UNIVERSIDAD ESTATAL DE SAN PETERSBURGO
Facultad de filología
Departamento de lenguas románicas
Aleksandra Verkholantceva
PARTICULARIDEDES DE TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ARGENTINA
CON LOS EJEMPLOS DE LAS OBRAS DE ADOLFO BIOY CASARES
Tesis final de Maestría
en Lingüística
Directora de tesis: Olga Konstantinovna Voiku, doctora en Pedagogía
Recensora: Olga Ivanovna Sannikova, doctora en Filología
San Petersburgo
2016
CONTENIDO
Preámbulo ..................................................................................................................3
Capítulo 1. Historia de Argentina ..............................................................................6
1.1 Los primeros pobladores ...........................................................................6
1.2 La conquista ..............................................................................................8
1.3 Independencia y formación del estado …................................................10
1.4 Inmigración en Argentina …....................................................................12
Capítulo 2. El idioma de Argentina ….....................................................................20
2.1 Lenguas habladas ….................................................................................20
2.2 El estatus de lengua nacional …...............................................................23
2.3 El idioma de los argentinos: características .............................................28
2.3.1 Características fonético-entonacionales …........................................29
2.3.2 Características gramaticales …..........................................................31
2.3.3 Características léxico-semántic..........................................................39
2.3.4 Características fraseológicas ….........................................................47
2.3.5 Características estilísticas ….............................................................51
Capítulo 3. Literatura de Argentina y formación de la norma literaria …................54
Capítulo 4. Traducción de una variante nacional ….................................................67
4.1 El reto de traducir una variante nacional …...............................................67
4.2 Neutralización o traducción hacia la lengua estándar …...........................70
4.3 La traducción coloquial ….........................................................................71
4.4 Violación de la norma lingüística …..........................................................72
4.5 Traducción dialectal …..............................................................................73
4.6 El uso del léxico de la obra original …......................................................73
4.7 Traducción de fraseologismos …...............................................................73
Capítulo 5. Parte práctica …....................................................................................76
5.1 Biografía de Adolfo Bioy Casares …..........................................................76
5.2 Ejemplos de argentinismos en las obras de A. Bioy Casares ….................80
5.3 Traducción de las particularidades en comparación con el texto original ..97
Conclusiones ….....................................................................................................105
Rerefencias bibliográficas ….................................................................................107
Preámbulo
Desde hace mucho tiempo estoy interesada en las lenguas extranjeras, y el español
representa un interés especial para mí. Este idioma, por las razones históricas, abarca
numerosos países y culturas diferentes, abriendo posibilidades infinitas para el
conocimiento y la investigación. Cada país donde se habla el castellano tiene su propia
forma de hablar y sus propios rasgos.
En realidad, dentro de cada país aparecen dialectos y formas de hablar diferentes. Creo
que cada lengua natural es un organismo vivo que está siempre en desarrollo y sigue
teniendo cambios constantes, sobre todo en el ámbito del léxico. Por esta razón existe la
necesidad de inventar y establecer las reglas lingüísticas. El control de cambios que
ocurren en idiomas no es una tarea fácil, por una parte, pero por otra parte parece
necesario, porque, a lo mejor, si no existieran las reglas, todos hablaríamos cientos de
idiomas dentro de cada país y nos costaría entendernos. En todo el mundo podemos
observar ejemplos de este fenómeno, es suficiente recordar cuántos dialectos tienen los
idiomas tan importantes en el mundo como el inglés, el francés o el alemán.
Al mismo tiempo, en cada lugar su cultura, su historia y su modo único de pensar se ve
reflejado en el idioma. Podemos observar estas particularidades en el español de
América Latina que tiene sus propios rasgos en cada uno de los países-hablantes.
La literatura es un fenómeno universal de expresión creativa, hace que, a pesar de las
distancias, nos conozcamos unos a otros, fomenta el intercambio cultural, ayuda a
romper barreras y superar diferencias. Cuando leo obras literarias, intento elegir las
versiones originales, porque soy consciente de que detrás de cada lengua hay un mundo
entero de ideas y nociones, difíciles de transmitir. Sin embargo, entiendo que la versión
original no es siempre una opción posible.
Para no perdernos la belleza y el conocimiento de las obras extranjeras, acudimos a la
traducción. Leyendo traducciones, podemos familiarizarnos con la literatura de lugares
remotos sin necesidad de hablar el idioma. Gracias a los traductores, hemos podido
conocer las mejores obras literarias que han ayudado a muchas personas a abrir su
mente, a desarrollarse y han motivado a los escritores nuevos para seguir su camino en
literatura.
Hace un par de años visité Argentina, y este país me encantó, me fascinó con su belleza
y su idioma. Desde el principio noté muchas particularidades, sobre todo en el
vocabulario: aprendí palabras nuevas que tenía que usar todos los días. Como ya había
conocido España antes, no me dejaba de sorprender con las diferencias que había entre
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las formas las formas de hablar en los países con la misma lengua. Argentina tenía su
modo de ser propio, su carácter particular. Algunas tradiciones de este país se quedaron
conmigo, como, por ejemplo, la costumbre de tomar mate.
Objetivos
En mi trabajo, me propongo a contestar a las siguientes preguntas:
¿Cómo se pueden considerar las lenguas de los países-hispanohablantes y la
lengua de Argentina en particular? ¿Cuál es la diferencia entre una variante
nacional y un dialecto?
¿Cómo fue el desarrollo de Argentina como país y el desarrollo de su literatura y
cuál es la conexión entre estos factores y su idioma particular?
¿Cuáles son las características del español argentino en los aspectos como
vocabulario, gramática, fraseología, fonética etc.?
¿Cómo se expresa el “colorido nacional” argentino en las novelas de Adolfo Bioy
Casares?
¿Cuáles son los retos y las responsabilidades de un traductor que se enfrenta con
las obras literarias con particularidades nacionales?
¿Qué podemos hacer para conservar al máximo el carácter nacional en la
traducción?
¿Hasta qué punto es posible transmitir las peculiaridades nacionales al lector?
Método
Para que una traducción así tenga éxito hay que conocer muy bien el país de que
estamos hablando. Por lo tanto, lo que haré en mi trabajo es caracterizar a Argentina,
hablaré de la historia de este país, de los fenómenos importantes que influenciaron en la
lengua: la inmigración masiva de Europa, la situación política, las relaciones con los
pueblos indígenas etc.
Describiré la literatura del país en su desarrollo y las tendencias más destacadas a lo
largo de su existencia. Utilizaré los ejemplos de los investigadores de varios países, tanto
como de algunos escritores y políticos argentinos. Más adelante, abordaré el tema de la
traducción de las obras literarias escritas con la presencia de un dialecto o una variante
nacional y describiré las estrategias que pueden ser utilizadas por traductores al
enfrentarse a este tipo de textos.
A continuación, analizaré el idioma de algunas obras de Adolfo Bioy Casares, uno de los
escritores argentinos más destacados del siglo XX. A pesar de haber viajado a los países
4
de Europa y otras partes del mundo, vivió toda su vida en Buenos Aires, la gran mayoría
de los personajes en sus libros son porteños (de Buenos Aires). Las características típicas
de Argentina abundan en las novelas del autor, sobre todo en los diálogos entre los
personajes. Es muy interesante observar su manera de hablar y las expresiones que
utilizan. Buscaré las particularidades típicas argentinas y daré los ejemplos en la parte
final de mi trabajo. Además, compararé algunos ejemplos de argentinismos con su
traducción oficial al ruso.
Capítulo 1. Historia de Argentina
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La República Argentina, que se conoce en el mundo simplemente como Argentina, es un
país que está en América del Sur y se encuentra en el extremo sur y sudeste de este
continente. Se forma de 24 entidades: 23 provincias y una ciudad autónoma, Buenos
Aires, capital y residencia del gobierno federal. Hoy en día el país cuenta con más de 40
millones de habitantes [casarosada.gob.ar, la página web fue consultada desde diciembre
2015 hasta mayo 2016].
Antes de convertirse en un estado moderno, hasta antes de la colonización y la conquista
española, el territorio argentino estaba poblado por comunidades indígenas nómadas.
Con la llegada de Colón en 1492 empezó la colonización española. El Virreinato del Río
de La Plata, creado en 1776, formalizó la instalación del gobierno colonial, pero la
decadencia del imperio español y su fracaso con Portugal e Inglaterra en la competencia
mercantil causaron la desintegración del dicho virreinato, dando lugar al proceso de
emancipación nacional. La revolución del 25 de mayo de 1810 marcó el fin de la colonia
y los ensayos de las primeras formas de gobierno independiente que se sucedieron hasta
1816 [datos de la página web sobre la cultura argentina surdelsur.com, consultada desde
diciembre 2015 hasta mayo 2016].
El 9 de julio de 1816 el Congreso de Tucumán proclamó la independencia de las
Provincias Unidas de América del Sur y dictó el Estatuto Provisional de 1816, el
Reglamento Provisorio de 1817 y la Constitución de las Provincias Unidas de
Sudamérica en 1819 [surdelsur.com].
1.1 Los primeros pobladores
Hace unos 30.000 años tribus de cazadores llegaban desde el norte del continente
americano en busca de una tierra para establecerse. Aquellas primeras tribus venían de
Asia y llegaron a América a través del estrecho de Bering. 18.000 años más tarde
llegaron al actual territorio argentino y habitaron distintas regiones, cada uno con sus
propias particularidades.
Existen rastros de la presencia humana en el territorio argentino, aquellos pobladores
antiguos pertenecerían al Paleolítico, Mesolítico y Neolítico. Las muestras más antiguas
que se han encontrado en la región montañosa central y en la Patagonia son de hace
aproximadamente 8000 años. En cuanto al extremo sur y partes fueguinas, la llanura, el
litoral y la mesopotamia, los primeros pobladores alcanzarán unos 6000 años de
antigüedad [surdelsur.com].
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Un testimonio milenario del arte rupestre muy interesante que está en Argentina se llama
Cueva de las Manos Pintadas, se encuentra en el Departamento Lago Buenos Aires, al
noroeste de la provincia de Santa Cruz y sobre la margen norte del alto río Pinturas. El
clima, muy frío y árido ha contribuido, sin dudas, a muy buena conservación de éste
valioso testimonio de presencia humana.
Como he mencionado, en los tiempos previos a la conquista el territorio argentino estaba
poblado escasamente por gente autóctona compuesta en su mayoría por aborígenes
nómades de varias culturas con diferentes organizaciones sociales. Se puede dividirlos
en tres grupos principales:
Cazadores y recolectores de alimentos básicos sin desarrollo de la cerámica, por
ejemplo las tribus como séknam y yagán.
Cazadores avanzados y recolectores de plantas para alimentación: los pámpidos
(en el centro-este), hets (en las praderas y estepas de la región pampeana y
norpatagónica); y chonks (Patagonia), invadidos desde el siglo XVIII por los
mapuche (procedentes del centrosur del actual Chile) y los qom y wichi
(provenientes de la región chaqueña).
Los agricultores con cerámica desarrollada: los pámpidos (charruás y
minuanes), más tarde amazónidos (que invadieron la parte que ahora llamamos
Noroeste argentino y la región del Litoral a partir del siglo XV), los avá
(conocidos desde el siglo XVII como “guaraníes” por el nombre que le daban con
frecuencia los españoles) y también las culturas sedentarias con el desarrollo de
agricultura y ganadería del Noroeste argentino el conjunto “diaguita”
(principalmente pazioca o paccioca, conjunto de pueblos independientes que
hablaban el mismo idioma), que fueron conquistados por el imperio inca a partir
de los 1470. Por otra parte los toconoté y henia - kamiaren el centro del país, y
la huarpe en el centro-oeste. Fueron culturas que criaban intensivamente a los
animales auquénidos y establecieron sistemas de riego en sus estados que se
llamaban señoríos y, luego en el siglo XV, fueron también influenciados por los
invasores incas [José Luis Romero. “Breve historia de la Argentina”, p.5].
Los pobladores más antiguos datan de hace unos 12.000 años. Aquellos habitantes
vivían en cuevas decoradas con pinturas y se ocupaban principalmente de la caza de
animales salvajes, muchos de los cuales hoy en día están extinguidos, por ejemplo el
mylodon, un perezoso gigante o el gliptodonte, una mulita gigante. Más tarde aquellos
grupos se adaptaron rápido al uso de las especies como el caballo, introducidas al
continente por los españoles.
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En el Siglo XVI llegaron los conquistadores españoles, y con su llegada la mayoría de
los pueblos indígenas perdieron las posibilidades d e seguir adelante y desarrollar su
cultura. Muchos no han conseguido sobrevivir a los cambios históricos que se les
impusieron, pero algunos de ellos, sin duda, hasta hoy en día siguen formando una parte
de la población argentina actual.
1.2 La conquista
Durante los siglos XI y XIII en Europa ocurrió una gran expansión demográfica y
ocurrieron cambios económicos que causaron el crecimiento del comercio y los
territorios.
Una parte del territorio que actualmente es de la República Argentina fue conquistada y
colonizada por el Imperio Español entre el siglo XVI y los principios del siglo XIX.
[José Luis Romero. “Breve historia de la Argentina”, p.6] En ese período aparece
precisamente la expresión “Argentina”, que significa “país de la plata” para denominar
a la tierra que se encontraba al noroeste del Río de la Plata. Los españoles empezaron a
llamar la desembocadura del río Paraná “Río de la Plata”, porque al llegar vieron que los
indios locales usaban muchos adornos de plata. En realidad, aquella plata se encontraba
a dos mil kilómetros, en las repúblicas actuales de Perú y Bolivia, pero a pesar de esto,
el río, que ántes se llamaba “Mar Dulce”, conservó su nombre.
Antes de que la palabra “Argentina” como el nombre de la república apareció por la
primera vez no en los mapas geográficos, sino en literatura, en el poema épico “La
Argentina y conquista del Río de la Plata” del clérigo español Martín del Barco
Centenera, publicado por la primera vez en 1602. Una vez publicado, el libro adquirió
tanta popularidad que esto influyó decisivamente para que fuera habitual denominar
como “la Argentina” a aquella región. Martín del Barco Centenera decidió llamar la
tierra por analogía con el río, por este motivo el nombre aparece en literatura temprana
del país aún antes de que adquiriera el nombre oficial en el año 1826 [Martín Barco de
Centenera. La Argentina: La conquista del Río de la Plata, 2009, prólogo].
En 1536 Pedro de Mendoza fundó la primera ciudad argentina y la llamó Santa María
de los Buenos Aires. Pero muy pronto miseria y hambre afectaron a Mendoza y a su
gente, así Buenos Aires se quedó sin población hasta su segunda fundación por Juan de
Garay en 1580. Diferentes ciudades argentinas fueron fundadas por los conquistadores
que venían de distintas zonas de América. La corriente pobladora del este, llegada desde
8
España, tomó como base de operaciones la ciudad de Asunción y fundó las ciudades
litorales. La corriente que vino desde el Perú ocupó el Tucumán, como se llamaba
entonces, y pobló a todo el noroeste argentino. Las ciudades de esta región, las
provincias Mendoza, San Luis, San Juan y La Rioja, fueron fundadas por los que
llegaron desde Chile [datos de la página casarosada.gob.ar].
La primera fundación española se llamaba Sancti Spiritu, fue instalado en 1527 a orillas
del río Paraná, a 40 km al norte de la ciudad que hoy se llama Rosario. La primera
exploración del noroeste y centro del país pasó con la llegada de San Diego de Rojas en
1543. Las ciudades de Santiago del Estero (fundada en 1553), Córdoba (1573) y Buenos
Aires (1536 por la primera y 1580) fueron las bases del asentamiento colonial que se
impuso en la mitad norte del actual territorio argentino, sujeto a la autoridad de la
Corona española o la gobernación del Río de la Plata [José Luis Romero. “Breve historia
de la Argentina”, p.9]. A partir del progresivo mestizaje en el siglo XVII empezó a
aparecer la población que resultaría muy característica del terrirorio y luego decisiva en
el movimiento independentista: la de los gauchos, que a partir del siglo XVII tenían
como una de sus bases económicas fundamentales la caza de animales salvajes.
