad poética, que puede ser aprovechada por todos. Cada literatura posee un
repertorio de esas verdades, y el traductor sabrá aprovecharlo y verter su original a
las palabras y a las usuales metáforas de su idioma.
Inversamente, los románticos no solicitan jamás la obra de arte, sino al
hombre. Y el hombre no es intemporal ni arquetípico, es poseedor de un cuerpo, de
una ascendencia, de un pasado, de un porvenir y hasta de una muerte. ¡Cuidado
con torcerle una sola palabra de las que dejó escritas! Esa reverencia del la
personalidad, de la irreemplazable diferenciación humana que es cualquier yo,
justifica, en la opinión de Borges, la literalidad en las traducciones [Borges,
257-258].
Autores de los modelos de traducción existentes diversamente interpretan en
sus construcciones teóricas la interactuación de factores lingüísticos y
extralingüísticos que caracterizan el proceso de traducción, más en concreto, el
problema de relación entre los significados lingüísticos y el sentido del texto.
Según este principio todos los modelos de traducción pueden ser divididos
en dos tipos: puramente lingüísticos y comunicativos. Dicha clasificación, como
!31
cualquier otra, tiene un carácter provisional ya que varios modelos representan
casos límite, dudosos.
Podríamos atribuir el modelo transformativo y el semántico a la clase de
teorías lingüísticas. Allí mismo se colocaría la teoría de correspondencias regulares
de Retsker.
El enfoque comunicativo es representado en el modelo dinámico, la teoría de
niveles de equivalencia y varios otros, elaborados en su mayor parte por los
estudiosos soviéticos (Миньяр - Белоручев, Чернов, Латышев)[Львовская:
1985, 43].
Eugene Nida es el autor de un famoso modelo traductológico que es el de
“equivalencia dinámica” o funcional. Nida considera que una equivalencia total no
se puede conseguir debido a las diferencias que existen entre las lenguas cuya raíz
se encuentra en la cultura, por lo cual prefiere buscar una equivalencia funcional.
Las traducciones orientadas hacia una equivalencia dinánica son aquellas que
procuran que el mensaje del TO sea transferido a la LM de tal modo que la
respuesta del receptor sea la misma que la de los receptores del TO. Según Nida:
“En vez de lamentar la ausencia de ciertos rasgos en una lengua receptora hay que
respetar los que posee y utilizar al máximo sus posibilidades expresivas. En vez de
forzar la estructura formal de una lengua con elementos ajenos a la misma, el buen
traductor debe estar dispuesto a hacer cualquier cambio formal que sea necesario
para reproducir el mensaje de acuerdo con las formas estructurales propias de la
lengua meta” [Nida: 1964, 19].
Reis y Vermeer también entienden la traducción como un acto comunicativo.
Y como tal, la traducción según ellos se realiza en dos fases:
1. comprensión de un sentido en el TO y
2. reproducción del mismo (de un sentido equivalente) en la LT.
Según ellos la comunicación se realiza en dos fases: primero la
transcodificación y después la transferencia cultural, que son dos fases separadas.
“Los partidarios de esta teoría de la translación en dos fases comparten la opinión
!32
de que, en el proceso traslativo el traductor es el receptor de un texto de partida en
el que capta un sentido que después codifica de nuevo en un código de la lengua
final, transmitiéndoselo así al receptor final” [Reis y Vermeer, 34].
Hablando del modelo comunicativo de la equivalencia, cabe subrayar que su
mayor ventaja estriba en su orientación hacia el aspecto pragmático del texto
original y la determinación de la importancia comunicativa de sus componentes.
Este modelo fácilmente explica cómo se logra equivalencia entre dos textos si se
sustituyen algunos o incluso todos sus elementos.
En este sentido resultan más atractivos los modelos complejos como el de
los niveles de equivalencia de V.N. Komissarov, que distingue entre 5 niveles en el
plano de contenido [Комиссаров, 69-80]:
El primer nivel de equivalencia es más básico. Se da cuando lo único que se
mantiene entre el texto de origen y el texto meta son el motivo y la finalidad de
comunicación. Este nivel es propio de los refranes y dichos.
El segundo nivel de equivalencia se observa cuando el texto original y el
traducido son similares solamente en que describen la misma situación referencial,
lo que no supone correspondencias léxicas ni sintácticas.
El tercer nivel se da cuando la situación se describe con los conceptos
idénticos, o sea además de mantenerse invariable el objetivo se mantienen las
nociones mediante las cuales se describe la situación.
El cuarto nivel se caracteriza por un gran paralelismo sintáctico, pueden
haber correspondencias léxicas y estructuras parejas.
El quinto nivel posee el máximo grado de identidad entre dos textos y no
implica ninguna transformación sintáctica.
Las relaciones de equivalencia tienen poco que ver con las relaciones de
igualdad. En caso de unidades lingüísticas, podemos hablar de equivalencia incluso
si no todos los componentes de los supuestos “equivalentes” coinciden [Арнольд,
12]. En efecto, todo par de unidades del texto original y el texto meta
aparentemente equivalentes no pretenden a considerarse del todo iguales. Aparte
!33
de estar compuestos de diferentes fonemas y morfemas organizados de acuerdo
con las reglas gramaticales, tienen diversos matices en el significado. Cualquier
palabra forma parte de un determinado campo semantico y cobra su significado en
relación y oposición a otros miembros del dicho campo.
Para ilustrar esta afirmación, tomemos como ejemplo las palabras de origen
náhuatl de uso internacional. Aunque las palabras aguacate, chocolate, tomate,
chile aparentemente tengan un equivalente léxico en ruso, designan unas realidades
un tanto distintas. Para un ruso un chocolate típico sería un producto dulce que
viene en forma de paleta (menos frecuente – de barrita o líquida), y puede ser
negro, de leche o blanco. Para un mexicano, el chocolate es una bebida hecha de
cacao puro, por lo tanto, tiene un sabor agrio, incluso con un toque salado o
picante. Debido a la globalización, en México se ha extendido el consumo de
chocolate como lo entendemos nosotros, reinterpretado por el Viejo Mundo. Pero
para nuestra investigación este reparo no es substancial. La literatura indigenista se
interesaba por el mundo aborígena y los costumbres devados de los tiempos
precolombinos, por tanto, si emplean la palabra chocolate, la usan en su acepción
histórica tradicional. En lo que se refiere a tomate, en México la palabra tomate
designa una especie vegetal, y una verdura de color.. verde. Para referirse a un
“tomate” de color rojo, maduro y jugoso, tal cómo se percibe томат por un
hablante ruso, se emplea el término jitomate. Hoy en día, la frontera entre las dos
palabras se vuelve borrosa, cada vez más se utiliza tomate en ambas acepciones,
dado la extensión de este término en otras variantes del español y otras lenguas
(sobre todo, en el inglés) que lo prestaron. Sin embargo, hacer una distinción entre
las dos denominaciones es relevante si llevamos a cabo un estudio de los textos de
orientación indigenista.
Con eso llegamos a la primera conclusión:
Ni en lo que se refiere a la forma (plano de expresión), ni tampoco en lo
referente al significado (plano de contenido), el texto original y el texto meta
pueden considerarse iguales.
!34
Podemos derivar la segunda conclusión a partir del hecho de que, además de
albergar un significado y manifestar una forma, las unidades lingüísticas tienen una
función textual. Función será el único componente en relación al cual se podría
establecer equivalencia entre las unidades del texto original y el texto meta. Así,
bajo la equivalencia de la traducción entendemos su igualdad al texto original en
relación a su función [Иванов: 1984, 8].
La función de un elemento textual es su significado actualizado en el marco
de un contexto dado. Esto es, la equivalencia funcional del texto traducido
presupone su equivalencia al texto original en el nivel de habla, en el marco de un
determinado contexto comunicativo [Иванов: 1984, 9].
En este sentido nos ponemos de acuerdo con Rosa Rabadán quien establece
que el único criterio legítimo para determinar la equivalencia es el criterio de
funcionalidad, y que las características generales y permanentes que nos permiten
clasificar el TM como la traducción del TO tienen una naturaleza
funcinal y
relativa [Rabadán, 54].
3.2. Léxico sin equivalentes: diversidad de denominaciones
El campo más amplio y problemático de las unidades léxicas sin
equivalentes está constituido por palabras con una significativa carga cultural.
Antes de exponer numerosos enfoques y tratamientos que se le han dado al tema,
queremos aclarar qué es lo que entendemos por el “léxico sin equivalentes”.