En el siglo XVII se establecieron las misiones jesuíticas guaraníes. Fueron pueblos
misionales fundados por la Compañía de Jesús entre los guaraníes y otros pueblos. Su
objetivo era el de evangelizar a los indígenas de las actuales provincias de Misiones,
Corrientes, y parte del Paraguay. Cumplían con éxito esta tarea, hasta el año 1767,
cuando el rey de España Carlos III ordenó el extrañamiento de la compañía de Jesús y
la expulsión de los jesuitas [Juan Eduardo Leonetti. “La expulsión de los jesuitas y la
política fiscal en la América hispana”, 2008, p.9].
El país que hoy se llama Argentina perteneció al virreinato del Perú hasta que en 1776 el
rey Carlos III creó el Virreinato del Río de la Plata, designando su virrey a Pedro de
Ceballos [José Luis Romero, “Breve historia de la Argentina”, p.13]. Buenos Aires, la
capital, se convirtió en una gran ciudad comercial con una creciente exportación de
mercancía. Aunque, el sistema de monopolio impuesto por España prohibía hacer
comercio con otros países. Esto encarecía notablemente los productos y complicaba el
proceso de exportación. En los años 1806 y 1807 sucedieron dos invasiones inglesas,
que tenían como objetivo reducir los derechos de aduana y a establecer la libertad de
comercio. Las invasiones fueron rechazadas por el pueblo de Buenos Aires y se
organizaron milicias, formados por criollos y españoles. En cada milicia, los jefes y
oficiales se elegían de una manera democrática por los integrantes. Las milicias se
transformaron en centros de discusión política y funcionaban a pesar de las diferencias
9
entre los españoles y los nativos [p.15].
En realidad, hasta mediados del siglo XIX, una parte de la Patagonia y las Pampas
quedaban bajo el control de varios pueblos indígenas, por ejemplo, los chonks, también
llamados según variedad de dialecto tsonks y luego mucho más tarde los mapuches en
Patagonia y ranqueles en la llanura pampeana hasta el último cuarto del siglo XIX.
Igual, muchos territorios de la región Chaqueña tampoco fueron colonizados por los
europeos, sino que se quedaron habitados por pueblos indígenas como los qoms,
moquoits, pilagás y wichis hasta los principios del siglo XX. Aunque en plena región
naturalmente chaqueña con las influencias españolas y andinas fue fundada la primera
ciudad de origen europeo permanente en Argentina: Santiago del Estero [María Marta
Orfali Fabre. “Historia de la Patagonia”, 2001, p. 41].
1.3 Independencia y formación del estado
En el proceso de la formación del Estado Argentino hubo unos episodios muy
importantes: la Revolución del 25 de Mayo de 1810, en la que se depuso al Virrey y se
nombró una junta de gobierno, la Independencia de Las Provincias Unidas de
Sudamérica proclamada el 9 de Julio de 1816 en el Congreso de Tucumán, la
constitución de 1825 que utiliza el nombre de Provincias Unidas del Río de la Plata, y
finalmente la constitución de 1826 que define la Formación del Estado Argentino
convirtiendo las provincias unidas en la Nación Argentina [casarosada.gob.ar].
Después de obtener control sobre Portugal, Napoleón centró su atención en España. Tras
la invasión napoleónica y el consecuente encarcelamiento del rey español Fernando VII,
se desató una oleada revolucionaria en la colonia que aún gobernaba el Virreinato del
Río de la Plata. Quizás, influenciados por la concreción de recientes independencias en
otros países, los criollos (gente nacida en el continente americano, pero de origen
europea, un nombre que se usa para referirse a los argentinos), finalmente, el 25 de
mayo de 1810, se convirtieron en los dueños de sus propias leyes y destinos. Los
primeros movimientos independentistas de Sudamérica empezaron en dos extremos:
Venezuela en el norte y Argentina en el sur. Ambos países habían desarrollado una fuerte
clase criolla, muy receptiva a todas las ideas innovadoras. Ambas regiones se
convirtieron en epicentros en la lucha contra España, y sus próceres más famosos eran
Simón Bolívar (venezolano) y José de San Martín (argentino).
Carlos Arraya Pochet marca tres etapas importantes de lucha en Sudamérica:
10
1. El período inicial que se caracterizó por expansión del movimiento y que
cronológicamente se ubica entre 1810 y 1814
2. La reacción de los militares españoles que consiguieron frenar la rebelión armada de
los sudamericanos entre 1814 y 1816
3. Finalmente, la construcción de la independencia, entre 1817 y 1826.
[C. Araya Pochet. “História de América en perspectiva Latinoamericana”, p.5].
El militar criollo Manuel de Belgrano expulsó a las tropas realistas de Argentina después
de la batalla de Tucumán, sucedida en 1812 y de Salta, e n 1813. En el año 1816 el
Congreso de Tucumán pronunció la independencia de las Provincias Unidas del Río de
La Plata de todo e l poder extranjero. El 9 de Julio de 1816 el Congreso de Tucumán
proclamó la independencia de las Provincias Unidas de América del Sur. Es una fecha de
increíble importancia para todos los argentinos, aunque, en realidad las dificultades
recién habían comenzado [J. L. Romero. “Breve historia de la Argentina”, p.21].
La primera constitución, publicada en 1819, creó el marco legal para un país unitario.
Esto significaba que el poder iba a centrarse en Buenos Aires, la ciudad capital. Como se
podía esperar, las provincias se opusieron a mantener esta constitución y propusieron
otro régimen, llamado federal, que les daba más autonomía. El enfrentamiento entre
federales (partidarios de las autonomías provinciales) y unitarios (partidarios del poder
central de Buenos Aires) se hizo constante de la política argentina de la primera parte del
siglo XIX [J. L. Romero. “Breve historia de la Argentina”, p.23].
En 1825 la ley fundamental cambió el nombre de “Provincias Unidas de América del
Sur” por el de “Provincias Unidas del Río de la Plata”. Pero solo en el año 1826 la
constitución cambió el nombre de “Provincias Unidas” para “Nación Argentina”. Poco
después, los rebeldes reunían un congreso en La Florida y el 25 de agosto declaraban la
anexión del territorio Banda Oriental a la república. El congreso nacional, que por
entonces estaba reunido en Buenos Aires, aceptó la anexión, cuyas consecuencias fueron
graves: el Imperio del Brasil declaró la guerra al gobierno de Buenos Aires. Como
resultado, se produjo el desmembramiento de los territorios que habían sido parte del
Virreinato del Río de la Plata, este proceso se hizo evidente con la rebelión de la Banda
Oriental y su posterior entrega a Brasil [p.24].
El federalismo logró en parte sus objetivos que se respetaron en la constitución de 1853,
aunque, el nuevo sistema, no pudo terminar con los conflictos entre Buenos Aires y las
11
provincias. Pero la verdad es que Buenos Aires era la ciudad-puerto y llave maestra de
las exportaciones, por eso adquirió el poder que influenció en toda la historia del país.
1.4 Inmigración en Argentina
Uno de los factores que han influenciado la lengua del país ha sido su multinacionalidad.
Con la llegada de los españoles en el actual territorio argentino había solamente
alrededor de 300.000 habitantes, que eran de numerosas civilizaciones y tribus y tenían
sus proipias culturas [Aldo Ferrer. “La econoía argentina: desde sus origenes hasta el
principio del siglo XXI” , 2008, p.37] . Después de la conquista española, el territorio
argentino se empezó a poblar por los inmigrantes de todas partes. La cantidad muy
grande de inmigrantes influenció no solamente a la sociedad misma, sino también a la
imagen de Argentina que se ve en otras partes como un país cosmopolita. Como
resultado, la sociedad argentina actual es realmente un conglomerado de nacionalidades
que se juntaron en su momento y crearon una nueva nación con su nueva cultura que se
desarrollo gracias al mestizaje y a las influencias mutuas entre las culturas individuales o
nacionales de los grupos de inmigrantes que poblaron el país.
Argentina, igual que los Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Brazil o
Uruguay, s e considera un país de inmigrantes, cuya sociedad ha sido influida en una
gran medida por el impacto, generado por el fenómeno inmigratorio masivo, que tuvo
lugar a partir de mediados del siglo XIX. El impacto de esta inmigración
transcontinental fue muy grande por la escasa población existente en el territorio y por la
cantidad de la gente que recibió el país. Realmente, en el primer censo efectuado en
1869, la población de Argentina era escasa y no alcanzaba 2 millones de habitantes, pero
casi un siglo después, de acuerdo con la estimación en 1960, había alrededor de 20
millones de habitantes [М.И. Былинкина. “Смысловые особенности национального
языка Аргентины”, 1969, стр.25]. Este fenómeno no pudo no tener efecto en la cultura
y el idioma del país.
El gran proceso inmigratorio se inició en Argentina en 1856, cuando llegaron los
primeros inmigrantes provenientes de Suiza. Se establecieron el 8 de Septiembre, y en
esta fecha hoy en día se celebra el “Día del Agricultor”. Así empezó el proceso que
siguió hasta los mediados del siglo XX. Durante este transcurso de tiempo 4,5 millones
de europeos llegaron a territorio argentino, y Argentina se convirtió en el segundo país
por caudal de inmigración en todo el mundo [surdelsur.com].
12
En las cuatro primeras décadas del siglo XIX la cantidad de personas que venían al país
no presentaba ningún problema, era lo contrario, - la gente era necesaria. El gobierno
tomaba numerosas medidas para fomentar la inmigración. La llegada de gente nueva
solucionaba parte de los problemas que tenía en aquellos tiempos Europa (pobreza y
exceso de población) y se suponía que contribuiría a poblar el inmenso y desierto
continente.
La inmigración fue uno de los elementos principales para la formación de la sociedad
moderna en Argentina. Este fenómeno fomentó la economía del país, modificó las
estructuras industriales y permitió la incorporación de Argentina en el mercado mundial.
Como consecuencia de este aporte sociocultural y económico de los inmigrantes nació el
sueño argentino que consiste en formar parte de los países del “primer mundo”, el
famoso cosmopolitismo y el mito de excepcionalidad que sigue siendo actual en algunas
esferas sociales a pesar de numerosos problemas económicos que existen la Argentina de
hoy en día.
Los principales pueblos ( o grupos étnicos) que llegaron a Argentina fueron italianos,
españoles, franceses, sirios-libaneses, ingleses, alemanes, armenios, rusos, polacos,
suizos y galeses. También llegó un numero importante de judíos, quienes habitaban en
distintos países de Europa. El número de los italianos fue el más grande: más de 40 % de
toda la masa inmigratoria, este es uno de los motivos por los cuales, mas tarde, iban a
jugar un papel destacado dentro de la vida económica y cultural del país. A los italianos
les siguen en importancia los españoles: alrededor de un 20% del total. Sin embargo, los
adelantados fueron ingleses, galeses, alemanes y suizos que llegaron con anterioridad a
1860, aunque en grupos muy pequeños [rincondelvago.com, consultas a la página web
desde diciembre 2015 hasta mayo 2016].
La inmigración italiana ha sido el movimiento migratorio más numeroso e importante
que recibió la República Argentina. Durante el período desde 1857 y 1925 unos
2.600.000 italianos vinieron al país, y hoy en día constituyen una parte significante de la
población [Le Bihal U., “Italianismos en el habla de la Argentina: herencia de la
inmigración italiana”, 2011, p.5] . Argentina posee la segunda mayor comunidad de
italianos fuera de Italia. La cultura argentina tiene conexiones importantes con la italiana
en términos de idioma, costumbres y tradiciones. La presencia se nota en los apellidos
de las personas, muchos de los cuales demuestran orígenes italianos, por lo cual
Argentina es uno de los países con el numero más grande de hablantes de la lengua
italiana.
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Es curioso que, a pesar de las grandes cantidades de inmigrantes italianos en el país, el
idioma italiano nunca llegó a incorporarse del todo o reemplazar el español, pero tuvo
sin dudas una enorme influencia. Una razón posible de que no se haya incorporado
puede ser que en aquellos tiempos la gran mayoría de los italianos, sobre todo los que
inmigraron, sólo hablaban su dialecto local y no el italiano estándar. Esto impidió toda
la ampliación del uso del idioma italiano como principal en Argentina. Además, algunos
dialectos italianos tienen similitudes con el castellano, también permitió a los
inmigrantes adaptarse con relativa facilidad, mediante el uso de la lengua española.
Muchas palabras de origen italiano fueron aceptadas por los argentinos y hasta formaron
parte de unos famosos textos en algunas piezas de tango.
Los italianismos llegaron a formar una parte significativa del idioma rioplatense,
algunos de sus numerosos ejemplos son: birra (cerveza), chau (transliteración de ciao,
en Argentina y Uruguay se usa como saludo de despedida), cuore (corazón), ¡école! (de
ecole qua!: ¡hete aquí!, “lo encontré”), gambas (piernas), ¡guarda! (del italiano
“guardare” - mirar -, significa “cuidado” o “atención”, es casi sinónimo de atenti),
laburo (trabajo, esfuerzo -del italiano: lavoro-), mina (mujer, despectivo, aféresis del
italiano femmina) , morfar (comer, del italiano jergal morfa que significaría boca, del
verbo lunfardo morfar deriva el sustantivo morfi cuyo significado es comida), pibe (del
genovés “pivetto”, significa “chico”, “muchacho jóven”) [Meo-Zilio G. “Italianismos
generales en el español rioplatense”, 1965, p.75-80; Le Bihal U. “Italianismos en el
habla de la Argentina: herencia de la inmigración italiana”, 2011, p.36 – 42].
El fin del siglo XIX fue el “siglo del oro” para el cocoliche – una jerga del español
mezclado con varios dialectos italianos que se usaba entre los inmigrantes y exactamente
en aquel momento influenció el habla nacional de los argentinos. Las palabras de los
dialectos de Milano, Sicilia y Génova formaron parte de los textos de tango, se hicieron
partes de espectáculos teatrales, de obras literarias argentinas, y, obviamente, de la
lengua hablada.
Pese a que con el tiempo el cocoliche se fue oyendo cada vez menos, muchas de sus
palabras hoy en día se encuentran formando parte del lunfardo (jerga originada en la
ciudad de Buenos Aires, de la cual hablaremos más adelante) y del lenguaje cotidiano
del español rioplatense.
La inmigración italiana tuvo un impacto importante y duradero en la entonación del
español vernáculo de Argentina. Es cierto que el español rioplatense tiene patrones que
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se asemejan mucho al de dialectos italianos, como, por ejemplo, el napolitano, y son
muy diferentes de las formas de hablar el castellano en otros países. Lo curioso es que
dicho fenómeno es relativamente reciente. Comenzó a principios del siglo XX con la ola
principal de la inmigración proveniente del sur de Italia. Antes de aquel momento, el
acento porteño era más parecido al de España, más exacto al de Andalucia.
Durante los tiempos de la gran inmigración europea, la gastronomía italiana tuvo
enorme influencia sobre las costumbres culinarias de Argentina. Esta influencia fue tan
grande, que ahora podemos decir que muchos platos considerados típicos argentinos
vinieron de Italia. Siguen siendo muy populares las comidas como pastas, la pizza,
ñoquis, la buseca, la milanesa, las salsas pesto y chimichurri, los postres como pasta
frola o helados, entre otros alimentos.
Un historiador, crítico y poeta argentino Juan Maria Gitiérrez menciona que “en las
calles de Buenos Aires resuenan todos los dialectos italianos, a par del catalán que fue
el habla de los trovadores, del gallego en el que el Rey Sabio compuso sus cántigas, del
francés del norte y mediodía, del galense, del inglés de todos los condados, etc., y estos
diferentes sonidos y modos de expresión cosmopolitizan nuestro oído y nos inhabilitan
para intentar siquiera la inamovilidad de lengua nacional en que se escriben nuestros
numerosos periódicos, se dictan y discuten nuestras leyes y es vehículo para
comunicarnos unos con otros los porteños.” [Juan Maria Gutierrez. “Cartas de un
porteño”, 1942, página 5].