Tomemos como base la siguiente definición de equivalentes: “son elementos
de dos idiomas que se corresponden en concepto de función dentro de un
determinado contexto ” [Гак и Львин, 8]. De aquí podemos derivar el significado
del término “léxico sin equivalentes”: son unidades léxicas del idioma original que
no tienen correspondencias (equivalentes) en el idioma de traducción, es decir, no
se puede transmitir en el idéntico plano de expresión todos los componentes de su
significado relevantes para el contexto.
Como señala Hurtado Albir, el traductor debe ser consciente de que la
cultura constituye una de las principales disyuntivas a las que habrá de hacer
!35
frente. El porqué de esa dificultad radica en que traducir la cultura supone trasladar
una concepción concreta del mundo a un esquema representativo de la realidad que
puede carecer de los mismos parámetros de percepción que el sistema original: «La
traducción no solo se realiza entre dos lenguas diferentes, sino también entre dos
culturas diferentes; la traducción es, por tanto, una comunicación intercultural. La
transmisión de los elementos culturales existentes en un texto es uno de los
mayores problemas al que tiene que hacer frente el traductor» [Hurtado
Albir, 607].
Estudiando el problema de la imposibilidad de una plena equivalencia entre
dos textos, Nida afirma que las diferencias culturales son mucho más importantes
que las lingüísticas. Su artículo “Linguistics and Ethnology in Translation
Problems” marca el inicio para la identificación de los elementos culturales como
un problema clave para la ciencia traductológica. Nida distingue entre cinco
ámbitos culturales: 1. Ecología. Bajo este título el autor recoge los problemas
derivados de las diferencias ecológicas entre las distintas zonas geográficas; 2.
Cultura material; 3. Cultura social; 4. Cultura religiosa; 5. Cultura lingüística
[Nida: 1945, 196].
Debido a tal importancia de elementos culturales, surgió la necesidad de
otorgarles un tratamiento específico en la traductología. En primer lugar, tal
necesidad llevó a la aparición de diversos enfoques y denominaciones de dichos
elementos.
Definir y nombrar la noción de diferencia cultural es una empresa no exenta
de dificultades, las cuales se deben en parte a la complejidad que entraña el
concepto mismo de cultura. La motivación del problema no reside únicamente,
como sostiene Mayoral Asensio, «en la utilización de denominaciones muy
diferentes, sino también en que lo que se denomina es en muchos casos no
coincidente» [Mayoral Asensio, 8].
Vlakhov y Florin elaboraron una lista más completa (pero no exhaustiva) de
las unidades léxicas sin equivalentes. En la lista figuran las interjecciones,
onomatopeyas, exotismos, siglas, formas vocativas, digresiones de norma literaria,
!36
nombres propios, fraseologismos y los realia que constituyen el grupo más amplio.
Vlakhov y Florin definen los realia como elementos textuales que denotan color
local e histórico, y a su vez, los agrupan en cuatro categorías: a) geográficos y
etnográficos; b) folklóricos y mitológicos; c) objetos cotidianos; y d) sociales e
históricos [Влахов и Флорин, 51-56].
Una interesente denominación para las palabras con una importante carga
cultural podría ser la del culturema. De origen incierto, los culturemas son
unidades semióticas que contienen ideas de naturaleza cultural con las cuales se
adorna un texto. El número de culturemas no es fácil de determinar, ya que en
cualquier sociedad lingüística existe un número ilimitado de culturemas y que se
asciende continuamente. Asimismo, los culturemas pierden validez y actualidad.
Los culturemas no existen fuera de contexto, sino que surgen en el proceso de una
transferencia cultural entre dos culturas concretas. Dicho de otra manera, los
culturemas no deben entenderse como fenómenos propios de una única cultura,
sino como consecuencia de un trasvase cultural.
Los siguientes términos se han usado en estudios traductológicos de manera
intercambiable: ítems culturalmente específicos, conceptos culturales, fenómenos
vinculados a una cultura, realia, y varios otros.
Franco Aixelá (1996), quien emplea la etiqueta culture-specific items les da
la siguiente definición: son aquellos ítems actualizados en el texto cuya función y
connotación en el texto origen presenta dificultad a la hora de transferirlo al texto
meta. La dificultad puede residir en la ausencia de este determinado ítem en la
cultura meta o en que tenga un otro estatus intertextual dentro del sistema cultural
de los lectores de la traducción [Franco Aixelá, 58].
En lo que respecta a este trabajo, hemos decidido emplear, por razones que
explicamos seguidamente, el término marcador cultural (MC), que coincide con el
que Herrero Rodes (1999) utiliza en su tesis
doctoral. En primer lugar,
consideramos que se trata de un calificativo que supera la opacidad importante de
términos como realia o culturema, los cuales no resultan fácilmente definibles
partiendo sólo del significante mismo. En segundo, parece —o al menos así lo
!37
percibimos nosotras— que la denominación marcador cultural explicita mejor la
referencia al signo lingüístico e impide la confusión con el referente mismo, como
puede suceder con términos tales como elemento cultural. En tercero, porque la
palabra marcador remite directamente a la función que desempeña el MC en tanto
que elemento que marca al concepto como perteneciente a una cultura concreta.
Para definir el concepto de Marcador Cultural recurriremos a las palabras de
la investigadora Molina Martínez quien entiende el MC como «un elemento verbal
o paraverbal que posee una carga cultural específica en una cultura y que al entrar
en contacto con otra cultura a través de la traducción puede provocar un problema
de índole cultural entre los TO y TM» [Molina Martínez, 79].
3.3. Clasificación de unidades léxicas sin equivalentes
Una interesante clasificación fue propuesta por G. V. Chernov (1958) quien
recoge las razones de una posible ausencia de equivalentes, y las compone en tres
grupos:
1. este objeto o fenómeno no existe en la cultura meta de traducción (falta de
equivalencia objetiva);
2. no existe un concepto idéntico (falta de equivalencia léxico-semántica);
3. se difieren las características léxico-estilisticas de la unidad lingüística
original y la traducida (falta de equivalencia estilística).
Aquí nos ponemos de acuerdo con A.O. Ivanov quien critica dicha
clasificación alegando, y con razón, que desde el punto de vista del traductor, la
diferencia entre una falta de equivalencia objetiva y una falta de equivalencia
léxico-semántica es poco relevante. En efecto, no aporta mucho si explicamos la
ausencia de un equivalente en el idioma meta por falta del objeto material o por
falta del concepto cultural [Иванов: 1984].
Con el fin de estudiar y describir el fenómeno de “falta de equivalencia”
resulta conveniente tomar la clasificación semiótica de significados. Esta
clasificación está basada en la relación que un signo pueda tener a un objeto
!38
exterior a él. De acuerdo con la clasificación semiótica los significados que
podamos encontrar en cualquier oración en cualquier lengua del mundo se dividen
en tres tipos:
•
referencial, que implica la relación entre el signo y su referente, sea
este un concepto o un objeto material;
•
pragmático, que implica la relación entre el signo y la persona o
comunidad lingüística que lo usa en el habla cotidiano (connotación);
•
intralingüístico, que implica la relación entre un determinado signo y
un otro signo o elemento de la misma estructura semiótica a que ambos
pertenecen, en nuestro caso, un idioma.
El significado referencial de un signo del idioma original (palabra u oración)
siempre será pertinente a la hora de traducir, puesto que para poder recrear el
concepto en el idioma meta, habrá que analizar detalladamente las relaciones entre
este signo y sus referentes en la cultura lingüística original. Sin duda, el traductor
debe transmitir este tipo de significado lo más fiel posible ya que constituye la
mayor parte del contenido de cualquier palabra.
El significado pragmático de un signo lingüístico (palabra u oración) incluye
la actitud personal, emotiva del hablante hacia el objeto en cuestión, su pertenencia
a un determinado grupo social o étnico, etc. Estos matices del signicado
normalmente se consideran adicionales, secundarios al significado referencial. Sin
embargo, aportan mucho desde el punto de vista de función del texto, por lo que
sería oportuno conservarlos en la traducción.
En lo que se refiere al significado intralingüístico, la situación es muy
diferente. El significado intralingüístico de un signo del idioma original que
incluye su composición fonémica y el valor gramatical (indicios formales de su
pertenencia a una determinada categoría gramatical) no son relevantes para el texto
meta por definición. Al contrario, cobran sentido solo en el marco de su propio
sistema lingüístico. Las divergencias entre los textos original y el traducido en
función de este tipo de significado aparecen de manera general, y le conciernen al
!39
traductor solo en la medida en que reflejan las divergencias entre los signicados
referencial y pragmático.
Las diferencias entre los significados referenciales de las unidades
lingüísticas de la LO y la LM pueden ser reducidas a dos causas:
a. Ausencia en la LM de la unidad lingüística que tenga el mismo significado
referencial que la unidad inicial de la LO.
b. Coincidencia parcial de los significados referenciales de los elementos de
la LO y la LM.
Hablando de la ausencia en la LM de un determinado concepto que en la LO
se designa por la unidad léxica X, a menudo se utiliza el término “lacuna”. Dicho
esto, cabe subrayar que no se trata de la imposibilidad de expresar el concepto en
cuestión mediante los recursos propios de la LM, sino de la imposibilidad de
recrearlo en el idéntico nivel. Un idioma es un sistema abierto, por lo tanto,
cualquier concepto proveniente de un idioma puede ser explicado de alguna
manera en un otro idioma, aunque no necesariamente en el mismo nivel del plano
de expresión. En otras palabras, un concepto expresado por una palabra en la LO
puede requerir varias palabras en la LM. De hecho, la “descripción” es el método
común para la traducción de lacunas semánticas.
Hace mucho tiempo los estudiosos de traducción notaron que las
divergencias del significado pragmático entre las unidades de la LO y la LM
ocurren con la misma frecuencia, o incluso más frecuente, que las divergencias del
significado referencial. En cada idioma hay palabras que coinciden en su
significado referencial pero difieren en características estilisticas, matiz emotivo o
registro. Para minimizar las pérdidas en el nivel pragmático, normalmente se
intenta compensarlos en el marco de un contexto más amplio. Esta posibilidad no
deja de ser hipotética, mientras tanto, si el significado pragmático de una unidad
lingüística no se transmite plenamente o se transmite en un otro nivel del plano de
expresión, no podemos hablar de equivalencia.
!40
La clase más amplia dentro del léxico sin equivalentes en función de su
sentido pragmático está constituida por digresiones de la norma lingüística general.
A esta clase pertenecen los dialectismos regionales y sociales, localismos, argot,
vulgarismos, slang, léxico tabú, arcaísmos y otras digresiones de la norma
lingüística general.
Los nahuatlismos que hemos recogido y analizado en la presente
investigación es un grupo de palabras muy amplio y complejo. Una parte de ellos
pueden considerarse los realia (como los entienden Vlaknov y Florin) ya que
denominan objetos y fenómenos de un ambiente geógrafico y cultual específico.
En su conjunto, podríamos llegar a atribuir los nahuatlismos a la clase de
dialectismos. Lo hacemos con reticencias puesto que, como se explicó en el
Capítulo I, en su mayoría los nahuatlismos no pertecen a un dialecto, sino a una
variante nacional, e incluso traspasan los bordes nacionales, penetrando tanto en
otros variantes nacionales del español, como en otras lenguas del mundo. Aquí de
nuevo nos vemos obligadas a destacar la conveniencia del término “marcador
cultural” que recoge estos diversos enfoques y neutraliza matices indeseables.
Dialectismos
Marcadores
culturales
Realia
!41
Imágen 1: En nuestra opinión, el
término marcador cultural engloba
otros tipos del léxico sin
equivalentes, como los realia y el
dialectismo.
CAPÍTULO 4. Estrategias de traducción del léxico sin equivalentes
Ante todo, queremos hacer constar que “no existen soluciones unívocas ni
técnicas características para la traducción de los culturemas [marcadores
culturales], sino una multiplicidad de soluciones y de técnicas en función del
contacto entre las dos culturas, del género textual en que se inserta, de la finalidad
de la traducción, etc.» [Hurtado Albir, 615].
Estamos de acuerdo con Newmark quien habla de la importancia de atender
a los «factores contextuales», dentro de los cuales incluye «la finalidad del texto,
«la motivación», «el nivel cultural, técnico y lingüístico de los lectores», «la
importancia del referente cultural en el texto de partida», «el marco», «la novedad
del término/referente» y «el futuro del referente». La existencia de todos estos
parámetros que condicionan la elección de una o varias estrategias en detrimento
del resto nos conduce a hablar de la imposibilidad de establecer una estrategia a
modo de receta para los traductores [Newmark: 1992, 145].
4.1. Transferencia: préstamo y calco
Para la teoría de la traducción, tiene una importancia decesiva el establecer
una diferencia clara entre la traducción y la transferencia como procesos
radicalmente opuestos.
En la traducción, hay una sustitución de significados y significantes de la
lengua original (LO) por significados y significantes de la lengua a la que se
traduce (LT). Good morning se traduce por ‘Buenos días’, a pesar de que morning
no significa ‘día’, sino ‘mañana’; y a pesar también de que en español no se dice
‘Buena mañana’, ni ‘Buen día’, sino precisamente Buenos días, en plural. Sucede,
por tanto, que, en la traducción, todos y cada uno de los segmentos del texto (T) de
la LT tienen unos valores que derivan de la propia estructura de la LT [Torre, 89].
En la transferencia, por el contrario, existen partes del texto de la LT cuyos
valores han sido previamente establecidos en la LT. Tiene lugar, así pues, un
auténtico injerto de significantes y significados del TLO sobre el TLT [Catford:
1970, 75-83]. Si lo que se transfiere son palabras o unidades léxicas, hablamos de
!42
préstamos. Así, ‘fútbol’ es un préstamo del inglés football. Y si lo que se transfiere
son significados de palabras o unidades léxicas de la LO, inexistentes en la LT,
pero utilizando significantes de la propia LT, hablamos de calcos. Así, ‘balompié’
es un calco del inglés football (foot, ‘pie’; ball, ‘balón’) [Torre, 90].
Peter Newmark, aunque reconoce que hay autoridades en la materia que
niegan que la transferencia sea un verdadero procedimiento de traducción, afirma
que no (p. 91) existe otro término mejor que éste para designar lo que hace un
traductor cuando decide usar en su texto una palabra de la LO, como aerobic,
impasse, perestroika o saudade [Newmark: 1992, 117]. Identifica la transferencia
con – y la reduce a – la transcripción y el préstamo, y la define como el
procedimiento de ‘traducción’ por el que ‘se transfiere’ un término o unidad léxica
de la LO en el texto de la LT [Newmark: 1992, 342].
García Yerba, para quien el préstamo no es en absoluto un
procedimiento de traducción, sino precisamente la renuncia a traducir, considera
que el calco sí es traducción, y que por tanto puede contribuir a enriquecer la
lengua que lo realiza [García Yerba, 335]. Por supuesto que el calco, como todo
proceso de génesis léxica, enriquece la lengua que lo experimenta; pero lo que no
es tan seguro es que constituya un procedimiento de auténtica traducción.
Precisamente, como apunta Catford, la transferencia de significado se da cuando
un TLT contiene una palabra de la LT en la forma fonológica y gráfica que es
normal en la LT, pero con un significado contextual que ha sido tomado de la LO.
Esto y no otra cosa es lo que se entiende por calco [Catford, 82].
Para la lengua receptora, no cabe duda de que las transferencias
lingüísticas – tanto en el caso del préstamo como en el del calco, así como en la
transcripción o adaptación de los nombres propios y en el trasvase de los
neologismos terminológicos del lenguaje científico y técnico – implican un
enriquecimiento para la lengua receptora, con las matizaciones que oportunamente
se irán haciendo. No en balde los calcos y los préstamos constituyen un engranaje
esencial en el mecanismo de la lexicogénesis. Desde el punto de vista del traductor,
suponen una claudicación, una renuncia a traducir en sentido estricto. Y, sin
!43
embargo, es precisamente la necesidad de traducir lo que hace posible las
transferencias [Torre, 93].
La distinción entre préstamos y extranjerismos (galicismos,
anglicismos, germanismos, arabismos, etc.) se suele basar en el grado de
adecuación o adaptación del nuevo vocablo a la estructura de la lengua receptora,
la oportunidad de su empleo y la fecha de su incorporación. El Diccionario de la
RAE define el extranjerismo como “préstamo, especialmente el no adaptado”.
Generalmente, los préstamos fueron primero extranjerismos que, si resistieron la
prueba del tiempo y no fueron eliminados por innecesarios y rechazables, acabaron
por naturalizarse hasta llegar a confundirse con los restantes elementos léxicos de
la lengua.
En realidad, también los préstamos dejan de serlo en el transcurso de
los años. Así, por ejemplo, en la actualidad, el hablante nativo de la lengua
española no suele tener por lo común la conciencia lingüística de que el azahar o la
azucena consistan en ‘préstamos’ de procedencia árabe [Torre, 94].
ejemplos:
(1)
Por el camino de Jiquilpan, bordeado de camichines, el viejo Esteban viene
montado en el lomo de una vaca, arreando el ganado de la ordeña [Rulfo:
1983, 137].
По обсаженной камичинами дороге на Хикильпан едет верхом на
корове старик Эстебан, гонит стадо домой на утреннюю дойку.
(2)
Un campesino descalzo, iletrado, bebedor de pulque y mascador de tacos
Босоногий и неграмотный крестьянин, любитель выпить пульке и
пожевать тако [Фуэнтес: 2011, 276].