El 3 de junio se celebra el día del inmigrante italiano en Argentina para reconocer la
contribución de la gente italiana en la cultura y el desarrollo del país. La fecha fue
elegida por ser el día de nacimiento de Manuel Belgrano, intelectual, político y militar
rioplatense del origen italiano que luchó por la independencia de Argentina
[noticias.terra.com.ar, consultas desde marzo hasta mayo 2016].
Los españoles peninsulares influyeron decisivamente en la organización política, social
y cultural de Argentina, aunque los que se mudaron durante los tiempos la colonia al
actual territorio argentino fueron relativamente pocos, comparado con la población
existente, la mayoría de ellos eran conquistadores o colonizadores y sus descendientes.
Vinieron principalmente de partes como Galicia, Asturias, El País Vasco, Cataluña y
Castilla.
15
Apareció un grupo de la población llamado “criollos” que al principio significaba
“blancos-nativos” o “hijos de españoles, nacidos en el país”. Más tarde a esta categoría
empezaron a incluir a las personas mixtas, prácticamente mestizos, pero de piel clara,
que recibieron buena educación y venían de una familia de clase alta. Hoy en día la
palabra normalmente significa “un argentino típico”.
Argentina y España continúan compartiendo muchos aspectos y elementos culturales
como la lengua, la religión católica y diversas tradiciones. Después de la independencia
el peso de la cultura española se ha reducido, además, la sociedad argentina tuvo mucha
influencia de otros países, así se creó la cultura argentina con sus propios elementos. Sin
embargo, el legado de la cultura española, del colonialismo y d e la inmigración sigue
presente hasta la actualidad.
La inmigración francesa e inglesa no han sido muy decisivas, pero la literatura francesa
e inglesa se hicieron muy populares en Buenos Aires en los finales del siglo XIX. Lo
fomentó el desarrollo de la tipografía nacional y la influencia creciente de la literatura
traducida del francés e inglés. Los escritores argentinos de aquel tiempo que se podrían
caracterizar como “ola cosmopolita” solían imitar a los maestros franceses y utilizar sus
métodos.
Hay muchas palabras prestadas de la lengua francesa en la lengua hablada y literaria
argentina: acordar (en el significado “decidir” en el español peninsular, fr. accorder) – se
usa como “conceder”, por ejemplo: conceder una pensión a un jubilado; discernir (fr.
décerner) en el español peninsular significa “diferenciar”, en el argentino “conceder”;
adición (fr. adition) en el español peninsular “añadidura”, en el argentino “cheque,
cuenta”; colectividad (fr. collectivité) en español peninsular “colectivo, equipo”, en el
argentino “colectivo étnico o social”, por ejemplo: colectividad italiana; brazo (fr.
branche) en el español “brazo, parte del cuerpo humano”, en el argentino tiene
significado “rama”, por ejemplo: otros brazos más importantes de la producción
n a c i o n a l c o m o e l p e t r ó l e o [М.И. Былинкина, “Смысловые особенности
национального языка Аргентины”. 1969, стр.73].
Los préstamos del francés marcan la pauta de la modernidad y muchas de las palabras
que quedaron en el vocabulario argentino son un claro ejemplo de la influencia en la
sociedad materialista: “champagne”, “chic”, “affaire”, “bouquet”, “coiffure”,
“canapé”, “frapé”, “soire” y la hispanizada “chofer” son algunos de los ejemplos
[М.И. Былинкина. “Смысловые особенности национального языка Аргентины”,
16
1969, стр.69].
Las palabras mencionadas demuestran la influencia que tuvo la literatura francesa en
Argentina al final del siglo XIX y en el principio del siglo XX. Un detalle interesante es
la ausencia de los significados usados en Argentina (de las palabras brazo, colectividad,
discernir etc.) en el diccionario de la Academia Española o la definición de la palabra
“acordar” marcada como “barbarismo, galicismo”. Esto deja considerar dichas palabras
argentinismos.
Desde el período colonial muchas personas africanas fueron llevadas al continente para
ser usados como esclavos. Aunque, su número disminuyó marcadamente a lo largo del
siglo XIX. Las posibles razones de la “invisibilización” de los afro-argentinos son la
cruza interracial con los inmigrantes europeos y el índice de mortalidad elevado en sus
comunidades.
La influencia de la población africana se refleja en varios bailes típicos argentinos como
e l tango, milonga, malambo, chacarera, payada. El habla coloquial del idioma español
de Argentina aduce muchos términos negroafricanos, por ejemplo mucama (criada,
persona empleada en el servicio domestico), bochinche (tumulto, barullo, alboroto),
dengue (contoneo), quilombo (lío, desorden), marote (inteligencia, capacidad de
entender de una persona), catinga (olor fuerte y desagradable de algunos animales y
plantas), tamango (calzado rústico), mandinga (diablo), candombe (baile de ritmo muy
vivo, de procedencia africana) y milonga (nombre de baile argentino, o discusión),
muchos de ellos se emplearon en el lunfardo. Algunos otros términos africanos que no
formaron parte del lunfardo son “kalunga” para “cementerio”, “mundele” para persona
blanca (en sentido despectivo) y “cused”, para "aquel/aquella" [Aleza Izquierdo M.,
Engeuita Utriza J.M. “La lengua española en América, normas y usos actuales”, 2010,
p.246].
Se distinguen otros grupos que ingresaron más tarde en el país, hablaban lenguas
diferentes (árabe, ruso) tenían varias religiones (judía, musulmana, ortodoxa) y
costumbres. Estos inmigrantes contribuyeron al progreso del país y a llegar a ser “El
país más europeo de Latinoamérica”. Con la inmigración se acaba la llamada “era
criolla” y empieza la historia de la Argentina moderna.
Podemos destacar las siguientes consecuencias de la inmigración transcontinental:
17
El proceso de rápida urbanización de la población
Mano de obra para el desarrollo industrial y agrario del país
Cambios decisivos en el lenguaje
Costumbres nuevas adquiridas, intercambio cultural
Crecimiento muy grande de la población
Desarrollo de la educación, las artes y la literatura
L a inmigración contemporánea latinoamericana proviene fundamentalmente de los
países limítrofes de Argentina (Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay). Los
movimientos migratorios entre estos países son constantes y empezaron hasta antes de la
formación de los estados nacionales.
“El primer aspecto a señalar es que el 67,9% de los extranjeros proviene de países
latinoamericanos, y de ellos, el 88% de países limítrofes. Dentro de este último grupo,
los paraguayos conforman la primera minoría, seguida de los bolivianos y luego los
chilenos. Estos tres grupos comprenden el 50% de toda la población nacida en el
extranjero. Entre los nacidos en países latinoamericanos no limítrofes se destacan los
peruanos, que representan un 5,8%. La población proveniente de distintos países de
Europa constituye el 28,2% de los nacidos en el extranjero, en tanto que la migración
de origen asiático registra un exiguo 1,9%, con una predominancia de nacionales
chinos y coreanos” [M . I . Pacecca. “Inmigración contemporánea en Argentina:
dinámicas y políticas”, p.35].
La cantidad de inmigración de la gente blanca al país hizo parecer que la gran mayoría
de los ciudadanos modernos tienen rasgos solamente europeos. La ausencia total de
mestizos en Argentina es en gran parte un mito, en realidad la población mayormente
amerindia es la que predomina. Sin embargo, aquellas minorías casi no tienen acceso a
las zonas urbanas y pocas veces se integran en la sociedad de las grandes ciudades.
Lamentablemente, todavía suele ser común el calificativo peyorativo para alguien que
manifieste rasgos indígenas o poco europeos. Por estos motivos la mayor parte de las
ciudades argentinas consiste de población blanca, y el elemento amerindio no se
manifiesta fenotípicamente.
De acuerdo a los resultados de la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas
(ECPI) del INDEC, realizados en el 2004 y 2005, existen 30 grupos de población
18
indígena que contabilizan algo más de 600.000 personas, que se auto reconocen como
pertenecientes y/o descendientes de algún pueblo indígena, lo que constituye
aproximadamente el 1.5% de la población argentina. Las cifras fueron actualizadas
mediante el censo de 2010, que dio como resultado una población indígena de 955.032
personas, un 2,38 % de la población total [datos tomados de la fundación “Redes
solidarias” de Argentina (redessolidarias.com.ar), consultas desde febrero hasta abril
2016].
Existe un gran número de argentinismos para la denominación de diferentes
nacionalidades o grupos étnicos: tano (un italiano), gallego (persona de España o de
antecedencia española), bolita (un boliviano, sobre todo de origen indio, despectivo),
chilote (un chileno, sobre todo de origen indio o mestizo, despectivo), yorugua (la
inversión de las sílabas de uruguayo (yo-uru-gua), en el dialecto lunfardo, se usa en un
sentido "simpático" para referirse a los uruguayos), paragua (una persona de Paraguay),
brasuca (un brasileño), ruso (para referirse a los judíos), negro (una persona de piel
oscura, no necesariamente un africano, muchas veces despectivo, para hablar de las
p e r s o n a s p o b r e s , m a l e d u c a d a s , d e c l a s e b a j a ) [clarin.com, taringa.net,
rincondelvago.com, consultas desde febrero hasta mayo 2016].
Algunos ejemplos da Margarita Bilínkina [М. Былинкина, “Смысловые особенности
испанского язака Аргентины”, 1969, стр.72]: gringo (en el significado “italiano”),
ladino (una persona india que habla español), pardo (una persona mestiza), godo (una
persona rica y poderosa), gaita (una persona nacida en Galicia o un español en general),
Nápoles (un proveniente de Nápoles o un italiano en general).
Algunos de los gentilicios mencionados en la mayoría de los casos son bastante
despectivos, pero de todos modos no se puede generalizar. Todo depende de como se usa
la palabra y del contexto que la acompaña. La palabra “negro”, por ejemplo, en
Argentina puede referirse a alguien muy querido: “mi negro”, “che, negro” o alguien
muy despreciado “este es un negro de mierda” Algunas palabras en su origen tuvieron
una clara connotación desvalorativa, pero con el tiempo cambiaron de significado,
dándoles un valor positivo. En Argentina, entre amigos se puede decir: “pero mirá que
sos un hijo de puta” y nadie se ofende. Pero si no es entre amigos, se convierte en un
insulto, ya que todo depende del contexto y de la intención [datos de la revista argentina
“Clarín”, clarin.com].
19
Capítulo 2. El idioma de Argentina
2.1 Lenguas habladas
El español (o castellano) es el idioma oficial de la República Argentina. Es una de las
lenguas mas habladas en el mundo, tiene alrededor de 407 millones de hablantes
[Nationalencyclopedin, enciclopedia sueca, www.ne.se datos del año 2010, consulta el
23 de febrero 2016].
Aparte de España, el castellano está difundido en los países de América Latina, donde lo
utiliza México, la mayoría de los países de América Central (Panamá, Costa Rica,
Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua), las islas Antillas (Cuba, Puerto Rico,
República Dominicana), los países de América del Sur (Bolivia, Colombia, Ecuador,
Perú, Venezuela, Chile) y la región Rioplatense (Argentina, Uruguay, Paraguay). Las
antiguas colonias españolas en África (Guinea Ecuatorial, Maruecos, Sahara del Oeste)
y en Filipinas también siguen usando la lengua.
Mucha gente de varios estados de EEUU (Muevo México, Texas, Arizona, California,
Colorado) habla español como lengua materna, ya que estos territorios pertenecían a
México y fueron adscritos a los Estados Unidos en el siglo XVIII.
Los judíos españoles llamados sefardíes siguen hablando el castellano. Esta gente tuvo
que dejar España por las razones históricas en el siglo XVI y se fue a los países como
Maruecos, Grecia, Rumanía, la antigua Yugoslavia, Bulgaria, Turquía, donde viven en
grupos pequeños. En Europa el idioma español es hablado, además de España, en
Andorra, hasta hace poco tenía el estatus de la lengua oficial en el país (junto con el
catalán y el francés).
Argentina es el país hispanohablante más grande del mundo por extensión territorial. El
idioma fue traído por los conquistadores, sufrió los cambios propios de la convivencia
con los pueblos indígenas nativos que lo cambiaron y enriquecieron, especialmente en
sus aspectos léxicos.
Las sucesivas oleadas inmigratorias de muchos países de otros continentes también
hicieron su aporte a la lengua de los argentinos. Las diferencias dialectales existentes en
el territorio, pero no dificultan la comunicación, porque son inteligibles entre sí.
El español, siendo la lengua oficial en el país, no es la única hablada por sus habitantes.
Algunas lenguas indígenas que siguen existiendo y usándose en Argentina son las
siguientes:
20
Araucano
Los araucanos constituyeron un importante núcleo de población amerindia que habitaba
en la zona central y meridional de Chile y el centro y occidente de Argentina. En
quechua se los nombraba como auca y en idioma araucano: mapuche, que significa
gente de la tierra. Los principales pueblos araucanos supervivientes son los picunches,
mapuches, huilliches y cuncos [argentina.gob.ar, consultas desde febrero hasta marzo
2016].
Actualmente viven en comunidades en la parte sureña de América del Sur: en las zonas
pampeana y patagónica. Más de doscientas mil personas en Argentina siguen viviendo
en comunidades organizadas, conservando sus lenguas y tradiciones, luchando contra las
nieves y el frío y reclamando el dominio de sus tierras desde los tiempos antiguos.
En los paises como Argentina y Chile los mapuches dejaron sus huellas léxicas:
calamaco (cierta tela de lana delgada y angosta), canchalagua (hierba medicinal
febrífuga), charchazo (golpe dado en la cara con la mano abierta); chavalongo (fiebre,
insolación, dolor de cabeza), cholga (mejillón), guarén (rata de tamaño grande), guata
(barriga), jote (gallinazo, ave rapaz diurna), laucha (ratón pequeño), lauco (pelado,
calvo), lingue (árbol lauráceo cuyo tanino tiene uso medicinal), litre (árbol terebintáceo
perjudicial para la salud), loco (molusco comestible), pirco (guiso de judías y maíz),
puelche (viento que sopla del oeste) [Ludueña M. Los pueblos indígenas en Argentina:
un poco de historia, 2012, p.1-2].
- Guaraní
Cuando se habla de guaraní o de tupí–guaraní, se hace referencia a pueblos amerindios
que se asentaban en la zona este y noreste de la Argentina, Paraguay, Brasil y parte de
Bolivia. Su lengua todavía hoy en día se habla en estas regiones, por ejemplo en
Paraguay el guaraní es la segunda lengua oficial y la gran mayoría de la población la usa
como su lengua principal.
El guaraní ha dado origen a muchos dialectos como “el carioca”, “el tupí”, “el cario” y
“el caribe” y otros. Este idioma sigue siendo hablado masivamente en el noreste
argentino (las provincias de Corrientes, Misiones y Formosa, parte de Chaco), sobre
todo se habla en la provincia de Corrientes.
Las voces de procedencia tupí-guaraní abundan tanto en el portugués brasileño como en
el español de su zona directa de influencia, pongamos ejemplos de algunas palabras
21
prestadas: bucanero (pirata, ladrón de mar, corsario que en los siglos XVII y XVIII
asaltaba barcos y posesiones españolas del mar Caribe), gaucho (hombre de campo del
Río de la Plata), jaguar (tigre), mandioca o tapioca (fécula blanca y granulada para
hacer sopas, que se extrae de la raíz de una planta del mismo nombre), maraca
(calabacín lleno de piedrecitas empleado como instrumento musical), ñandú (avestruz
americano, que se diferencia del africano por tener tres dedos en cada pie y ser algo más
pequeño y de plumaje gris poco fino), piraña (pez voraz), ananás (piña), carancho (ave
de rapiña diurna), catinga (olor desagradable), maracaná (especie de loro), mucama
(camarera, sirvienta doméstica) [Ludueña M. Los pueblos indígenas en Argentina: un
poco de historia, 2012, p.2].