4.2. Traducción
En lo que se refiere a la traducción del léxico sin equivalentes (del que los
marcadores culturales forman parte), resulta conveniente tomar la lista de
!44
estrategias traductológicas de Ivanov como base de nuestro análisis. En la lista
figuran:
•
Transformaciones léxicas (concreción y generalización);
•
Transformaciones semánticas (siguendo a Franco, la subdividimos en
tres procedimientos: la neutralización limitada, la neutralización absoluta y
la naturalización);
•
Transformaciones léxico-gramaticales (evolución semántica,
expansión, omisión, compensación).
La teoría general de la traducción conoce muchos otros procedimientos de
traducción, por ejemplo, traducción antonímica, modulación (Львовская, Vinay y
Darbelnet, etc. ), pero son difícilmente aplicables a la hora de traducir marcadores
culturales.
4.2.1. Transformaciones léxicas
Este tipo de transformaciones consiste en la sustitución de la unidad léxica
de la LO con una unidad léxica de la LM que tenga un significado más amplio o
más estrecho que el de la unidad inicial. Esencialmente, se dividen en dos tipos:
concreción y generalización. Cabe señalar, que el par de unidades correspondientes
que obtenemos a partir de una transformación léxica, no pueden considerarse
equivalentes en el pleno sentido de la palabra. Dicho de otra manera, las
transformaciones léxicas no permiten conservar todos los componentes del
significado del TO relevantes en un contexto dado, o no los conservan en el mismo
plano de expresión.
ejemplo de concreción:
(3)
Es una que trae un molote en su rebozo y lo arrulla diciendo que es su crío
[Rulfo: 1983, 54].
Чудачка она, сделала себе куклу из тряпок, в шаль запеленала и
таскает с собой, баюкает, - дескать, ребёночек это её [Рульфо, 99].
(molote – cualquier lío, fardo o envoltura)
!45
ejemplo de generalización:
(4)
Voy poco a la milpa. Tengo que atender los deberes de mi cargo.
Я редко хожу в поле. Дела службы не дают [Кастельянос, 45].
(milpa – terreno dedicado al cultivo del maíz)
Además, aunque parezca paradójico, hemos encontrado un caso ambiguo que lleva
rasgos tanto de concreción como de generalización:
(5)
Ahora aquí, rodeado de las montañas cobrizas y la tarde reverberante y
translúcida y los olores de tortillas y chile y las guitarras lejanas
И вот теперь здесь, среди медно-желтых гор, прозрачных и
трепетных сумерек, и запаха печеных тортилий с зелёным перцем, и
далеких переборов гитары [Фуэнтес: 2011, 233].
(la traductora especifica el color de la verdura, pero suprime la variedad
concreta del pimiento).
4.2.2. Transformaciones semánticas: sustitución
Entramos aquí en el terreno de las estrategias en las que el traductor ya no
realiza una mera transcripción o adaptación formal del MC original, sino que
efectúa operaciones que acercan o neutralizan todo o parte del exotismo cultural
del referente original.
Transformación semántica no implica solamente el cambio en el plano de
expresión del contenido, sino la sustitución del contenido mismo, es decir, de los
elementos que componen dicha situación.
Según Franco Aixelá, existen tres tipos de estrategias de sustitución: la
universalización limitada, la universalización absoluta y la naturalización.
Universalización (neutralización) limitada consiste en la sustitución del
MC original por un referente distinto, pero que aún se considere exótico por ser
característico del universo cultural de partida.
Con este procedimiento, el traductor reconoce una opacidad excesiva del
MC, pero busca una referencia nueva que cumpla todas las condiciones de
!46
verosimilitud manteniendo un referente reconocible como exótico o propio del
universo cultural del TO [Franco Aixelá, 117].
Generalmente se utilizará la neutralización limitada cuando sea importante
mantener el matiz del texto original en el TM, es decir, cuando la traducción
predominante sea la extranjerización frente a la domesticación.
ejemplo:
(6)
.. vi las botellas encorchadas repletas con el vino inquieto de los valles de
Coahuila, tan cerca del desierto que saben a vino de nopal
.. видел горы закупоренных бутылок с шипучим вином из Коауилы в
наших диких местах, где пьют только спирт из сока агавы [Фуэнтес:
2011, 209].
(el nopal pertenece a la familia de las Cactáceas, mientras que el agave
proviene de la familia Agavaceae. Sin embrago, ambas plantas forman parte de la
flora mexicana).
Universalización (neutralización) absoluta consiste en la neutralización
completa del MC original, convirtiéndolo en un referente culturalmente no
atribuible a ninguna sociedad concreta.
Esta estrategia constituye un paso más en el proceso de desculturación, si
bien el traductor sigue evitando posibles problemas de verosimilitud al no sustituir
un universo cultural por otro, sino limitarse a despojar al original de una
especifidad que le resta comprensibilidad [Franco Aixelá, 117]. En este caso, se
optará por sustituir el elemento del TO por otro del mismo ámbito pero de carácter
más general para que así sea más transparente y el lector lo identifique fácilmente
aunque no lo reconozca como propio de su cultura.
ejemplos:
(7)
.. por el rumbo donde tiré a Remigio se levantaba una gran parvada de
zopilotes a cada tronido que daban los cohetes [Rulfo: 1983, 124].
.. а над Сапотланом ракеты цветные взлетают, и как взлетят, сразу
туча стервятников в воздух поднимается, треск их пугает.
!47
(se sustituye por una otra ave rapaz carroñera común en los continentes
africano y euroasiático)
(8)
Alrededor del jacal ronda el viento.
Вокруг жилья разгуливает ветер [Кастельянос, 23].
(no solamente una vivienda, sino una choza muy humilde construida,
generalmente, de adobe y con techo de paja).
Naturalización consiste en la sustitución del MC por otro cuyo referente se
considere patrimonio específico de la cultura de recepción [Franco Aixelá, 118].
Esta estrategia se basa en la sustitución de los elementos opacos por aquellos que
resulten propios de la cultura del TM, eliminando así cualquier matiz del TO y
haciendo una traducción domesticadora.
ejemplo:
(9)
Crees que la biznaga sabe leer y yo no?
Думаешь каждый пень умеет читать, а я не умею? [Фуэнтес: 2011, 51]
(en la cultura lingüística rusa, ‘пень’ funciona como símbolo de torpeza o
necedad).
4.2.3. Transformaciones léxico-gramaticales
Como se infiere de su nombre, las transformaciones léxico-gramaticales
representan la combinación de dos tipos de transformaciones. Aquí la sustitución
léxica va acompañada de transformaciones gramaticales (transposición, partición o
fusión de cláusulas, y otras reposiciones gramaticales).
Evolución semántica. Reemplazo del concepto original por uno lógica y
contextualmente relacionado con él. Se da en los casos en los que, por ejemplo, la
causa se sustituye por efecto y vice versa, el proceso se reemplaza por el objeto del
mismo, etc.
ejemplo:
!48
(10) Allá en los campos la milpa oreó sus hojas y se acostó sobre los surcos para
defenderse del viento [Rulfo: 1983, 75-76].
Зелёные всходы маиса уже давно просушили свои листочки и теперь,
хоронясь от губительных вихрей, полегли в бороздах [Рульфо, 143].
(el tipo de terreno -dedicado al cultivo del maíz- se transforma en sus partes
constituyentes -verdes brotes del maíz-)
Expansión. Cuando existen diferencias acusadas entre las formas y
funciones culturales de la LO y las correspondientes de la LT, puede ser necesario
introducir notas aclaratorias, que aseguren la correcta interpretación del texto. A
veces, el mismo texto puede ofrecer una explicación mediante la adición de
clasificadores a los términos de la LO que puedan ser totalmente desconocidos en
la LT: ‘animales llamados camellos’, ‘una piedra preciosa denominada rubí’, ‘la
ciudad de Jerusalén’ [Nida y Taber, 109].
Podemos hablar de expansión cuando en el texto meta se insertan
palabras aclaratorias, cuya ausencia dejaría el texto poco comprensible para el
receptor de la traducción. Estas añadiduras completan y explican el sentido de
términos, marcadores culturales, extranjerismos y otros, apareciendo tanto en el
medio del texto como en forma de notas al pie de página.
En principio, no deben efectuarse alteraciones – señalan Nida y Taber – a
menos que:
1) El texto corra el riesgo de ser malentendido por los receptores.
2) El texto pueda no tener ningún sentido para ellos.
3) La traducción está tan ‘sobrecargada’ que su desciframiento constituya un
problema para el lector corriente.
Cuando se trata de traducir “cosas” que no existen en la cultura de la LT,
mientras una traducción basada en la equivalencia formal recurriría a la
transcripción y el calco, añadiendo una nota explicativa, la equivalencia dinámica
!49
trataría de salvar el obstáculo mediante una expresión que en el conjunto se adapte
a la misma situación comunicativa [Torre, 125].
La colocación incauta o poco hábil de las añadiduras traductológicas guarda
el riesgo de resultar en cierta arbitrariedad del traductor. Dicha reserva es
particularmente relevante para la traducción de obras literarias aunque también
pueda aplicarse para otros tipos de traducción. Una excepción podría ser la
traducción informativa, en la cual se admite cualquier interpolación que alcarara
sentidos que en caso contrario quedarían ocultos para el receptor. Por otro lado, un
traductor no tiene por qué tener miedo a poner notas a pie de página solo porque en
el texto original no las hay o temer que dificulten demasiado la comprensión. Si es
posible prescindir de ellos, es mejor evitar interpolaciones, pero al mismo tiempo,
en no pocos casos resultan bienvenidos y necesarios.
En nuestro análisis distinguiremos entre tres tipos de expansión:
•
Adición de una glosa intratextual
La glosa intratextual o explicitación consiste en incluir una explicación o
hacer explícito algo implícito de tal manera que la añadidura del traductor se
integre en el texto terminal como parte indistinta del mismo. Se trata de un
procedimiento que encuentra su mayor fuente de recursos en los llamados
clasificadores, esto es, en todos aquellos términos comunes que definen la
naturaleza del ente expresado (fundamentalmente el tipo de accidente geográfico –
río, monte, lago, etc.- o el cargo o profesión – novelista, profesor, folósofo, etc.)
[Franco Aixelá, 116].
ejemplos:
(11) Había un aparato de petróleo. Había una cama de otate, y un equipal en
que estaban las ropas de ella [Rulfo: 1983, 41].
На столе горела керосиновая лампа. Она освещала бамбуковую – из
отате – кровать и плетеный стул, на котором лежала женская одежда
[Рульфо, 75].
!50
(otate – un tipo de bambú común en México)
(12) .. los almudes de las diferentes clases de frijol y de maíz; los chiles secos y
el café tostado reconfortadores.
.. мерки фасоли и маиса разных сортов; сушеный перец чили и
поджаренные зерна кофе, которые так подкрепляют [Кастельянос, 307].
• Nota a pie de página (glosa extratextual)
ejemplos:
(13) Cuando la red estuvo llena Catalina la cargó sobre su espalda. El mecapal
que se le incrustaba en la frente parecía una honda cicatriz.
Когда сетка заполнилась до отказа, Каталина взвалила её на спину.
Мекапал1, впившийся в лоб, напоминал глубокий шрам [Кастельянос, 26].
(1мекапал – кожаный головной обруч, к которому прикрепляют ношу на
ремнях)
(14) Lo vi que se movía en dirección de un tejocote y que agarraba el guango
que yo siempre tenía recargado allí [Rulfo: 1983, 122].
Смотрю, поворачивается он, — а у меня во дворе техокоте3 растет и
на суку висит резак, снимать сливы, — Ремихио берет этот резак — и ко
мне.
( 3техокоте – дерево с плодами, похожими на сливы)
• Descripción
elemplos:
(15) El coamil donde yo sembraba todos los años un tantito de maíz para tener
elotes, y otro tantito de frijol, quedaba por el lado de arriba.. [Rulfo: 1983, 118]
Невелик был участок, только и хватало фасоли посадить да маиса — не
на зерно, а чтобы свежих початков поесть, вареных.
(elote – mazorca tierna de maíz, que se consume, cocida o asada)
!51
(16) Y la chicha y el aguardiente retumbando en el interior de tecomates y
cántaros.
В тыквенных флягах и кувшинах булькали чича и агуардьенте
[Кастельянос, 211].
(tecomate – vasija de forma hemisférica, hecha con la corteza de ciertos
frutos como guajes o calabazas)
Reducción. La reducción u omisión de ciertas partes del texto original en la
traducción consiste en la explusión del texto meta de toda información secundaria
y excesiva que dificulta la comprensión del lector y le es poco importante. Resulta
difícil detectar el límite donde se acaba la omisión justificada y empieza la
supresión por voluntad arbitraria del traductor. Sea cual sea la razón de una
reducción, esta estrategía traductológica siempre se ha visto con desconfianza. Sin
embargo, en determinadas condiciones la omisión sí es justificada e incluso
necesaria, y debe ser considerada un procedimiento legítimo dentro de
transformaciones léxico-gramaticales.
ejemplo:
(17) Pensó que se los habían dejado nomás a él, que eran sus nahuales, sus
espíritus animales.
Ему почудилось, что их оставили тут специально для него, что они –
его духи-звери [Фуэнтес: 2011, 187].
Compensación. Es una estrategía compleja que integra varias
transformaciones: sustitución léxica u omisión y expansión. La diferencia entre
compensación y expansión consiste en que el procedimiento de compensación no
se reduce a una simple interpolación, sino que comprende la sustitución de un
concepto por uno otro y una simultánea adición de otras palabras para compensar
la pérdida. La mayor ventaja de este tipo de transformación traductológica es que
permite compensar las pérdidas de significado que implica la sustitución en algún
otro lugar del texto meta [Иванов: 2006, 61-78].
ejemplo:
!52
(18) Y tu madre se levantaba antes del amanecer. Prendía el nixtenco. Los gatos
se despertaban con el olor de la lumbre [Rulfo: 1983, 19].
И мать твоя поднималась до зари. Сама разводила огонь в очаге, пекла
тортильи, поджаривала зерна какао и кофе. Почуяв дымок, просыпались
кошки [Рульфо, 33].
(nixtenco – una especie de fogón de arcilla para cocinar tortillas, tostar
granos de café y preparar otro alimentos)
A continuación llevaremos a cabo el análisis de algunos ejemplos de
traducción de los MC comparando las estrategias utilizadas por las traductoras
rusas (П. Глазовой, М. Абезгауз, М. Былинкиной). Con el análisis pretendemos
averiguar cuáles son las estrategías más usadas, contemplar si estas estrategias les
permiten alcanzar el máximo grado posible de equivalencia y, en algunos casos,
ofrecer una nueva traducción que según nuestra opinion resulte más adecuada.
Para este propósito nos guiaremos por la afirmación de Lvovskaya de que
“las transformaciones traductológicas pueden considerarse equvalentes si
garantizan la invariabilidad de la estructura semántica del texto, es decir, la
invariabilidad de las subestructuras semántica y pragmática de los TO y
TM” [Львовская: 1985, 166-167].
!53
4.3. Análisis de ejemplos
!54
AMOLE
El
oficio
Del náhuatl de
tiniebl
‘amulli’ as /
jabón
Молит
ва во
Nombre con
тьме
que se
[43]
designan en
El
México
llano
varias
en
plantas de
llamas
distintas
/
familias,
Равни
cuyos
на в
bulbos y
rizomas se огне
usan como [151]
jabón.
(19) Catalina fue
temprano a
bañarse al
arroyo; se lavó el
pelo con la raíz
del amole hasta
dejarlo rechinante
de limpio;
Спозаранок
Каталина
искупалась в
ручье; корнем
амоле вымыла
волосы так
чисто, что они
заскрипели;
Préstamo El MC
‘amole’ se
transfiere al
ruso
mediante
transliteraci
ón
(20) Luego
volvimos la cara
para poder ver
otra vez hacia
arriba y miramos
las ramas bajas
de los amoles que
nos daban tantita
sombra. Olía a
eso; a sombra
recalentada por el
sol. A amoles
podridos.
А мы снова
уставились
глазами в небо.
Над нами
нависали низкие
ветви
сапиндусов,
только тени от
них было
негусто. И пахла
эта тень не
прохладой, а
раскаленным
солнцем и
вонючим
сапиндусовым
мылом.
Concreci
ón +
Glosa
intratextu
al
El
llano
en
llamas
/
Равни
на в
огне
[152]
(21) Eso hizo que
las cosas
despertaran:
volaron los
totochilos, esos
pájaros colorados
que habíamos
estado viendo
jugar entre los
amoles.
И вмиг все стало Concreci
по-другому.
ón
Взлетела вверх
стая пестрых
арам — только
что они
беззаботно
играли в зелени
сапиндусов.
!55
Sapindus –
un género
concreto de
arbustos
que
contienen
detergente
natural
(entra
dentro del
concepto de
amole)
Comentario: Aunque sean diversas las estrategias, las tres transferencias nos parecen
adecuadas. En ejemplo 19 la traductora introduce una palabra desconocida para el
lector ruso, pero la que será entendida dentro del contexto. ‘Сапиндус’ (ejemplos 20 y
21) es una palabra que ya existe en ruso pero siendo un término botánico también
puede resultar desconocida para el lector común. Otra vez, el contexto da a entender
que se trata de una planta. Además, en ejemplo 20 observamos una añadidura
intratextual que especifica que esta planta es utilizada para fabricar jabón.