La cultura guaraní ha influido considerablemente en la cultura argentina, difundiendo su
idioma, música, costumbres, cultivos como la mandioca (mandi'ó), la batata (jety;
pronunciado "ietü"), la calabaza (andaí), el zapallo (kurapepê), el poroto (kumandá), el
algodón (mandijù; pronunciado "mandiiu") y la yerba mate (ka'á), que usan para
preparar la bebida que aún hoy en día se sigue tomando de forma habitual, íntimamente
relacionada con la nacionalidad argentina [p.2].
- Quechua
Forma parte de la familia quechumara (quechua + aimara) hablada desde el sur de
Colombia hasta el centro de Chile, pasando por Ecuador, Perú, Bolivia y el NOA.
Incluye una veintena de variedades dialectales (tres por lo menos en la Argentina)
mutuamente comprensibles por su gramática clara y sencilla [argentina.gob.ar].
En la provincia de Santiago del Estero se habla un dialecto muy particular, diferente de
otras provincias. En La Rioja y en Catamarca se registran sus propias variantes en zonas
rurales. En Valles Calchaquíes de Salta y la Puna de Jujuy se conserva aún en algunas
poblaciones.
Además, numerosos quechuismos léxicos han enriquecido el vocabulario hispánico en
su zona de influencia, y algunos de ellos se han hecho panhispánicos e incluso han
penetrado en otras lenguas de cultura: cancha (terreno llano y desembarazado, espacio
destinado a depósito de ciertos objetos o a determinados juegos y deportes), chacra
(huerta, campo de riego, labrado y sembrado), cocha (charco, laguna, pantano), pampa
(llanura extensa sin vegetación arbórea), guampa (asta), ojota (sandalia), chala (hoja de
maíz), etc. [Ludueña M. Los pueblos indígenas en Argentina: un poco de história, 2012,
p.2].
22
Entre los nombres de animales hay algunos que se han hecho universales: cóndor, llama,
puma o vicuña, otros son de difusión más restringida: guanaco (mamífero un poco
mayor que la llama, no domesticable), paco o alpaca (rumiante andino, más pequeño
que la llama y la vicuña, de pelo largo y fino). Existe un número de palabras que se
refieren a los productos de alimentación: choclo (maíz tierno), poroto (especie de alubia
de la que se conocen muchas variedades en color y tamaño), quinua (planta anual de la
familia de las quenopodiáceas), yuyo (hierbas tiernas comestibles, o mala hierba),
zapallo (nombre genérico de muchas especies de cucurbitáceas), palto (árbol del
aguacate), palta (fruto de este árbol) [М.И. Былинкина. Смысловые особенности
национального языка Аргентины, 1969, стр.63].
2.2 El estatus de lengua nacional
Cualquier persona que quisiera practicar su español en Argentina, se encontraría con
varias dificultades. Lo primero que se puede notar a la llegada es la pronunciación y la
entonación particular de las personas argentinas, muy diferente de la de otros hablantes
del idioma. Además, existen diferencias significantes en el vocabulario y hasta en la
gramática. Se sabe que la lengua oficial hablada en la República Argentina es el
castellano. Pero, ¿qué clase del castellano es? ¿Cómo se desarrolló y se sigue
desarrollando dentro del país?
L o s términos que más se usan para referirse a una variante del español son los
siguientes: idioma nacional, nuestra lengua, el idioma de + los ciudadanos del país,
idioma patrio, idioma nativo, castellano, el español de + país, lengua + el adjetivo del
país [Н.М. Фирсова. “Языковая вариативность и национально-культурная
специфика общения в испанском языке”, стр.9].
En realidad la noción de la lengua nacional de los países hispanohablantes no es siempre
clara. Los investigadores suelen usar las palabras como “variante nacional” o “dialecto”.
Comparando los dos modos de llamar a una lengua, N. Firsova afirma que “un dialecto
se entiende como una formación de lengua con una escala limitada de situaciones
comunicativas usadas..., el termino “dialecto” en algunos contextos suele tener una
connotación de valor inferior” [Н.М. Фирсова. “Языковая вариативность и
национально-культурная специфика общения в испанском языке”, стр. 9].
23
Aunque, el profesor de la Universidad de Málaga Giovanni Caprara tiene una opinión
diferente sobre lo que podemos llamar el dialecto: “...el dialecto es, sobre todo, un
medio para denunciar la hipocresía, es un “hablado” antes y un “escrito” después, un
sinónimo de sinceridad que se opone a la hipocresía. El dialecto es el mejor vehículo
para alcanzar y conocer la verdad, aunque ésta nunca sea total y definitiva” [G.
Caprara. “Multilingüismo, variedades dialectales y traducción”, 2009, p.95].
Uno de los lingüístas soviéticos más destacados, G. V. Stepánov, definía el estatus del
español de los países de América Latina como “variante nacional de la lengua española”.
El investigador dice que “sería un error metodológico, además, porque se trata de los
países, también políticamente incorrecto e indiscreto
combinar las estructuras
jerárquicas mediante reducción a una escala estratificada por los motivos históricos,
lingüísticos u otros, a los variantes territoriales que participan en situaciones diferentes
y calificar el idioma portugués de Brasil como un dialecto de Portugal, …, el francés de
Canadá como un dialecto de Francia, el español argentino como un dialecto del
español europeo o al revés” [Г. В. Степанов. “Типология языковых состояний и
ситуаций в странах романской речи”, стр.59].
Uno de los escritores argentinos más conocidos, Roberto Arlt dice: “Si hiciéramos caso
a la gramática, tendrían que haberla respetado nuestros tatarabuelos, y en progresión
retrogresiva, llegaríamos a conclusión que, de haber respetado al idioma aquellos
antepasados, nosotros, hombres de la radio y la ametralladora, hablaríamos todavía el
idioma de las cavernas” [R. Arlt. “El idioma de los argentinos”, 1929, p.2].
Cada idioma nacional es el producto de desarrollo histórico de una sociedad, es una
lengua viva que está cambiando constantemente, por eso está claro que el español no
pudo haber permanecido incólume durante ya más de cuatrocientos años, y en cada país
debe tener peculiaridades especificas que lo caracterizan como una categoría histórica
determinada.
“El español de América es simplemente español: español legítimo y auténtico, no menos
y no de otro modo que el español de España y no represente “una desviación” ni una
“evolución aberrante” con respeto a éste; no es una lengua “derivada” del español, ni
una lengua “hija”. Todo lo general, todo lo esencial, todo lo sistemático, todo lo que
tiene vigencia super-regional (y también muchísimo de lo local: casi todo) en el español
de América, al menos en los planos en que hay que buscar la unidad idiomática y cabe
aspirar a ella es español sin adjetivos delimitadores” [E. Coseriu. “El español de
24
América y la unidad del idioma”, 1990, p.62].
El lingüista rumano Eugenio Coseriu, que se especializó en las lenguas románicas, opina
que “no puede decirse que el español de América “amenaza” la unidad del español por
alejarse o haberse alejado del español de España o “español auténtico”; en efecto, si
se considerara el español de América como “auténtico”, sería casi lo mismo decir que
el español de España amenaza le unidad del español porque se aleja o se ha alejado del
español americano” [E. Coseriu. “El español de América y la unidad del idioma”, 1990,
p.62].
En todo el territorio vasto del Nuevo Mundo apareció una necesidad de darles nombres a
varios fenómenos nuevos, desconocidos por los conquistadores, por ejemplo nombres de
nuevos animales o plantas que solo se encontraban en aquellas tierras (como la región
rioplatense). Al mismo tiempo nacen las palabras relativamente nuevas que adquieren
otros nombres, diferentes de los del idioma peninsular.
Miremos algunos ejemplos de argentinismos que se refieren a la fauna de la región:
sietecolores (un pájaro de muchos colores , nativo de América del Sur), picaflor
(colibrí), hornero / alonsito / casero (pájaro endémico de América del Sur), tero (pájaro
sudamericano, el ave nacional de Uriguay, en Argentina vive en las llanuras), gato de
monte / gato montero (un tipo de leopardo), león americano (puma), jabalí (jabalí
sudamericano, Dicolytes labiatus), pudú (el ciervo mas pequeño del mundo, 40 cm de
alzada), oso de anteojos (la única especie de oso en Sudamérica y la más amenazada)
[М.И. Былинкина. “Смысловые особенности национального языка Аргентины”,
1969, стр.85].
Muchos nombres de la flora de la región se basan en el descubrimiento de nuevos tipos
de plantas, una gran parte de estas palabras tiene origen indígena: guayacán (árbol
leguminosa), ceibo (flor roja, nacional de Argentina y Uruguay), urunday / urunde y
pichai, lapacho, guayaibí, tatané, timbó, chañar, virapitá, palo santo (árboles de la zona
intertropical americana), pino araucaria / pehuen (árbol endémico de Patagonia
argentina y el centro-sur de Chile), ciprés de la Cordillera (tipo de árbol que se
desarrolla exclusivamente en los bosques del sur de Argentina y centro-sur de Chile),
arrayán / palo colorado (árbol siempreverde del sur de Argentina) [М.И. Былинкина.
“Смысловые особенности национального языка Аргентины”, 1969, стр. 88;
www.taringa.net].
25
Estas particularidades (aparición de palabras nuevas en nuevas regiones) normalmente
caracterizan los dialectos de una misma lengua (como andaluz, aragonés y otros
dialectos provinciales del castellano de España). Aunque, en América Latina el problema
de caracterizar las lenguas locales y su desarrollo lingüístico se hace aún más
complicado e al mismo tiempo interesante, porque está relacionado con la cuestión de la
formación étnica de las naciones, con el problema de la influencia de los inmigrantes y
los aborígenes. Se podría hasta dudar de que los idiomas de América Latina sean
dialectos provinciales de España por el simple motivo d e que cada uno se considera
“lengua nacional” de sus naciones y muchas veces ya tienen sus propios dialectos. En
Argentina, por ejemplo, además del habla común de todos los argentinos, existen
dialectos de las provincias San Luis, Tucuman, Entre Ríos, Córdoba, etc., que se
distinguen entre sí por la pronunciación y por su léxico.
Nos podríamos preguntar si cada dialecto de la lengua española tiene derecho de
adquirir su propio estatus de idioma. Algunos filólogos del siglo XIX (Rufino Cuervo,
Andrés Bello) opinaban que la probabilidad de la separación del español latino en varias
lenguas románicas era muy alta. Así, tendríamos el argentino, e l venezolano, el
colombiano, etc., como ya pasó una vez con el latín que dio origen a las lenguas como
español, portugués, francés, catalán, italiano, rumano y otras. Este punto de vista era
popular en aquellos tiempos, cuando todos los países de Latinoamérica se aislaban unos
de otros, intentando evitar influencia lingüística y cultural de España.
Pero ahora los países latinoamericanos están interesados en mantener su unidad
“panhispánica” para facilitar los contactos dentro del continente. Teniendo diferencias en
cultura, los latinoamericanos siguen compartiendo muchas cosas. Frente la situación
inestable en el mundo contemporáneo, estas naciones se unen más para protegerse del
peligro potencial de afuera y para encontrar apoyo de aliados.
Hoy en día la lengua española, en su amplia arquitectura, abarca distintas posibilidades
de manifestar un hecho lingüístico, igualmente legítimas. Los hablantes, según el país,
optan por una forma u otra, por lo que deberemos tener en cuenta la variedad diatópica,
geográfica, para poder así distinguir con precisión la variación del desvío no aceptado.
La institución reconocida de fijar las normas lingüísticas para los hispanohablantes es
desde hace mucho tiempo la Real Academia Española que está, cada día más,
colaborando con el resto de academias de lengua, todas de ellas organizadas en
Asociación de Academias de la Lengua Española. En la mayoría de los casos la
26
coordinación académica consiste en declarar algunas normas para los hispanohablantes
siguiendo algunos modelos cultos en la escritura y en el habla. En cuanto al léxico, las
Academias reconocen oficialmente nuevas palabras y sus acepciones, así como
neologismos en forma de propuestas de su adaptación al caudal ya consolidado y
aceptado por la comunidad hispanohablante. Hoy observamos la tendencia a la estrecha
y mutua colaboración entre academias de la lengua española.
Uno de los ejemplos de este tipo de actividades mutuas es la creación del Diccionario
Panispánico de Dudas en 2005. El diccionario no ofrece información sistemática y plena
sobre todas las variedades hispánicas, aunque constituye una valiosa fuente para orientar
al lector de muchos usos divergentes.
Como dice Eugenio Coseriu:“El “hablar español” no realiza un solo modo de hablar,
sino varios [...]; lo que hay que considerar es el valor actual de esos usos en los
hablares a que corresponden. Así, el voseo argentino es, ciertamente, la forma general y
normal de “tuteo” del argentino coloquial y, como tal, es marca de “argentinidad” y de
familiaridad argentina, también en el nivel de la norma culta”[E. Coseriu. “El español
de América y la unidad del idioma”, 1990, p. 53].
El español de Argentina realmente tiene varias peculiaridades interesantes en su
fonética, morfología, sintaxis, léxico y estilística. Aunque, algunos de estos rasgos
típicos demuestran más particularidades que las otras, por ejemplo, en la gramática no
ha habido cambios tan significantes en comparación con el español peninsular (aunque
los hubo) como en el léxico, en la estilística y la pronunciación, donde se pueden
destacar unas características muy notables que reflejan el desarrollo propio de la cultura
nacional argentina. El número de estos rasgos, de los cuales hablaremos más adelante en
nuestro trabajo, no nos deja considerar el argentino un idioma independiente, pero son
suficientes para decir que es un variante del idioma español con su propio camino y su
propia cultura, diferente de la de España u otros países latinoamericanos.
En el prefacio para su “Diccionario del argentino exquisito” uno de los escritores más
destacados de Argentina del cual hablaré más adelante en mi trabajo, Adolfo Bioy
Casares, menciona :
“Quienes profesamos afecto por nuestro idioma, al fin y al cabo, hablándolo recorrimos
la vida, estamos un poco alarmados por las consecuencias de esta invasión de voces
nuevas; como representan, según mis informes, entre el diez y el veinte por ciento de
nuestro vocabulario corriente, pregunto si no le alterarán el tono y aun la índole.
27
Todavía en los años que nos toca vivir vamos a justificar una frasecita muy argentina,
que siempre hemos repetido sin creer demasiado lo que decíamos: “Nosotros hablamos
mal”” [A. Bioy Casares. “Diccionario del argentino exquisito”, 1978, prefacio].
Jorge Luís Borges, que se puede considerar el escritor argentino de más reconocimiento
en el mundo, en su ensayo “El idioma de los Argentinos” proclama la necesidad de
utilización de un lenguaje criollo como una necesidad de “hacer patria”. “La
argentinidad”, afirma, “debería ser mucho más que una supresión o que un
espectáculo. Debe ser una vocación” [J. L. Borges. “El idioma de los argentinos”, 1928,
p. 28].
2.3 El idioma de los argentinos: características
En general, cuando se refiere al idioma de los argentinos, se habla del idioma
rioplatense, o sea el variante de la lengua española que se habla en Argentina y
Uruguay. Su uso se extiende en la zona de la cuenca del Río de la Plata, Argentina,
Uruguay y otras regiones limítrofes. Los focos poblacionales más importantes de la
región son el distrito de Gran Buenos Aires, Rosario, Montevideo, Mar de Plata, Santa
Fe y La Plata, pero el idioma extiende su influencia cultural a zonas geográficamente
distantes, sobre todo a través de los medios de comunicación, en los que es la lengua
estándar de Argentina y Uruguay.
Es obvio que el idioma no es igual en varias regiones y provincias del país, y a sus
influencias (por ejemplo, el dialecto cordobés del argentino o el santiagueño (el de
Santiago de Estero)). Por este motivo los modismos y algunas particularidades en la
pronunciación varían entre regiones que se encuentran tan solo a unos pocos kilómetros
de distancia.
N. M. Firsova destaca una serie de normas dentro de una variante nacional que utilizaré
para hacer la descripción de la variante nacional de Argentina:
1. Fonético-entonacional (prosódico)
2. Gramática
3. Léxico-semántica
4. Fraseológica
5. Estilística
28
[Н. М. Фирсова. “Языковая вариативность и национально-культурная специфика
речевого общения в испанском языке”, 2000, стр. 12].