CHILE
El
oficio
Del náhuatl de
tiniebl
‘chilli’
as /
Молит
Una
ва во
variedad de
тьме
pimiento
[171]
picante
El
oficio
de
tiniebl
as /
Молит
ва во
тьме
[307]
El
viejo
gringo
/
Стары
й
гринго
[233]
(22) Entonces
viene el caldo de
gallina con chile
tostado.
На помощь
Generaliz Se alude a
приходит
ación
la clase de
куриный бульон с
verdura sin
поджаренным
especificar
перцем.
la variedad
(12) .. los almudes
de las diferentes
clases de frijol y
de maíz; los
chiles secos y el
café tostado
reconfortadores.
.. мерки фасоли и
маиса разных
сортов; сушеный
перец чили и
поджаренные
зерна кофе,
которые так
подкрепляют.
Préstamo
+ Glosa
intratextu
al
Se añade el
“clasificado
r” a un
préstamo ya
asimilado
por el
idioma ruso
(5) Ahora aquí,
rodeado de las
montañas
cobrizas y la tarde
reverberante y
translúcida y los
olores de tortillas
y chile y las
guitarras lejanas
И вот теперь
здесь, среди
медно-желтых
гор, прозрачных и
трепетных
сумерек, и запаха
печеных
тортилий с
зелёным перцем,
и далеких
переборов
гитары
Generaliz
ación /
Concreci
ón
Se
especifica
el color
verde de la
verdura,
pero se
suprime la
variedad
!56
Comentario: El texto traducido en el ejemplo (5) evoca una imagen un tanto distinta de
la sugerida por el autor. Efectivamente, el chile puede ser verde, pero no está dicho.
Según la opinión de Lvovskaya: “El texto traducido no debe nunca entrar en conflicto
con el programa conceptual del autor del TO. En otras palabras, la traducción no
debería llevar implicaciones equívocas, o sea implicaciones que no se derivan
directamente del TO” [Львовская: 2007, 96-97].
Poniéndonos de acuerdo con esta afirmación, deberíamos reconocer que la traducción
en el ejemplo (5) no es adecuada.
CHOCOL
ATE
Pedro
Páram
o/
Del náhuatl Педро
'xocoatl', de Парам
о [79]
'xoco' amargo y
'atl' - agua
1. Pasta
hecha con
cacao y
azúcar
molidos;
2. Bebida
que se hace
a partir de
dicha pasta
cocida en
agua o en
leche
El
oficio
de
tiniebl
as /
Молит
ва во
тьме
[111]
El
oficio
de
tiniebl
as /
Молит
ва во
тьме
[236]
(23) Solo se les
oyó sorber el
chocolate cuando
les trajeron el
chocolate, y
masticar tortilla
tras tortilla
cuando les
arrimaron los
frijoles.
Ели тоже молча,
только шумно
прихлёбывали
шоколад, когда
появились чашки
с шоколадом, и
громко зачавкали,
когда им подали
фасоль и
тортильи.
Préstamo
+ Glosa
intratextu
al
Las
traductoras
utilizan un
préstamo ya
asimilado
por el
idioma
ruso,
insinuando
el modo de
(24) La misa
Недолгая обедня, Préstamo tomar el
breve, el
чашка шоколада + Glosa chocolate
chocolate a su
в установленный intratextu en México
hora, la tertulia; .. час, одно и то
al
же общество..
(25) Conozco sus
mañas y les
vamos a dar una
sopa de su propio
chocolate.
Знаю я их
коварные
штучки, но мы
заставим этих
пройдох самих
расхлёбывать
кашу, которую
они заварили.
Naturaliz La
ación
traductora
cambia un
dicho
mexicano
por un
dicho ruso
cuyos
referentes
no
coinciden
!57
Es interesante que ambas traductoras (П. Глазова, М. Абезгауз) consideran oportuno y
necesario expandir el TM aclarando para el lector final el modo de tomar el chocolate.
En caso contrario, es muy probable que el lector ruso se hubiera hecho una idea
equívoca.
En lo que se refiere al ejemplo (25), la traducción es inadecuada. “Dar a alguien una
sopa de su propio chocolate” es un dicho mexicano que significa, utilizando un otro
refrán, “pagar con la misma moneda”. Una traducción más adecuada podría ser “Знаю
я их коварные штучки, но мы отплатим этим пройдохам той же монетой”.
COMAL
El
llano
Del náhuatl en
llamas
‘comalli’
/
Равни
Disco de
на в
barro o de
огне
metal que
[114]
se utiliza
para cocer El
tortillas de oficio
maíz o para de
tiniebl
tostar
as /
granos de
Молит
café o de
ва во
cacao.
тьме
[23]
(26) Y en este
comal acalorado
quieren que
sembremos
semillas de algo,
para ver si algo
retoña y se
levanta.
Посеешь на этой Neutraliz El MC se
раскаленной
ación
sustituye
сковороде! Хотел absoluta por un
бы я
concepto
посмотреть, как
más
оно зазеленеет
universal
да расцветет.
que tiene un
uso similar
(27) Si la mandas
a tortear deja que
las tortillas se
tuesten en el
comal.
Велишь лепешки
печь – подгорят
у неё на
жаровне.
!58
Neutraliz
ación
absoluta
El
oficio
de
tiniebl
as /
Молит
ва во
тьме
[214]
(28) En el interior
del jacal se
afanan las
mujeres. Muelen
el maíz en el
metate, echan las
tortillas al comal,
vigilan el
condimento de las
viandas.
Внутри хижины
хлопочут
женщины.
Мелют ручной
мельницей маис,
бросают на
комаль1 лепёшки,
готовят
приправы к мясу.
(1 Комаль – диск
из
необожженной
глины, на
котором пекут
лепёшки, а
также
поджаривают
зёрна кофе и
какао)
Nota a
pie de
página
(glosa
extratext
ual)
El MC se
transfiere al
ruso
mediante la
transcipción
y se explica
en una nota
a pie de
página
Comentario: El único reparo que se podría hacer aquí es el siguiente. Según
observamos, dicho MC aparece dos veces en la obra El oficio de tinieblas. Solo en el
segundo caso la traductora transfiere el MC al ruso añadiendo una glosa extratextual,
mientras que neutraliza el primero. A primera vista, lo lógico sería introducir el
concepto cuando se encuentra por vez primera. Sin embargo, estamos de acuerdo con
la decisión traductológica. Por un lado, la distancia entre ellos es casi de 200 páginas,
el lector puede olvidar su significado. Por otro lado, al principio del libro se introducen
muchos conceptos desconocidos en la cultura receptora, por lo que la decisión de
neutralizar algunos marcadores culturales parece justificada.
!59
HUIZACH El
E
llano
en
Del náhuatl llamas
'huixachi' - /
espinoso, de Равни
на в
'huitztli' огне
espina e
[113]
'ixachi' abundante.
Nombre
vernáculo
que reciben
en México
varias
especies de
la familia
de las
fabáceas.
El
llano
en
llamas
/
Равни
на в
огне
[158]
(29) No hay nada.
A no ser unos
cuantos
huizaches
trespeleques y una
que otra manchita
de zacate con las
hojas enroscadas;
a no ser eso, no
hay nada.
Как в пустыне.
Neutraliz Cassia
Лишь редкоación
(кассия) es
редко заметишь limitada una otra
на бурой земле
planta de la
зеленоватое
familia
пятно – это
Fabaceae
щетинка сакате
que crece
топорщит свои
en los
жесткие,
desiertos de
скрученные
África y
листики, или
Asia. El
чахнут вдали
nombre
два-три
suena
одиноких куста
exótico para
кассии, - больше
un lector
тут ничего нету.
ruso.
(30) ...
arrastrando
huizache y
haciendo creer a
la gente que
éramos muchos,
escondidos entre
la polvareda y la
gritería que
armábamos.
А чтобы думали,
много нас,
привяжем
каждый к
веревке ветку
акации, чтоб
дорогу мела, и
летим в туче
пыли, с гиком, со
свистом, с
воплями.
Generaliz Con el MC
ación
huizache se
designan en
México
varias
plantas de
la familia
Acacia.
Comentario: Las dos traducciones son adecuadas, aunque es curioso observar que una
misma traductora dentro de una msma obra traduce un determinado MC de dos
diversas maneras.
!60
MAPACH
E
El
viejo
gringo
Del náhuatl /
Стары
mapach.