2.3.1 Características fonético-entonacionales
El Yeísmo
En los países del Río de la Plata el resultado de la neutralización de la oposición entre la
palatal lateral y la palatal central ha sido la fricativa prepalatal rehilada. En Argentina y
Uruguay es fenómeno común la neutralización de la oposición entre las palatales y el
yeísmo o rehilamiento.
“Puede definirse el žeísmo en general como la presencia a nivel fonemático de un
segmento fricativo prepalatal (alveopalatal) sonoro tenso y estridente (esto es, con un
grado relativamente notable de ruido) que simboliza / ž/ (y [ž] su representación
fonética). Muy parecido en su timbre a la j del francés, es el sonido que algunas fuentes
tradicionales denominan la "y rehilada”” [Munne Juan Zamora, Jorge M. Guitart.
“Dialectología Hispanoamericana”1988, p. 91].
La pronunciación rehilada surgió en Buenos Aires, se ha convertido en la pronunciación
estándar y hoy en día se asocia con todo el país. Se extiende por gran parte de la
Patagonia, norte de Tucumán y Salta.
Aunque, en el extremo oeste y en la región guaranítica lo normal es la /y/ palatal no
rehilada. En el noroeste argentino la palatal /y/ suele ser articulada como fricativa palatal
débil no rehilada, por influencia quechua esta región del país habla un español
totalmente andino. Un ejemplo de ésta variedad se da en la provincia de Jujuy.
Es seseo
El seseo, la pronunciación de c, z y s de la misma manera, como la /s/, es un fenómeno
general en el país entero, igual que en otros países de América Latina.
El el español rioplatense no se ha desarrollado la consonante fricativa interdental
sorda /θ/, el sonido típico del variante peninsular. Esto provoca numerosos casos de
29
homonimia que ha inducido por lo tanto a modificaciones en el vocabulario.
Ejemplo: Corazón→ [koɾ.a.'son]
Mantenimiento de la -s implosiva (final de sílaba y final absoluta). Aspiración y
debilitamiento
En Argentina se registra la debilitación de la /s/ final de sílaba (-s implosiva), que
conlleva los fenómenos de aspiración y pérdida. Sin embargo, sobresale el
mantenimiento de la implosiva en Santiago del Estero y en la franja noroeste de la
frontera con Bolivia. En Buenos Aires predomina la aspiración sobre la pérdida, ya que
esta última está estigmatizada. La pérdida es más frecuente en las clases bajas y menos
en las medias, la superior representa un nivel intermedio. Esto se debe a la tendencia de
la clase media a cometer ultracorrecciones, ya que utiliza el mantenimiento aspirado de
la consonante como marcador sociolingüístico de clase [Milagros Aleza Izquierdo, José
M. Enguita Utrilla. “La lengua española en América: normas y usos actuales”, 2010,
p.64-65].
La entonación
El castellano rioplatense presenta patrones tónicos que lo distinguen de cualquier otra
variedad del idioma. Como ya he mencionado antes, la entonación del rioplatense, sobre
todo en Buenos Aires, se ha derivado del acento napolitano. La presente entonación se
ha hecho una de las particularidades del español argentino y rioplatense, aunque se
impuso hace relativamente poco tiempo, en el trascurso del siglo XX, durante la
inmigración masiva de los italianos. Antes el acento porteño tenía más semejanzas con el
andaluz.
Sin embargo, hace falta mencionar que la entonación argentina es una entonación
particular y es distinta a cualquier dialecto o acento italiano. Por ejemplo, los argentinos
que viven en Italia muchas veces no consiguen sacarse su tonada particular, es
inmediatamente distinguible igual que los errores típicos de hispanohablantes que
cometen al hablar el italiano.
El español de Buenos Aires destaca por unos finales marcadamente descendentes; por el
contrario, se producen unos finales átonos muy altos en frases enunciativas en Tucumán,
que suenan como interrogativas a los porteños, mientras que los cordobeses parecen
alargar bien la sílaba inmediatamente anterior a la última tónica, bien la propia tónica
30
final o bien una pretónica interna, hecho que, junto a un posible deslizamiento tonal,
constituye el rasgo entonativo más sobresaliente de esta zona [Milagros Aleza Izquierdo,
José M. Enguita Utrilla. “La lengua española en América: normas y usos actuales”,
2010, p. 91].
“La sílaba inmediatamente anterior a la última tónica, en la propia tónica final o en
una pretónica interna, puede darse un marcado alargamiento en la cantidad. La
presencia de éste fenómeno constituye el rasgo más notable de la entonación cordobesa
y el que la aparta marcamente de las restantes del país, permitiendo la inmediata
identificación de sus hablantes” [María Beatriz Fontanella de Weinberg. “La entonación
del español de Córdoba (Argentina)”, 1971, p.11].
En algunas situaciones la entonación puede llegar a cambiar el sentido de la frase. Por
ejemplo, la entonación de un “sí”, afirmativo, eventualmente podría convertirse en un
“no”, de negación, por supuesto, como en el caso del ejemplo que coloqué en uno de mis
artículos: Ante la pregunta de un amigo si podría acompañarlo esa noche al cementerio,
la respuesta que dio el consultado fue: “‘Sé’, esperate sentado que yo te acompañaré...”,
dando a entender que no le interesaba la propuesta. Asimismo, en otro que puse, una
señorita que estaba sentada, en una fiesta, al lado de su amigo, le dijo, con una
entonación muy especial y melosa: “¡Ay! ¡Qué frío que hace en este lugar!”, dándole a
entender, indirectamente, que pretendía que se le acercara y le brindara calor. Con esto
comprobamos que la entonación puede torcer la intención de la frase “hace frío”
[periódico argentino “El Tribuno” (www.eltribuno.info), artículo “Tonada, acento y
entonación”, 02.04.2012].
2.3.2 Características gramaticales
“De todos los aspectos de un idioma, la gramática es el que menos variedad
representa... Aunque, la variedad gramatical sin duda existe” [Васильева-Шведе О.К.,
Степанов Г.В. “Теоретическая грамматика испанского языка. Морфология и
синтаксис частей речи”, 1980. c. 336].
El voseo
El voseo es una de las características más notables del español argentino. La sustitución
del pronombre de la segunda persona singular estándar “tú” por “vos” en la lengua
31
rioplatense es la forma aceptada en la lengua hablada y escrita. El voseo es considerado
un arcaísmo, es una práctica análoga a las otras lenguas románicas como italiano (voi),
francés (vous) etc.
El voseo viene del uso del pronombre sujeto vos o de las formas verbales de segunda
persona de plural (amás, amái(s), tenés, tenís, etc.) para dirigirse a un solo interlocutor,
con el que se mantiene una relación de solidaridad, confianza o intimidad. Un detalle
interesante es que el uso moderno de vos con valor de “tú” es opuesto al sentido que
tenía vos en el español medieval. Miremos los ejemplos de los versos 2009-2010 del
“Cantar de mío Cid”, en los que el Cid agradece al rey la confianza que éste ha
depositado en él, al permitir el matrimonio de los infantes de Carrión con sus hijas:
Mucho vos lo gradesco, commo a rey y a señor
Vos casades mis fijas, ca non ge las do yo (vv 2009-2010).
Comparémoslo con otro ejemplo del famoso cómic argentino “Mafalda” del dibujante
Quino. En él, la madre de Mafalda se dirige a su marido:
Ahí viene. ¿Vos creés que es momento para darle la noticia de que va a tener un
hermanito?
Por la existancia del voseo los pronombres posesivos como “os”, “vuestro/a”, “tí”,
“contigo” (se dice “con vos” etc.).
Miremos los ejemplos del sistema del pronombre”vos”:
1. En la función de sujeto o en imperativo.
Ejemplo: Vos me prometiste ayudar ayer.
¡Vos! ¿Por qué no venís?
2. Cuando se usa el pronombre con una preposición
Ejemplo: A vos nadie te preguntó lo que opinás.
3. Los pronombres posesivos correspondientes: tu, tus, tuyo, tuyos.
Ejemplo: Vos y tu hermano se deben quedar acá hasta que pase el peligro.
4. La forma del acusativo y dativo, pronombre reflxeivo – te.
Ejemplo: Ayer en el mercado no te reconocí a vos.
32
El voseo no afecta todos los tiempos. Los tiempos verbales más afectados por el voseo
son el imperativo (cantá) y el presente de indicativo (vos cantás). El modelo amás,
temés, partís es el más extendido.
Ejemplo (presente de indicativo):
Tú eres→ Vos sos
Tú tienes→ Vos tenés
Tú dices→ Vos decís
Tú vienes→ Vos venís
Ejemplo 2 (imperativo):
¡Ven! → ¡Vení!
¡Come! → ¡Comé!
¡Habla! → ¡Hablá!
En cuanto al presente de subjuntivo, existen dos posibilidades:
1. Las formas características del tuteo: vos cantes, bailes, quieras etc.
2. Las formas propias del voseo: vos cantés, bailés, querás etc.
Según varias investigaciones, la primera forma (la del tuteo) sigue siendo más popular
en el país, aunque las provincias de Rosario y Salta la segunda forma (la del voseo) se
observa con más frecuencia.
Durante mucho tiempo los investigadores discutieron sobre el papel y la importancia del
voseo en Argentina. El fenómeno ha sido considerado como socialmente marcado de
clases más bajos de la sociedad. Aunque en el siglo XIX el uso del voseo se empezó a
extender por el país. Muchos científicos señalan como responsable al presidente Rosas,
criticado por su política de dictadura. El presidente quería ganar los votos de la gente
simple, del campo, por este motivo solía hablar de la misma manera que ellos. Las
tendencias populares empezaron a penetrar el habla de las personas cultas, la élite
argentina. Estos cambios, obviamente, no eran aceptados por todos, algunos científicos
estaban en contra. La orientación hacia la Academia Española siguió en realidad hasta
1970 – 1980.
L a Academia Argentina de Letras aceptó el uso del “vos” como legítimo en 1982,
debido a la extensión del uso y a que también autores de prestigio usan el voseo en sus
33
obras. La forma considerada estándar y empleada en los medios escritos y por las capas
medias y altas de la sociedad, es idéntica a la que se emplea para tú. Es interesante
mencionar que los cambios en los manuales empezaron a tener lugar solamente hace
unos 10 – 15 años. En la mayoría de los manuales contemporáneos se dan las dos formas
(tú y vos) y también la forma de vosotros. Ninguno de los manuales contiene solamente
la forma del voseo.
Ya se ha mencionado que cuando se trata de una variante nacional en un idioma de
cualquier país latinoamericano, la gramática siempre presenta menos particularidades y
menos discordancia con el idioma peninsular. Las otras particularidades gramaticales
que voy a describir son menos comunes, pero también tienen lugar en Argentina, igual
que en algunos otros países latinoamericanos, sobre todo Uruguay, Paraguay y Chile.
Uso de ustedes en vez de vosotros
Los pronombres vosotros, vosotras y el pronombre os han desaparecido de la variedad
argentina, se los sustituye con ustedes y se y el verbo se conjuga en la tercera persona
plural:
Vosotros mirais → Ustedes hablan
¿Me escuchais bien? → ¿Me escuchan bien?
Os vais → Se van
El futuro
La forma conjugada simple no es usada mucho, se suele reemplazar por el verbo modal
ir más el infinitivo del verbo (iré - voy a ir, comeré - voy a comer, cantaré - voy a
cantar).
El uso del futuro con valor predictivo sin embargo sí se mantiene muy vigente:
¿Qué hora será?
¿Habrán ganado el partido?
De todas formas, en los últimos tiempos apareció la práctica de usar también las formas
del condicional:
¿Qué hora sería?
34
Todos los usos del futuro son impropios porque pueden no corresponder a su significado
natural ("denotar algo posterior al momento en que se habla"). Así, la pregunta
"¿Venderé la casa?" manifiesta la duda o la vacilación de quien la formula. En cambio,
lo que positivamente ha de ocurrir se expresa mediante la perífrasis: “Mañana voy a
vender la casa” (o aún más enfáticamente: “Mañana voy y vendo la casa”). La
expresión "tendré fiebre, pero me siento mejor" indica que se admite la verdad de lo
primero sin perjuicio de lo segundo.
El uso del pretérito indefinido en vez del pretérito perfécto
Se trata de la neutralización de los valores de los dichos tiempos verbales en el uso
cotidiano.
Ejemplo: Admiro la fecunda tierra americana que nos da endivias tan prietas. No las he
comido mejores ni en La Côte Vasque de Nueva York [Marcos R. Barnatán. “Con la
frente marchita”, 1989].
Vivir + gerundio
E s una característica del español de América, incluso Argentina (zona de Río de la
Plata), la cual equivale a la del verbo estar acompañada del adverbio “siempre”: Me vive
preguntando por ti (= Siempre me está preguntando por ti).
El uso de “capaz” como adverbio de probabilidad
Se utiliza como adverbio de probabilidad o duda junto a un verbo en indicativo
generalmente: Capaz llega tarde, o subjuntivo: Capaz llegue tarde.
Tiene valor adjetival (“posible, probable‟) cuando es atributo de una oración copulativa:
Es capaz que fracase el sistema.
El adverbio nada
En algunas áreas (Chile, Río de la Plata, Puerto Rico y zonas andinas), el adverbio nada
constituye contextos enfáticos donde significa „en absoluto, de ningún modo‟: No vino
nada [Milagros Aleza Izquierdo, José M. Enguita Utrilla. “La lengua española en
35
América: normas y usos actuales”, 2010, p.189].
El adverbio ya
En el español de muchos países latinoamericanos, el adverbio ya suele aparecer
encabezando una oración de en la que el verbo se desplaza después del sujeto: ya vos
sabés; ya usted sabe, y no se mantiene, por tanto, junto al adverbio como ocurriría en el
estándar europeo: ya sabe usted.
El uso de “la” en vez de “lo” en unas expresiones comunes
Normalmente se trata de las expresiones como ¡Que la pases bien! en vez de la española
¡Que lo pases bien!
Otro ejemplo: ¡Me l a vas a explicar en seguida! En vez de ¡Me lo vas a explicar en
seguida!
El leísmo
El leísmo se observa en la franja guaraní del noreste argentino (en las zonas de
Corrientes, Misiones y el este de las zonas de Chaco y Formosa) y en la zona argentina
de influencia mapuche.
Ejemplo: Le he perdido a mi hijo.
Ejemplo: A él no le querían porque era pobre.
[Milagros Aleza Izquierdo, José M. Enguita Utrilla. “La lengua española en América:
normas y usos actuales”, 2010, p. 117].
Complemento directo nulo
Esta particularidad, según Milagros Aleza Izquierdo y José M. Enguita Utrilla, se
observa en el noroeste argentino.
Ejemplo: ¡Qué lindas flores! ¿Dónde Ø compraste?
36
La inversión del pronombre sujeto
Este fenómeno se refiere a la posición de los pronombres en función de sujeto: la no
inversión del mismo en frases interrogativas. Concretamente, el pronombre sujeto no es
desplazado después de un pronombre interrogativo (¿Qué tú quieres?), como ocurre en
el español general cuando aparece el pronombre sujeto: ¿Qué quieres tú?
En Argentina se localiza en la región del Río de la Plata.
Ejemplo: ¿De dónde vos sacás esto?
Adverbio + posesivo
En el habla de muchos países, al igual que en zonas de España, se produce la sustitución
de la construcción de + un pronombre personal detrás de un adverbio (detrás de mí) por
la de un adjetivo posesivo concordado con el referente pronominal: delante mío. La
construcción es muy extendida entre hablantes cultos, aunque no ha sido aceptada como
norma.
Ejemplo: El fiscal se aproximó y Martínez fue detrás suyo.
El “queísmo”
El queísmo consiste en la omisión de la preposición de antes de la conjunción que:
Tengo miedo de que no haya lugar en el hotel → Tengo miedo que no haya lugar en el
hotel
El caso contrario, o el “dequeísmo” consiste en agregar la preposición de en ciertas
construcciones (“creo de que vas a venir”, en lugar de “creo que vas a venir”. Esto es
un mal uso del español).
“Lo de”
Uso de la forma “lo de” por “la casa de alguien” o “el lugar de alguien”, muy común en
Argentina:
Iré a lo del médico
¿Dónde está Flor? - Se fue a lo de Paula.
37
Conjunciones
En el español rioplatense se documente la conjunción y en posición de comienzo
absoluto se puede utilizar para evitar una respuesta categórica.
Ejemplo: ¿Cómo te fue el examen? - Y... no me fue muy bien.
Con frecuencia va acompañada de bueno con expresión de resignación: Y bueno,
tampoco está tan mal.
La conjunción sino, que en el español general para introducir subordinadas con verbo
personal necesita la conjunción que (sino que), en los países del Río de la Plata puede
aparecer sin dicha conjunción, siguiendo la pauta de la lengua antigua. Es decir,
antecede directamente a un grupo verbal: No come, sino devora [Milagros Aleza
Izquierdo, José M. Enguita Utrilla. “La lengua española en América: normas y usos
actuales”, 2010, p. 204].
Por las dudas = por si acaso
La expresión “por las dudas” se usa muchas veces en vez de “por si acaso”.
Ejemplo: El se da cuenta que es terreno resbaloso. Y entonces, por las dudas, no se
mete -dijo el Gordo-. Y también por las dudas no le dice a sus parientes y amigos que
frenen el proyecto [Argentina, periódico “La Nación”, 05.07.1992].
Género de los nombres
Charles Kany señala la tendencia en los países de América Latina, incluso Argentina, a
cambiar el genero de los sustantivos. Aunque, los ejemplos de éste fenómeno en la habla
culta son bastante escasos: la piyama, el sauna; los nombres de profesiones como la
fiscala, la intendenta, la lideresa, la magister, la mercadera, la yoqueta [Ch. Kany.
“Semántica hispanoamericana”, 1973, pp. 198 - 204].
Los hablantes bilingües suelen cometer errores de concordancia que afectan el género y
el número: Abrímelo esos cajones, Ahora siempre está carísimo la vida.
Número de los sustantivos
Ch. Kany encontró varios ejemplos del idioma de América Latina, incluso Argentina,
que demuestran cambios en el uso de número de algunos sustantivos, sobre todo es muy
frecuente el plural de sustantivos referidos a partes del cuerpo humano, prendas de
vestir, objetos personales y nombres abstractos.
Ejemplos:
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Las muchachas se miran las frentes
Todos se pusieron de pies
No me echés las culpas
Existe también la tendencia hacia la pluralización de denominaciones de lugar de
alojamiento: Me voy para las casas
Se observa con regularidad la concordancia de los colectivos como gente, familia, todo
el mundo etc. como en plural con el verbo:
Hay gente que saben menos o saben más
Ahí están más la gente
Son una familia alegre, receptiva
Pues todo el mundo nos echamos a reír
[Ch. Kany. “Semántica hispanoamericana”, 1973, p.203].
2.3.3 Características léxico-semánticas
El léxico es el aspecto especialmente interesante, porque es el aspecto que más cambios
ha vivido y más particularidades posee. Como ya hemos mencionado en los capítulos
previos, el español rioplatense se ha desarrollado y enriquecido con la influencia de los
inmigrantes que se asentaron en la zona y también con voces nativas.
Una gran parte del léxico forman los arcaísmos y los marinerismos, pero aquí no hay
grandes diferencias con lo que ocurrió en otros lugares de Hispanoamérica para el
desarrollo del proceso de constitución de su patrimonio léxico. En cambio, sí se deja ver
la originalidad del español de Argentina en la procedencia de buena parte de los
préstamos que se han tomado de otras lenguas.
Si miramos los préstamos, los anglicismos tienen mucha influencia, a pesar de su
incorporación relativamente reciente en la lengua. Aunque, ellos no son exclusivos en el
español argentino y su uso se extiende a casi todos los países latinoamericanos. Los
campos semánticos en los que aparecen son varios, pero sobre todo el deporte
(basketball o basquetbol = baloncesto, box - boxeo, referí - arbitro, balancear –
equilibrar, jogging – ejercicio de correr, en Argentina también significa conjunto
deportivo de chaqueta o sudadera y pantalón largo a juego), las prendas de vestir
(pulóver - jersey, short (de baño) - bañador de hombre, piyama – pijamas, palabra de
39
origen indio, fue prestada por los ingleses y llegó al español del inglés, ), la
alimentación (cuáquers – viene de nombre de una marca comercial de copos de avena,
panqueques – crepe, toddy - chocolate en polvo, ), otros préstamos: shopping – centro
comercial, mítin – reunión, troley – trolebús, pick up – camioneta, fashion – de moda,
etc. [G. Haensch. “Anglicismos en el español de América”, 2005, p.6].
Los préstamos y calcos léxicos procedentes del inglés son una peculiaridad importante
del español sudamericano, tanto frente al español peninsular como entre las variedades
americanas, especialmente en aquellos casos en que la única palabra usual para designar
un referente es un anglicismo.
Los italianismos, en cambio, contribuyeron decisivamente a caracterizar el vocabulario
argentino. En el capítulo sobre la inmigración, ya hablamos de la llegada masiva de
emigrantes italianos antes y después de la II Guerra Mundial. Una gran parte de aquellas
personas, sobre todo la primera oleada, eran de bajo nivel cultural, lo que dio lugar a
creación de una lengua mixta hispanoitaliana, llamada cocoliche. Aunque, el cocoliche
no se podría caracterizar como una lengua independiente, porque no se creó ningún
modelo a seguir ni reglas, sino permaneció como algo espontáneo, fruto de la fusión
inconsciente de las dos lenguas en los hablantes. Sin embargo, sirvió de puente en la
transferencia fundamentalmente léxica y fonética entre el español y el italiano y aportó
muchos de los elementos más característicos del habla rioplatense.
Los calcos y las palabras con sufijos italianos se emplean actualmente, muchas veces
con un cierto sentido humorístico: ¡andiamo! -¡vamos!, ¡atenti! - ¡ojo!, falluteli –
persona informal, gamba - pierna, locatelli - loco, baratieri - barato, etc. [U. Le Bihal.
“Italianismos en el habla de la Argentina: herencia de la inmigración italiana”, 2011, p.
7].
La influencia italiana ha sido muy intensa y ha resultado en la formación de la jerga
llamada lunfardo. Según Alejandro Fajado Aguirre, el 80% de las palabras del lunfardo
proceden del italiano [Revista de filología universal de Laguna №16, 1998, p.58]. En su
origen el lunfardo más cerrado comenzó como lenguaje carcelario de los presos de
Buenos Aires para que los guardias no los entendieran. “Abriendo las puertas para 10
millones de inmigrantes, no se puede esperar que el lenguaje se quede limpio”, - dice
M. Bylinkina [М.И. Былинкина. “Смысловые особенности испанского языка
Аргентины”, 1969, стр. 88].
40
El lunfardo acumuló mucha cantidad de elementos vulgares de la lengua. Realmente,
sería un error pensar que las personas que llegaron al Nuevo Mundo con los
conquistadores fueron ejemplos de buena educación. Hoy en día, las palabras del
lunfardo se hicieron parte de la habla de Buenos Aires (o lenguaje porteño), y de ésta
manera entraron en la lengua literaria argentina, ya que la capital es una cuidad enorme
y cosmopolita que abarca una gran parte de la población del país y es su centro
lingüístico. Así, el lunfardo abandonó las cárceles y empezó a aparecer en el habla de la
gente culta del país, es más, hasta los escritores famosos lo incluían en sus obras.
Sin embargo, muchos escritores importantes argentinos se negaban a aceptar el lunfardo,
probablemente, por su procedencia, y rechazaban la influencia que tuvo en la lengua.
Jorge Luis Borges, por ejemplo, considera el lunfardo “jerga artificiosa de ladrones”, y
piensa que usarlo es “condenarse a hablar solamente de cárceles, furcas, comisarías,
etc.” Borges aclara que cree en el idioma argentino. Y piensa que es deber del escritor el
aproximarlo. Con esta recomendación, Borges desestima el lunfardo como lenguaje
literario, lo cual constituye una referencia negativa al amplio frente de escritores
contemporáneos que utilizan este vocabulario para escribir sus obras. Manuel Gálvez
afirma que “el argot -se refiere al lunfardo- no tiene importancia filológica. Existe en
muchos países, y no por eso los idiomas correspondientes han cambiado” [Mariano
Oliveto. “La cuestión del idioma de los años veinte y el problema del lunfardo”, 2010,
p.4].
Hoy en día, muchas de las palabras que pertenecían al lunfardo han sido incorporadas al
lenguaje habitual argentino, mientras que gran cantidad de las palabras del lunfardo en
su época llamada “arrabal” (mezcla con el habla vulgar) se han dejado de usar. Así que
ahora el lunfardo no se diferencia en nada del lenguaje popular madrileño, londinense o
de cualquier otra ciudad grande.
Cuando un argentino se refiere al lunfardo, ya casi nunca piensa que se trata de un habla
de delincuentes, sino que lo ve como algo muy porteño. Aunque hoy el significado de
lunfardo sale de los límites de lo porteño, y ahora la definición más acertada sería habla
coloquial. No son pocos los términos que no se han logrado mantener en el habla viva y
han quedado fosilizados en la letra de los tangos.
“Efectivamente, hoy día los lunfardismos se encuentran en la conversación coloquial
cotidiana y palabras que en su día fueron usadas sólo por los delincuentes (como
atorrante ‘vago’, fiaca ‘pereza’, apolillar ‘dormir’, etc.) son conocidas actualmente en
41
toda Argentina y usadas por cualquiera en el habla coloquial. Los delincuentes, por
otra parte, siguen creando su propia jerga, que no es ya lo que popularmente se conoce
por lunfardo, si bien pudo haberlo sido en algún momento” [Revista de filología
universal de Laguna №16, 1998, p.63].
Las palabras provenientes del francés representan el prestigio que tuvo la lengua y
cultura francesa en Argentina durante mucho tiempo. Ya hablamos de la influencia
francesa en capítulos anteriores.
Los portuguesismos demuestran el número relativamente bajo, sobre todo si tenemos en
cuenta la vecindad con Brasil. Son palabras como chambón - torpe, chambonear comportarse torpemente, garúa - llovizna, vichar - observar, espiar o vintén - pequeña
cantidad de dinero [М.И. Былинкина. “Смысловые особенности испанского языка
Аргентины”, 1969, стр. 92].
Ya hemos dado los ejemplos de palabras procedentes de las lenguas indígenas como
mapuche, quechua y guaraní que son abundantes. Argentina cuenta también con una
variada y rica toponimia indígena a lo largo y ancho de su territorio: Aluminé, Villa
Atuen, Carhué, Cutral-Co, Guaminí, Nahuel Niyeu, Neuquén, Pigué, Ruca Choroy
(mapuche), Chaco, Cosquín, La Quiaca, Pampa, Tupungato (quechua), Caá Catí,
Iguazú, Itatí, Paraná, Uruguay (guarraní).
Los préstamos de otras lenguas indígenas son mucho menos numerosos en Argentina,
por ejemplo los que proceden del nahuatl (galpón - cobertizo, petaca - baúl, tamal especie de empanada de maíz) [М.И. Былинкина. “Смысловые особенности
испанского языка Аргентины”, 1969, стр. 92].
Otro fenómeno lingüístico interesante son los arcaísmos, palabras que en otros tiempos
fueron corrientes en el español europeo, pero que han caído luego en el olvido, pero
permanecieron en el castellano de América Latina. Entre los arcaísmos extendidos cabe
citar los siguientes: aguaitar (vigilar, acechar, mirar), arveja (guisante), chancho
(cerdo), enojarse (enfadarse), frazada (manta), frijol (judía), lindo (bueno, excelente),
liviano (ligero), llamado (llamamiento), pollera (falda), chapa (cerradura), pararse
(ponerse de pie), plata (dinero), recibirse (tomar grado universitario), saber (soler),
valija (maleta), damasco (albaricoque), zonzo (tonto) [Milagros Aleza Izquierdo, José M.
Enguita Utrilla. “La lengua española en América: normas y usos actuales”, 2010, p. 204,
rincondelvago.com, clarin.com].
42
El léxico marinero ha tenido importancia en el lenguaje contemporáneo de Argentina.
Desde muy pronto se produjo la extensión de términos náuticos, que salieron del ámbito
especializado y se empezaron a aplicar a la lengua común. La gente que llegó por el mar,
empleó las palabras marineras a las nuevas realidades que encontró. Esto explica que en
Argentina se denomine carretel (carrete grande para enrollar cables de embarcaciones)
al carrete de hilo para coser, playa a cualquier “lugar llano y espacioso”, como a la
“explanada que se emplea de aparcamiento”, o abra (“bahía”, en su antigua acepción
marinera) al “lugar claro, despejado sin árboles ni vegetación que se abre en un bosque”.
Otras palabras utilizadas son piola para el “cordel” (actualmente se usa en el significado
“chulo”, “guay” del español peninsular), rebenque y chicote para el “látigo”, balde para
el “cubo”, etc. Muchos de estos marinerismos son también arcaísmos en el sentido que
vimos más arriba [E . Coseriu. “El español de América y la unidad del idioma”, 1990,
p.60, rincondelvago.com, clarin.com].
Con respecto a los mecanismos de formación de palabras, en Argentina podemos
observar algunas preferencias que hacen distinto su uso del de España.
La derivación presenta algunas diferencias en el uso argentino en las formaciones con
los sufijos -ada, -udo-a, ero-a, iento-a.
El sufijo -ada con el valor de ‘acción’ para sustantivos, es muy frecuente en el habla
argentina rural o regional, sobre todo para referirse a actividades propias de campo:
abarajada, abrazada, acoivarada, aflojada, aguada, aguaicada, algarrobeada,
alojeada, alzada, andanada (montón), apartada, armada, arropeada, aventada,
empujada, lastimada, limpiada.
El sufijo -udo/a con el significado “poseer determinada cosa o característica” es muy
productivo en la lengua oral argentina. Muchas veces adquiere el valor de habla vulgar:
boludo, bolsudo, chinchudo, cajetudo, conchudo, catingudo, pelotudo. Todas estas
palabras se usan frecuentemente como insultos, aunque entre amigos pueden ser formas
de trato cariñoso.
El sufijo -ero/a tiene sentido de “persona relacionada con...”, es también uno de los más
productivos en el castellano: bicicletero (el que estafa), chivero (contrabandista),
cucharero o abortero “el que practica abortos”.
43
El sufijo -iento/a, para la formación de adjetivos conlleva también frecuentemente un
matiz despectivo: cargosiento “cargoso, pesado”, caspiento “casposo”, galguiento o
milagriento “muerto de hambre, pobretón”, graniento “con granos”, pachorriento
“pachorrudo”, o pulguiento “pulgoso”.
El truncamiento, es decir, la tendencia a acortar las palabras reduciendo el número de
sílabas que la integran, es un fenómeno relativamente frecuente en el español de
Argentina, sobre todo en el registro coloquial: alfa (alfalfa), analfa (analfabeto), atorra
(atorrante, persona de mal vivir), colifa (colifato, loco), fule (fulero), bolche
(bolchevique), merca (mercadería) [E. Coseriu. “El español de América y la unidad del
idioma”, 1990, p. 104].
Uno de los fenómenos más curiosos de transformación de léxico que se observa en
Argentina es el de metátesis o inversión silábica. Se utilizaba entre clases marginales
como un código secreto que permitía transformar a una palabra en cualquier otra. En la
modalidad argentina del español existe incluso una palabra coloquial para designar a
este fenómeno lingüístico: el vesre (de revés).
Todos los casos de metátesis aparecen en el registro coloquial y en bastantes ocasiones
se emplean con intención humorística. Vamos a dar algunos ejemplos más usados:
gomía (amigo), gotán (tango), bepi (pibe), feca (café), rioba (barrio), ñoba (baño),
trocén (centro), troli (litro), dorima (marido), jermu (mujer), choma (macho), chenoa
(anoche), rabi (birra, cerveza), dolobu (boludo), tolís (listo) [www.clarin.com].