й
гринго
Un
[60]
mamífero
carnívoro
de la
familia
Procyonida
e nativo de
Norte
América.
(31) Arroyo: algo
veloz y oculto en
el fondo de su
mirada de
mapache; algo
corriendo de aquí
para allá dentro
de su cerebro
Вот Арройо:
Error
есть что-то
неуловимое и
затаенное в его
взгляде индейцамапуче, что-то
мятущееся в его
мозгу.
Se produjo
un error en
la
traducción
debido a la
similitud
gráfica de
las palabras
mapache y
mapuche
Comentario: Carlos Fuentes hace mención de los ojos del protagonista Tomás Arroyo
calificándolos varias veces a lo largo de la obra de “amarillentos, parecidos a los ojos
de animal”, lo que es compatible con la comparación en el ejemplo (31). Se trata,
precisamente, de mapache, un animal que habita en México y los EEUU. Mientras que
los indios mapuches que aparecen en la traducción rusa es un pueblo amerindio que
habita en el sur de Chile y Argentina. Como sabemos de la novela, Tomás Arroyo es
nativo de México y no lleva parentesco alguno con los indios mapuches. Una
traducción correcta en este caso sería “Вот Арройо: есть что-то неуловимое и
затаенное в его глазах енота, что-то мятущееся в его мозгу”.
MILPA
El
llano
Del náhuatl en
llamas
‘milli’ /
heredad y
‘pan’ - en, Равни
на в
sobre.
огне
[157]
Terreno
dedicado al
cultivo del
maíz.
(32) Era la época
en que el maíz ya
estaba por
pizcarse y las
milpas se veían
secas y dobladas
por los
ventarrones que
soplan por este
tiempo sobre el
Llano.
Наступила пора
уборки маиса,
стебли стояли
уже сухие, и
когда налетал
ветер — он
любит в это
время погулять
над равнинным
простором, —
они даже
ломались от
сухости.
!61
Evolució La
n
denominaci
semántic ón del
a
terreno se
transforma
en una parte
de la planta
que allí
crece.
El
oficio
de
tiniebl
as /
Молит
ва во
тьме
[24]
(33) La milpa
estaba ahí, ya
verdeando, ya
prometiendo una
buena cosecha de
maíz.
Всходы маиса
уже зеленели,
суля богатый
урожай.
Evolució
n
semántic
a
La
denominaci
ón del
terreno se
transforma
en el
conjunto de
plantas que
allí crecen.
El
oficio
de
tiniebl
as /
Молит
ва во
тьме
[37]
(34) Pero hoy el
hombre tiene
cargo; desatiende
la milpa; las
deudas vienen a
levantar la
cosecha.
Но теперь из-за
мужниной
должности..
Маисовое поле
брошено, за
долги весь
урожай
забирают.
Descripci La
ón
traducción
refleja que
se trata de
un terreno y
el tipo de la
planta que
allí se
cultiva.
El
oficio
de
tiniebl
as /
Молит
ва во
тьме
[45]
(4) Voy poco a la
milpa. Tengo que
atender los
deberes de mi
cargo.
Я редко хожу в
Generaliz Sabemos
поле. Дела
ación
que se trata
службы не дают.
de un
terreno
cultivable
sin
especificar
el cuál.
Comentario: Dos traductoras consideraron conveniente recurrir a la evolución
semántica, puesto que existe una relación metonímica entre el terreno (milpa) y las
plantas o sus partes que allí se cultivan (tallos de maíz, brotes de maíz). En ejemplo (4)
la traductora decide no especificar la clase de terreno dado que no es la primera vez
que aparece el concepto (ejemplo 34), y a esa altura ya se entiende implícitamente.
!62
MITOTE
Pedro
Páram
Del náhuatl o /
Педро
‘mitoti’ Парам
bailarín.
о [36]
1. Cierta
danza
indígena; 2.
Fiesta
casera; 3.
Bulla,
pendencia,
alboroto.
Pedro
Páram
o/
Педро
Парам
о [88]
(35) Hubo un
tiempo que estuve
oyendo durante
muchas noches el
rumor de una
fiesta. Me
llegaban los
ruidos hasta la
Media Luna. Me
acerqué para ver
el mitote aquel y
vi esto: lo que
estamos viendo
ahora. Nada.
Nadie.
Как-то много
Naturaliz Дым
ночей подряд,
ación
столбом es
мне всё чудился
una
праздничный
expresión
шум. Дай, думаю,
del lenguaje
схожу
popular
посмотрю, что
ruso que
там за веселье
significa
такое, что за
“alboroto,
дым столбом,
revoltijo,
раз у меня в
griterío,
Медиа-Луне
bullicio”.
слышно.
Por ende,
Поближе
tiene un
подошла – на
significado
улицах ни души,
parecido al
пусто, вот как
mitote.
сейчас.
(36) Hazles ver
que no andas
jugando ni
divirtiéndote.
Dales un pegue y
ya verás cómo
sales con centavos
de este mitote.
Дай им
почувствовать,
что ты не в
бирюльки с ними
играешь и не
шуточки
шутишь. Не
церемонься,
тряхни их как
следует,
посмотришь,
сентаво на тебя
дождем
посыплются.
Omisión
El concepto
se omite
Comentario: Aunque nos parezca adecuada la traducción existente, se podría intentar
evitar la omisión. Proponemos una traducción del dicho fragmento que conserve el
significado del mitote: вот увидишь, выйдешь из этой заварушки с полным
карманом сентаво (naturalización).
!63
NAHUAL
El
oficio
Del náhuatl de
‘nahualli’ - tiniebl
as /
bruja.
Молит
ва во
En la
тьме
mitología
[91]
popular,
El
animal
oficio
simbólico
de
que
representa tiniebl
as /
el espíritu
protector de Молит
ва во
una
тьме
persona.
[189]
El
viejo
gringo
/
Стары
й
гринго
[187]
(37) .. la
poseedora de un
nahual de fuego,
dotada del poder
suficiente para
convertirse en
este elemento y
para dictarle sus
mandatos.
.. повелительница Neutraliz El MC se
духа огня,
ación
reduce a un
способная
absoluta concepto
превращаться в
más amplio,
эту стихию и
el del
повелевать ею.
“espíritu”.
(38) El
Летучая мышь –
murciélago es un науаль, духespíritu favorable, хранитель.
un nahual.
(17) Pensó que se
los habían dejado
nomás a él, que
eran sus
nahuales, sus
espíritus
animales.
Préstamo
(glosa
intratextu
al)
Ему почудилось, Omisión
что их оставили
тут специально
для него, что они
– его духи-звери.
El MC se
transfiere al
ruso
mediante
transcripció
n.
El MC se
omite
Comentario: ambos Castellanos y Fuentes consideran necesario explicar en el texto
mismo qué es un nahual, puesto que muchos nahuatlismos pueden resultar
desconocidos tanto para los hispanohablantes fuera de México como para los
mexicanos mismos, puesto que algunos vocablos gozan de un uso regional o local. Por
ende, la aparición de una glosa intratextual en el ejemplo (38) se debe a su existencia
en el texto original. Nos parece inadecuada la ausencia de tal en el ejemplo (17).
Proponemos la siguiente traducción que conserve el MC: Ему почудилось, что их
оставили тут специально для него, что они – его науали, его духи-покровители
(préstamo).
!64
OTATE
Pedro
Páram
Del náhuatl o /
Педро
'otlatl' Парам
clase de
о [41]
carrizo,
bastón.
Una especie
de bambú
Pedro
grueso y
Páram
alto.
o/
Педро
Парам
о [47]
El
llano
en
llamas
/
Равни
на в
огне
[159]
(11) Había un
aparato de
petróleo. Había
una cama de
otate, y un equipal
en que estaban las
ropas de ella.
На столе горела Glosa
керосиновая
intratextu
лампа. Она
al
освещала
бамбуковую – из
отате – кровать
и плетеный стул,
на котором
лежала женская
одежда.
Se añade el
nombre de
la familia
para ubicar
el MC
dentro del
mundo de
la flora
(39) La cama era
de otate cubierta
con costales que
olían a orines,
como si nunca los
hubieran oreado
al sol
Кровать –
бамбуковая; от
слежавшихся
тюфяков разит
мочой, похоже,
что их даже
проветривать
никогда не
выносили.
(40) Y el que
costó más trabajo
fue aquel corporal
flaco y largo
como garrocha de
otate, que
escurría el bulto
solo con ladearse
un poquito.
Ох, и задал же
Naturaliz Жердь es
ему работенку
ación
una palabra
второй капрал.
con la que
Тощий был,
se designa
долговязый,
en el
жердина
lenguaje
жердиной,
popular
попробуй в него
ruso a una
попади, подастся
persona alta
чуток в сторону,
y delgada
стилет — мимо.