En cuanto a los nombres propios, los padres argentinos cada vez más eligen los
nombres indígenas para sus hijos, aunque ellos mismos no tengan este origen. Algunos
de los más populares son: Tayel (de hombre o mujer): "canto sagrado" en mapuche,
Suyay (de mujer): “esperanza” en quechua, Eluney (de mujer): “regalo del cielo” en
mapuche, Duham (de mujer): "memoria" en mapuche, Nahuel (de hombre): “tigre” en
mapuche, Sami (de mujer): “afortunada, venturosa” en quechua, Newén (de hombre):
“energía, fuerza” en mapuche, Kalén (de hombre): “ser otro, diferente” en shelk' nam,
Uma (de mujer): significa "agua" en lengua aymara, Ñawi (de mujer): “la que precede”,
en quechua, Wayra (de hombre): “viento, aire” en aymara [www.taringa.net].
También llama la atención la diferencia que hay en muchos de los hipocorísticos
argentinos con respecto a los españoles. A pesar de que los procedimientos de creación
44
son los habituales también en España, se obtienen distintos resultados, porque se aplican
a nombres que en España no se someten a esta transformación.
Miremos algunos ejemplos:
Reduplicación de determinada sílaba: Esther > Teté.
Mantenimiento de una parte del nombre con la deformación parcial del resto,
donde se muestra clara preferencia por el sonido «ch»: Carlos > Cacho/Caco,
Candela > Canducha, Graciela > Chela, Isabela > Chabela, Luis > Lucho,
Mercedes > Mecha, Eduardo > Lalo, Yayo.
Hipocorísticos formados a partir de un diminutivo del nombre: Adolfo > Fito.
Pronunciaciones extranjerizantes: Graciela > Grace , Ricardo > Richi, Carlos
> Charly / Chale, Juan > Johny [taringa.net].
Vamos a dar más ejemplos de argentinismos que se encuentran en algunos campos
léxicos:
Cualidades de personas (casi siempre negativas):abatatado, atarantado,
aveloriado, bambaco (torpe, ingenuo); aburridor, calandraca (molesto);
afanador, afanancio, caloteador, chorro (tendencias a robo o estafa); atropellador,
avivato, canchero, vivo (tendencias al abuso de los demás); amarrete (tacaño);
bacán o cajetilla (presumido, dado al lujo), turro (grosero)
Vida rural. La agricultura siempre ha sido importante en el país, el clima y la
situaciín geogáfica de Argentina siempre le favorecía. Muy interesantes son los
sighuentes números: “según los datos del año 1962, el 35,5% de la población
argentina (o 1/3) estaba viviendo en campos, mientras 100 años atrás, en el 1869,
la población rural formaba el 71,4% de la población total del país” [М.И.
Былинкина. “Смысловые особенности испанского языка Аргентины”, 1969,
стр.76].
Estos datos muestran que el español de Argentina debe reflejar las tareas y los
costumbres de la vida de los argentinos, la mayoría de los cuales en la época de la
formación de la nación eran los gauchos o personas de campo que se dedicaban a faenas
ganaderas.
Miremos algunos términos gauchescos comunes: china (una mujer gaucha), tropa
(ganado), payuca (hombre de tierra, campesino), tata (padre, viejo, abuelo), patay
45
(especie de pan hecho con harina de algarroba), hacendado (persona que posee mucho
ganado), bellaco (caballo desobediente), caldera (tetera), poncho (abrigo de una sola
pieza utilizado por los gauchos) [definiciones de www.rae.es].
Ejemplos de tareas rurales: abajarse (bajarse de un caballo o de un vehículo), cabaña
(establecimento rural destinado a la cría de ganado de raza), guardaganado (estructuras
que se emplean con el fin de evitar el paso de ganado a una carretera a través del acceso
de un camino agrícola o rural), mansero (hombre que cuida animales, en especial
vacunos y caballares), llorona (espuela grande usada por los gauchos), recado (apero de
montar), puesto (cada una de las partes en las que se divide una hacienda), flete (caballo
de montar) etc. [definiciones de www.rae.es].
Comídas y bebidas
La cocina argentina se caracteriza por una fuerte herencia gauchesca, combinada con
algunos ingredientes de los indígenas al igual que con una mezcla de adiciones europeas,
sobre todo italianas y españolas.
Algunas comidas típicas de Argentina son: parrillada o asado (carne cocinada al fuego),
milanesa (filete empanado), facturas (diferentes brioches que se venden en panaderías,
llamadas facturerías), alfajores (golosinas compuestas por dos rodajas delgadas de masa
adheridas una a otra con dulce y a veces recubiertas de chocolate o merengue),
pastafrola (pastel cubierto generalmente de dulce de membrillo, decorado con tiritas
entrecruzadas de la misma masa de la base), empanadas (masa de pan con relleno,
cocida en el horno), dulce de leche (dulce típico argentino que se hace con leche
azucarada, aromatizada generalmente con vainilla, sometida a cocción lenta y
prolongada; se usa en muchos postres argentinos), polenta (gacha de harina de maíz),
fainá (plato hecho a base de harina de garbanzos), locro (guiso de varios ingredientes,
popular en muchos países de América Latina), puchero (cocido originado en España),
picadas (conjunto de fiambres y quesos acompañados por pan).
El mate es la bebida más típica de Argentina. La bebida se suele tomar en varios países,
pero en Argentina es una tradición característica y forma parte de parte del día a día. Se
trata de una infusión que se prepara de las hojas llamadas yerba mate (una planta
originaria de Sudamérica), previamente secadas, cortadas y molidas. Se le agrega agua
caliente en un recipiente llamado “mate” (proviene de la palabra quechua matí que
46
significa “calabaza”). El recipiente realmente se hacía tradicionalmente de calabaza, hoy
en día se hace también de madera, metal o silicona. Los otros nombres del recipiente,
según la zona, son “cuya”, “porongo” o “guampa”. El mate se bebe mediante un
sorbete que se llama bombilla.
La forma de preparación del mate fue transmitida por los guaraníes (que lo llamaban
kaaí, siendo ka’á: ‘hierba’, e í: ‘agua’) a los colonizadores españoles y portugueses.
Con el transcurso del tiempo fue adoptada como bebida tradicional de los gauchos en
Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil y Bolivia. Actualmente el mate sigue siendo muy
popular, sobre todo en los países como Argentina y Uruguay, donde se toma diariamente
por gran parte de la población y es común ver a la gente que la toma en la calle, mientras
espera el transporte, en las clases de idiomas o hasta en las oficinas. Es importante
mencionar que el mate no suele ser una bebida de consumo individual, sino que es
costumbre compartirlo entre amigos o conocidos.
A continuación presentamos palabras relacionadas con mate: yerba (llex paraguayensis,
planta, usada para hacer mate), matero (tomador de mate), mate amargo (mate común
hecho con yerba y agua), mate dulce (mate con azúcar o edulcorante), mate cocido (mate
servido en una bolsa de té y bebido como té, normalmente se sirve en cafés o
restaurantes, pero no se suele tomar en casa), tereré (mate frío, se toma con agua fría o
con jugo, sobre todo en el norte del país y en verano), cebar (el verbo que se usa en el
significado “servir el mate”), cebador (la persona que sirve el mate), agua quemada
(agua que ha hervido, porque nunca se debe hervir el agua para un buen mate), agua
cruda (agua que está caliente, pero no ha hervido, perfecta para el mate; en las
teteras /pavas eléctricas en Argentina hay signo “mate” que calienta el agua hasta la
temperatura exacta), “lavado” (el mate que ha perdido el sabor después de usarlo un
rato), “mate del bobo o del zonzo” (el primer mate, el más amargo, suele ser bebido por
el cebador),“gracias” (se dice cuando una persona ya no quiere más mate), “mateo”
(recipiente de mate hecho de silicona, más fácil de usar y lavar).
2.3.4 Características fraseológicas
El campo léxico fraseológico representa un interés especial desde el punto de vista de la
traducción, porque aquí podemos observar mucha diversidad y riqueza del idioma. La
fraseología es una disciplina lingüística que tiene por objeto de estudio el conjunto d e
aquellas unidades léxicas formadas por más de dos vocablos con separación gráfica, y
que se caracterizan por:”la alta frecuencia de uso, y de coaparición de sus elementos
47
integrantes; por su institucionalización, entendida en términos de fijación y
especialización semántica; por su idiomaticidad y variación potenciales; así como por
el grado en el cual se dan todos estos aspectos en los distintos tipos” [G. Corpas Pastor.
“Manual de la fraseología española, 1997, p.20].
Obviamente, los fraseologismos más usuales en Argentina no van a ser así en la
Península Ibérica y tampoco en otros países latinoamericanos. Si hacemos una
comparación, veremos que las formas léxicas y gramaticales pueden responder a la
exigencia de diferentes normas nacionales. Eva Muñiz Álvarez y Susana Camiño
Salgado dan un ejemplo muy ilustrativo del cambio del español colocacional en
diferentes países hispanohablantes:
“... Por ejemplo en España, el profesor pone un examen y los alumnos lo hacen; en
Argentina, Perú y Uruguay, los profesores toman y los alumnos dan o rinden examen;
en Puerto Rico, los profesores dan examen y los estudiantes lo cogen o lo toman; en
México, los maestros/profesores lo aplican y los alumnos lo presentan; en Venezuela,
los docentes lo dan, administran, aplican o ponen; y los alumnos lo toman, responden,
contestan o presentan. Además, en América los discentes pueden pasar o salvar un
examen (con una selección claramente influida por el inglés), o bien perderlo; mientras
que en España los alumnos aprueban o suspenden” [E. Muños Álvarez, S. Camiño
Salgado. “Sobre la necesidad de marcar colocaciones del español y enseñanza del
léxico”, 2006, p. 104].
Para dar más ejemplos de esta diversidad, citemos algunas unidades usadas en el español
estándar argentino y él de España:
a rajatablas (arg.) / a rajatabla (esp.)
por las dudas (arg.) / por si acaso (esp.)
senda peatonal (arg.) / paso de peatones (esp.)
industria automotriz (arg.) / industria automovilística (esp.)
tasa comunal (arg.) / impuesto municipal (esp.)
[Jerzy Szalek. “Estructura fraseológica del español moderno”, 2010, p.23].
Existen también numerosos fraseologismos que no tienen su equivalente en el español
de España. Las variantes que se dan en gran cantidad son los que se refieren a la vida
cotidiana, hábitos, actuaciones sociales o culturales, por ejemplo:
48
estar (quedar) a mano (Río de la Plata, Col., Méj.) = estar dos personas de acuerdo sin
asuntos pendientes;
agarrarse la cabeza (Arg., Urug.) = preocuparse por lo ocurrido inesperadamente;
arrancar la cabeza = (Arg., Urug.) = cobrar un precio desmedido por algo;
oreja de negro = (Río de la Plata) = árbol que alcanza hasta 30 m de altura con frutos en
forma de vaina similares a una oreja humana de color negro;
no tener uñas para gaitero (guitarrero) (R. de la Plata) = ser desprovisto de algunas
cualidades para llevar a cabo algo, etc. [Jerzy Szalek. “Estructura fraseológica del
español moderno”, 2010, p.30].
Vamos a dar ejemplos de diferentes fraseologismos que aparecen frecuentemente en
varios contextos del habla y de la literatura argentina.
Hablar: abrir la boca, abrir el pico, darle a la sin hueso, chamuyar
Ejemplo: Cuando Miguel le da a la sin hueso, nadie lo puede parar.
Beber: calentar el pico, calentar el garguero
Ejemplo: Ahora caliento el garguero y nos vamos.
Robar: meter la mano en la lata, ser un chorro, ser un garca
Ejemplo: ¡Todos los políticos son unos chorros!
Morir: parar las patas, clavar el pico, estirar la jeta, dejar la osamenta, estirar las
patas
Ejemplo: ¡Me debés obedecer si no querés estirar la jeta!
Tener miedo: estar con la cola entre las patas/piernas, cagarse en/ hasta las patas,
temblar la pera/ el pulso (también puede significar “tener frío)
Ejemplo: ¿Qué te pasó, pibe? ¿Estas con la cola entre las patas?
Estar loco: estar de la cabeza/ del craneo / del bocho, estar del mate, estar mal de la
redonda, faltarles los suplentes y el aguatero, olvidarse de tomar pastilla, ser
cualquiera, estar re-pirado, faltarle a alguien un jugador,
Ejemplos:
Tu vieja se olvidó a tomar la pastilla.
¡No lo tomes en serio, que le faltan los suplentes en el aguatero!
Ser tonto: ser cabeza de zapallo, no tener nada en la croqueta/ en el balero, faltarle (a
alguien) un tornillo, no subirle (a alguien) el agua al tanque, ser un gil, ser pancho, ser
49
boludo /pelotudo,
Ejemplo: A ese no le sube agua al tanque.
Estar nervioso: andar con los cables pelados, quemarse la cabeza, ortivarse
Ejemplo: No te quemes la cabeza por esto, que no pasa nada.
Estar muy cansado: estar fusilado, estar hecho bolsa, estar hecho pelota, estar muerto,
estar (re)baqueteado,
Ejemplo: Las minas no vienen al boliche, porque dicen que están fusiladas.
Tener mal genio: tener mala leche, tener pocas pulgas, andar con la cara de velorio
Eejmplo: ¡Qué mala leche que tenés, boludo!
Tener problemas: estar en el horno, comerse un garrón, pelarse la frente, pisarse el
poncho
Ejemplo: Tengo que entregar la tésis mañana y no he escrito ni una página, ¡estoy en el
horno!
Ser caro: costar un huevo, salir un afano, costar una fortuna
Ejemplo: ¡Qué lindas zapatillas, Gloria! - ¡Obvio, me costaron un huevo!
Salir de fiesta: salir de marcha, salir de gira, ir al boliche
Ejemplo: Anoche salimos de gira hasta el amanecer.
Equivocarse: irse al tacho, irse al carajo
¿Es buena mi respuesta? - No, te fuiste al carajo.
Estar bueno, genial: tener (mucha) onda, ser una masa, ser piola, ser alto, tener mucha
onda, ser flash, ser flor de...
Ejemplos:
Ayer ví una alta moto.
Estos zapatos de plataforma tienen mucha onda últimamente.
Guillermo tiene una flor de moto.
No ser fiel al marido/ mujer: ponerle el gorro con alguien, meter las guampas
Ejemplo: Todos en el barrio ya saben que Fito le pone el gorro a su jermu.
Faltar a la clase: chupinearse, hacerse la chupina, hacerse la yuta, hacerse la rabona,
rabonear
Ejemplo: ¿Cuál es la tarea para el lunes? - ¿Y por qué no viniste ayer? ¿Hiciste la
chupina?
50
No tener dinero: estar/andar cortado, estar en pampa y la vía, estar seco, estar pato,
estar pelado, no tener ni un mango, no tener guita, no tener un cobre
Ejemplo: No puedo salir con ustedes el sábado que estoy seco.
Mentir, engañar: jugarse a dos puntas, ser un chamuyero, mandar fruta
Ejemplo: No lo escuches a Felipe, es un chamuyero.
Emborracharse: pegarse una tranca, ponerse en pedo
¿Cuánto han bebido anoche? ¡Están todos en pedo!
Destruir algo: hacerle bosta a algo, romper la jeta (a alguien),
Ejemplo: Diego está bien, pero su auto esta hecho bosta después del accidente.
Tener mucho dinero, ser rico: ser un bacán, estar forrado,
Ejemplo: Mi amigo ganó la lotería y ahora está forrado.
Más expresiones: ¡Ni en pedo! (ni pensarlo), ¡No dar! (ni hablar), ¡Compráte un perro!
(¡Déjame en paz!), ¿Te va? (¿Te parece bien?), ¡Se sabe! (es obvio), ¿Y Johnson? / ¿Y
Johnny? (¿Y yo?, viene de la expresión “Y yo, ni te cuento”), ¿Y Boston / Bosnia? (¿Y
vos?), para atrás (muy mal), al toque (muy rápido, enseguida), no valer ni aca (no valer
nada), ser trucho (ser falso), tomárselas (irse), no ser manco (ser hábil), ser un disco
rayado (repetir la misma cosa muchas veces), zarparse (hacer algo fuera del lugar, tanto
bueno como malo).