Generaliz Solamente
ación
se
menciona el
nombre de
la familia
sin
especificar
la especie
Comentario: En ejemplo (40) la traductora utiliza una expresión que pertenece al
lenguaje popular, concientemente rebajando el estilo. Eso le permite mantener en el
TM el lenguaje rústico utilizado por Rulfo.
!65
TLACUAC El
HE
oficio
de
Del náhuatl tiniebl
tlacuatzin. as /
Молит
ва во
Mamífero
тьме
marsupial
[118]
americano
de aspecto
parecido a
la rata.
(41) Ratones,
murciélagos,
tlacuaches,
habían
encontrado allí
cómodo amparo.
Крысы, летучие
мыши, саригуэи1
нашли себе там
удобное
пристанище.
Generaliz
ación +
Neutraliz
ación
limitada
+ Glosa
extratext
ual
Se toma el
orden de
mamíferos
sin
especificar
la especie,
una palabra
exótica para
el lector
ruso, que se
explica a
pie de
página
Comentario: Un caso curioso puesto que se observan tres estrategias de traducción a la
vez. Consideramos que en realidad no hacía falta complicarlo tanto, puesto que la
palabra ´tlacuache´ se traduce al ruso casi literalmente como ‘опоссум’.
ZOPILOT
E
Pedro
Páram
o/
Del náhuatl Педро
Парам
tzopílotl.
о [19]
Ave rapaz
diurna que
se alimenta
de carroña,
que vive
desde el sur
de los
Estados
Unidos
hasta el
centro de
Argentina.
El
llano
en
llamas
/
Равни
на в
огне
[124]
(42) Un zopilote
solitario se mecía
en el cielo.
- ¿Por qué
suspira usted,
Doloritas?
- Quisiera ser
zopilote para
volar donde vive
mi hermana.
В небе над
Neutraliz El MC se
нашими головами ación
sustituye
кружил ястреб. absoluta por un
concepto
«О чём это вы
más
так вздыхаете,
generalizad
Долоритас?»
o, el que no
«Были бы у меня
remite
крылья, как у
directament
того ястреба,
e a la fauna
полетела бы я к
mexicana
своей сестрице».
(7) .. por el rumbo
donde tiré a
Remigio se
levantaba una
gran parvada de
zopilotes a cada
tronido que daban
los cohetes.
.. а над
Neutraliz El MC se
Сапотланом
ación
sustituye
ракеты цветные absoluta por una otra
взлетают, и как
ave rapaz
взлетят, сразу
carroñera,
туча
que tiene la
стервятников в
misma
воздух
función y
поднимается,
produce una
треск их пугает.
parecida
impresión
!66
parecida
Neutraliz impresión
sobre el
ación
absoluta lector ruso
El
oficio
de
tiniebl
as /
Молит
ва во
тьме
[257]
(43) Ni entierro,
monseñor –
empezó a decir
con una voz
neutra, glacial- .
Los zopilotes se lo
van a comer,
como a los
animales.
Даже нельзя
предать тело
земле, - начала
она ледяным,
отчужденным
голосом. –
Стервятники
сожрут его как
падаль.
El
viejo
gringo
/
Стары
й
гринго
[28]
(44) Volaron en
círculo los
zopilotes y el viejo
levantó la cabeza.
В небе кружили Glosa
стервятникиintratextu
сопилоты.
al
Старый гринго
посмотрел вверх.
El
viejo
gringo
/
Стары
й
гринго
[35]
(45) ..
manteniéndose
vivo sólo gracias
a su alerta
animosidad
contra los
zopilotes que
volaban en
círculos sobre
todos las iglesias
de México.
.. не ложится в
Préstamo El MC se
гроб хотя бы
transfiere
потому, что
mediante la
боится и
transcripció
ненавидит
n
сопилотов,
кружащих над
всеми дворцами и
церквами
Мексики.
Se
menciona
una otra ave
y, al mismo
tiempo, se
transfiere el
nombre de
la ave
mexicana
Comentario: Nos parece poco adecuada la decisión de la traductora de El gringo viejo
(М. Былинкина) de transferir el MC ‘zopilote’ transcribiéndolo y, al mismo tiempo,
añadiendo como glosa intratextual el nombre de una otra ave habitante de Europa,
África y Asia. De hecho, la ave conocida como zopilote en México tiene una
denominación científica propia en ruso que es Американская чёрная катарта, или
Урубу. La traducción de los ejemplos (44) y (45) sería más adecuada si se hubiera
recurrido a la traducción directa, generalización (гриф, падальщик) o neutralización
(стервятник).
!67
Conclusión
En el capítulo 1 se ha establecido que la influencia del idioma náhuatl se ha
dejado sentir con mayor intensidad en el plano del léxico. En las cuatro obras
analizadas hemos encontrado alrededor de 160 casos de utilización de
nahuatlismos. El número más significativo de ellos (54) está en la recopilación de
cuentos El Llano en llamas. Respectivamente, 31 nahuatlismos forman parte de
Pedro Páramo, 48 – de El oficio de tinieblas, 26 se incorporan al texto de El
Gringo Viejo.
Obviamente, algunas palabras de uso más extendido se repiten a lo largo de
una obra o se encuentran en varias novelas. Las voces más frecuentes son:
ocote(13), zopilote (10), milpa (9), petate (8), coyote (6), mezcal (6), chocolate (5),
chile (4), otate (3), nahual (3). La aparición de estos y algunos otros nahuatlismos
en diferentes obras nos ha permitido comparar las estrategias utilizadas por las
traductoras y formar nuestro juicio en lo referente a la adecuación de sus
traducciones. En algunos casos las estrategias coincidieron; en otros, aunque
diversas, todas las traducciones resultaron adecuadas. Sin embargo, no pocos casos
admitían cierta crítica, la que en forma de ‘comentarios’ hemos incorporado en la
tabla de análisis.
Utilizando la clasificación de O.S. Chesnokova, podríamos repartir la
mayoría de nahuatlismos observados en 3 categorías: denominaciones de la flora
(amole, chile, jocote, ocote, pochote, zacate, etc.); denominaciones de la fauna
(ajolote, coyote, guajolote, camichín, totochilo etc.); léxico de cocina (comal,
jícara, metate, nixtamal, tenamaste, etc.). Los conceptos pertenecientes a las otras
categorías propuestas por Chesnokova también están presentes, pero su número es
menos significativo.
Ya se ha dicho que los vocablos de procedencia nahua entraron a formar
parte de refranes y dichos populares mexicanos. Efectivamente, hemos tenido la
suerte de encontrar un ejemplo en la obra El oficio de tinieblas: (25) Conozco sus
mañas y les vamos a dar una sopa de su propio chocolate.
!69
Según hemos podido apreciar, las tres traductoras optan por una traducción
comunicativa más que semántica. Prueba de ello la relativa escasez de
transformaciones que ensanchan el texto entorpeciendo la lectura (nota a pie de
página, glosa intratextual de más de una palabra, detallada descripción).
En cambio, las estrategias más usadas son la generalización y la
neutralización absoluta. Como resultado, el texto se lee sin tropiezos, pero no
conserva en absoluto el significado pragmático y solo una parte del significado
referencial del marcador cultural original.
En este sentido resulta más atractiva la técnica de naturalización del
marcador cultural. Muchos nahuatlismos son esencialmente dialectismos, léxico
popular. Sustitución por las palabras del habla popular rusa (naturalización)
permite conservar el aspecto pragmático y producir el mismo efecto sobre el lector
del TM que sobre el del TO. El componente referencial se mantiene o se pierde
dependiendo del caso concreto. Hemos observado solamente 6 ejemplos de
naturalización, todos de ellos adecuados.
Una estrategia que permite mantener hasta cierto punto el exoticismo del
texto origen, acercando la cultura mexicana al lector final, pero que al mismo
tiempo no entorpece la lectura es la de neutralización limitada. Dicha estrategia
tiene ciertas limitaciones, puesto que supone la sustitución de un concepto por otro
sin otro motivo que el conocimiento del segundo por un lector meta. Optando por
la neutralización limitada, el traductor pisa un terreno peligroso, pero su intuición y
habilidad le puede conducir a unas decisiones traductológicas interesantes y
exitosos. Se ha observado solamente 5 casos.
En lo que se refiere a la omisión, el procedimiento de traducción más
discutible, y, sin embargo, legítimo, solamente se ha visto 2 casos (ejemplos 36 y
17). Hemos demostrado que se hubiera podido evitar la omisión mediante la
naturalización del concepto o prestándolo.
!70
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2. http://www.asihablamos.com/
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3. http://www.tubabel.com/
4. http://elem.mx/
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