Ejemplos:
¿Nos vamos, Felipe? - Pero mirá que lluvia, ¡ni en pedo me mojo!
Estoy muerto después de esta carrera. - ¿Y Johnny?
¡La cara que tenés, boludo! - ¿Y Boston?
¿Cómo fue el examen? - Ay, no me preguntes, mamá, para atrás.
Oye, che, me debes diez pesos. - ¡Compráte un perro, boludo! Yo no te debo nada.
No me digas que ésta es una camiseta de marca, ya veo que es trucha.
[Los ejemplos utilizados en éste capítulo fueron encontrados en las revistas online
argentinas “El Clarín”, “Taringa” y en la página web el-gallo-en-alpargatas.ru,
consultada desde febrero hasta abril 2016].
2.3.5 Características estilísticas
Como ya he mencionado antes en mi trabajo, muchas particularidades que se consideran
51
típicas para el español argentino derivaron del habla de los inmigrantes y de la clase
baja. Aunque, últimamente se ha cambiado bastante la característica estilística de
argentinismos, durante más de medio siglo algunos de ellos dejaron de ser vulgares y
entraron en léxico popular, mientras otros se crearon parte del lenguaje literario.
Podemos decir que la formación y el desarrollo del lenguaje va de abajo para arriba y el
fenómeno como lunfardo, por ejemplo, ha formado parte de léxico vivo de un lenguaje
dinámico donde siempre de observan cambios. Las diferencias que hay en el idioma de
los argentinos ya no se consideran irregularidades, sino particularidades que enriquecen
la lengua y le dan un color propio.
Hablemos de algunas tradiciones que se desarrollaron en Argentina durante los años de
existencia de este país y que lo destacan en todo el mundo.
E l tango es sin duda el baile y el estilo musical más característico de Argentina. Se
desarrolló a finales del siglo XIX, primero como estilo de danza y luego como género
musical, se comenzó a bailar en los interiores de distintos bares de la ciudad de Buenos
Aires. Apareció a mediados del siglo en los barrios marginales de Buenos Aires y
Montevideo, habitados por las comunidades provenientes de África, recién liberados de
esclavitud. Se instalaron lugares especiales llamados “academias”, “milongas”,
“piringundines” o “canguelas”, en los que se inventó el baile.
Por ser originario de los lugares más pobres, por tener los textos atrevidos y hasta a
veces groseros y por tener un baile que se consideraba obsceno y amoral, la alta
sociedad rechazaba el tango, por lo cual estaba prohibido escuchar o bailar dicha
música. Hasta existen registros de detención de personas en Buenos Aires por no
obedecer aquellas reglas.
A pesar de esto, muchas personas se sentían atraídas por el tango y visitaban los
suburbios a disfrutarlo. Además, por su melodía y por el interés de recién surgida clase
media, el baile logro popularidad entre las clases más altas. Por este motivo la música se
hizo más compleja, las letras más refinadas, apareció poética nueva. Con el tiempo se ha
convertido en una atracción para los turstas y en un baile profesional, llegó hasta a los
lugares muy lejanos. Aún se conservan los distintos bares llamados milongas, abiertos
toda la noche, donde las parejas y aficionados acuden a bailar el tango.
En cuanto al vocabulario, el baile está compuesto de cuatro componentes básicos: el
52
abrazo estrecho, la caminata, el corte y la quebrada (los dos últimos por ser figuras
coreográficas que adornan la danza se conocern por el nombre genérico “firulete”).
Otros pasos son: baldosa, cunita, gancho, cajita, mordida, vaivén [clarin.com,
todotango.com, consultada en marzo 2016].
Los textos del tango tienen su lenguaje propio, es muy común el uso del lunfardismos
para referirse a diferentes cosas en términos especiales: arrabal (barrio fuera del recinto
de la población a que pertenece), gotán (vesre de la palabra “tango”), bacán (hombre
que mantiene a una mujer, o persona que se da buena vida, rico), boliche (bar, cantina,
taverna, lugar donde suele reunirse la gente para jugar y bailar), compadre / compadrona
(ladrón elegante y muy bien vestido), chamuyar (hablar, conversar), chamuyo
(conversación, palabrería), che (vocativo del pronombre “tu” (en Argentina “vos”), sirve
para llamar la atención de una persona), dar pelota (prestar atención), farra (fiesta),
lunfa (apócope de “lunfardo”), laburo (trabajo), mango (peso, dinero en general), pá
(apócope de “papá”), pavada (tontería), mozo (muchacho), vero (verdadero), yugo
(tarea, ocupación, oficio), yuta (policá) [clarin.com, todotango.com].
Existen otras danzas populares pertenecientes al folclore argentino. Cuenta con distintos
tipos de baile como el Chamamé, el Gato, la Zamba o la Chacarera. Durante todas las
épocas del año se realizan muchísimos festivales folklóricos por todo el país. El Festival
de Cosquín es el más reconocido, s e espera durante todo el año y suele ser la
consagración de muchos grupos o cantantes de este estilo [www.taringa.net].
En el ámbito deportivo, la Argentina es reconocida por su gran pasión por el fútbol, con
grandes estadios que ya forman parte de los atractivos turísticos más importantes del
país. Pero a pesar de que el fútbol se ha transformado en el deporte más popular del país,
lo cierto es que el deporte autóctono nacional es el pato. Nació de la mano de los
gauchos que practicaban este deporte en sus estancias [www.taringa.net].
Entre las tradiciones argentinas hay que mencionar algunos juegos tradicionales: el
truco (juego de naipes para dos o más jugadores), el sapo (juego de campo que consiste
en tirar unas fichas de hierro para embocarlas en la boca de un sapo metálico), la payada
(una disputa argumentativa acompañada por guitarra donde se establece el tema y los
participantes cantan de una manera improvisada) [www.taringa.net].
53
Capítulo 3. Literatura de Argentina y formación de la norma literaria
La literatura argentina o las obras literarias producidas por sus escritores es hoy una de
las más prominentes en América Latina y en general del idioma español, sobre todo por
sus escritores de renombre, como Jorge Luís Borges, Adolfo Bioy Casares, Julio
Cortázar, Roberto Arlt, Manuel Puig, Victoria Ocampo, su hermana Silvina y muchos
otros. Aunque, no fue siempre así. En los doscientos años de su desarrollo la literatura
del país ha vivido cambios significantes. En este capítulo hablaremos de ellos y de la
aparición de la norma literaria de Argentina.
La literatura de habla hispana en Argentina tiene su inicio en la época de la conquista y
de la colonización española. Los conquistadores que llegaban al Nuevo Mundo traían
consigo cronistas, personas, que describían todos los eventos importantes, aunque todo
esto era en aquel momento para el público español. Una de las circunstancias que
fomentó la aparición de los primeros cambios léxicos fue el hecho de que no había
mucho contacto entre la colonia y la península. Los siglos XVI – XVII se caracterizan
por el florecimiento de la lengua y la literatura en España, durante este tiempo en Perú y
en México se fundaron centros importantes de la cultura española, pero la provincia de
La Plata permanecía la menos tocada por la colonización. El descubrimiento de los
territorios de la moderna Argentina pasaba desde Lima, así que esta ciudad en aquellos
tiempos tuvo bastante influencia. Por ejemplo, en el año 1622 se fundó la Universidad
de Córdoba que se convirtió rápidamente en un centro de cultura [M . Prieto. Breve
historia de la literatura argentina, 2006, p.10]. Muchos de los inmigrantes españoles y
sus descendientes se distribuían por las diferentes regiones con clima y agricultura
diferente, vivían en el vasto territorio en sus ranchos y haciendas.
La amplia dispersión de la gente y el hecho de que se empezó a dedicar a las actividades
agrícolas tan diferentes de las de España, junto con las condiciones naturales diferentes,
inició un cambio gradual del idioma. Los habitantes rurales adquirieron el nombre de
“gauchos”, ya hemos hablado de la contribución que han hecho en el idioma argentino.
En la provincia argentina de Buenos Aires (o sea la ciudad de Buenos Aires y una parte
del territorio contemporáneo de Uruguay) se formó un núcleo grande de la población
rural. En estos territorios se desarrollaron formas nacionales de poesía a partir de las
cuales en el siglo XIX se creó el género original de la literatura argentina, “la literatura
gauchesca”. Entre los gaucho siempre eran muy populares los cantantes folclóricos
llamados payadores que cantaban sobre la vida campesina de los habitantes de las
pampas, sobre su valentía en la lucha por la libertad. En el período colonial Buenos
Aires era una ciudad bastante pequeña que no tenía gran importancia cultural o
instituciones sociales. Solo después del año 1776, cuando se hizo la capital de la
54
provincia de La Plata, Buenos Aires se empezó a convertir en el centro político y
cultural, donde nació la literatura nacional del joven país.
A los principios del siglo XIX se acabó el régimen colonial en América Latina. El 25 de
mayo del 1810 triunfó la Revolución, y en el 1816 el congreso de Tucumán declaró
oficialmente la independencia de “Las provincias Unidas de la Plata” (cuyos territorios
actualmente se dividen entre Argentina, parte del Suroeste de Brasil, Paraguay, gran
parte de Bolivia y Uruguay), el nombre, que se cambió en el 1826 por “Argentina”.
Nunca se llegó a controlar la totalidad del antiguo virreinato, el cual acabó por
subdividirse en diversos países [José Luis Romero. “Breve historia de la Argentina”,
p.21].
El investigador destacado de la literatura argentina Ricardo Rojas (1882 – 1957) opina
que la literatura con la que Argentina entró en la época nueva fue bastante pobre [Rojas
R., Historia de la literatura argentina, 1917, p.12]. Hay pocas obras de la época del
Virreinato del Río de la Plata que impactaron la literatura del país, algunas de ellas son
“La Argentina manuscrita” de Ruy Díaz de Guzmán (1612), el poema “Argentina” de
Martín Barco de Centenera (1602), poemas de Luís de Tejeda (se considera el primer
poeta nacido en el actual territorio argentino, fue influenciado por Luís de Góngora),
“Oda del Paraná” de Manuel de Lavardén (1801).
Durante los primeros años de libertad hubo todavía mucha influencia española
peninsular. Todos los textos patrióticos se creaban con la influencia de los poetas
españoles. Se ve que la palabra “libertad” era común en todos los ámbitos menos la
lengua y el arte.
No obstante, durante aquel tiempo de gran influencia española se desarrolló y enriquecíó
la lengua propia de Argentina. Un hecho destacable es que durante la guerra libertadora
y después, durante las guerras civiles entre los “federalistas” y “unitarios” los gauchos
formaron una gran parte del ejercito. Así, las palabras de los dialectos gauchescos
empezaron a aparecer en el lenguaje de toda la gente y llegaron a entrar en la lengua
literaria escrita de los argentinos.
Según Margarita Bylínkina, hasta el mismo general San Martín utilizaba palabras del
habla rural latina, a pesar de su procedencia española. En concreto, en sus cartas
podemos encontrar los argentinismos como “tobado (rebelde), pingo (caballo),
resabiado (caprichoso), poncho (prenda de abrigo), galpón (cobetizo), chacra (alquería
o granja), maturango (lento, poco despabilado), montonera (grupo o pelotón de
gauchos)” [М.И. Былинкина. “Смысловые особенности испанского языка
Аргентины”, 1969, стр.30].
55
La poesía gauchesca es uno de los acontecimientos más singulares de la literatura
argentina. El género apareció al principio del siglo XIX, según muchos historiadores de
literatura, como, por ejemplo, Ricardo Rojas, nació a partir de los cantantes folclóricos o
improvisadores nacionales de la campaña – los payadores. El metro octosílabo y las
formas estróficas (sextina, décima, copla) de la poesía gauchesca – coincidían con la
poesía de los payadores, lo que parece justificar este punto de vista. Aunque, Jorge Luís
Borges no está completamente de acuerdo y tiene sus propias ideas. Las expresa en su
análisis del poema “Martín Fierro” de José Hernandez de la cual hablaremos más
adelante:
“Cabe suponer que dos hechos fueron necesarios para la formación de la poesía
gauchesca. Uno, el estilo vital de los gauchos; otro, la existencia de hombres de la
ciudad que se compenetraron con él y cuyo lenguaje habitual no era demasiado
distinto... Presupone que un cantor gaucho, un cantor que, a diferencia de los
payadores genuinos, maneja deliberadamente el lenguaje oral de los gauchos y
aprovecha los raagos diferenciales de éste lenguaje, opuesto el urbano” [J.L. Borges y
M. Guerrero. “El Martín Fierro”, p.13].
Como el iniciador de este estilo es considerado Bartolomé Hidalgo (1788 – 1822),
nacido en Montevideo. Su obra más completa e importante fue “Cielitos y Diálogos
patrióticos” en la cual canta a las Provincias Unidas del Río de la Plata sobre el
patriotismo y glorifica la independencia. Los cupletos de los Diálogos tienen mucha
importancia poética, eran en aquellos tiempos un arma fuerte de la propaganda política:
“Hoy una Nación
en el mundo se presenta,
pues las Provincias Unidas
proclaman su Independencia.
…
Los constantes argentinos
juran hoy con heroísmo,
eterna guerra al tirano,
guerra eterna al despotismo.”
[B. Hidalgo. “Cielito de la Independencia”, 1816].
Al homenaje a Bartolomé Hidalgo, en Uruguay, el día 24 de agósto se celebra el “Día
Nacional del Payador”.
La próxima generación de la inteligencia argentina se llama la “Generación del 37”. En
el año 1837 el grupo de los jóvenes literarios y filósofos creó el Salón Literario, un lugar
56
en el que se intercambiaban sus ideas sobre cultura, progreso y política. Esta asociación
cambió en el 1846 su nombre y se quedó en la historia con el nombre Asociación de
Mayo. Consideraban que eran los únicos capacitados para hacer progresar el país, eran
contrarrevolucionarios: estaban de acuerdo con haberse independizado de España, pero
no compartían cómo se había llevado a cabo aquella revolución. Los principales
exponentes de la organización fueron los escritores como Juan María Gutiérrez (1809 –
1878), José Mármol (1817 – 1871), Vicente Fidel López (1815 – 1903), Juan Bautista
Alberdi (1810 – 1884), Bartolomé Mitre (1821 – 1906), Domingo Faustino Sarmiento
(1811 – 1888). Los tres últimos se hicieron más tarde políticos muy importantes de
Argentina y desempeñaron un gran papel en el desarrollo de la cultura del país. La
Asociación fue liderada por Esteben Echeverría (1805 - 1851), un gran escritor y poeta
argentino del siglo XIX.
La idea más general de los miembros de la Asociación fue el antihispanismo. Aquí
tenemos las palabras de J. B. Alberdi:
“Es pues bajo la síntesis general de españolismo, que nosotros comprendemos todo lo
que es retrógrado, porque, en efecto no tenemos hoy una idea, una habitud, una
tendencia retrógrada que no sea de origen español... ¡La joven España, la hermana
nuestra, porque venimos de un mismo siglo, se burla de la España vieja, la madrastra
nuestra: ¿y nosotros no tenemos el derecho de burlarla?” [J. B. Alberdi. “Reacción
contra el españolismo”, 1838, p.2].
En la primera parte del siglo XIX se popularizaron mucho las ideas francesas y europeas
de libertad y democracia. Después de haber vivido en Francia entre los años 1826 y
1830, Esteban Echeverría adoptó las ideas nuevas de igualdad y fraternidad, y empezó a
difundirlas en su país. Se hizo fundador del romanticismo en la literatura Argentina y
unió las figuras literarias gauchescas con la lengua española en una nueva forma
romántica.
J. B. Alberdi consideraba hasta la lengua de Argentina no lengua española, sino la hija
de la lengua española, igual que la nación argentina es la hija de la nación española, sin
ser por eso la misma nación española. Domingo Faustino Sarmiento, que más tarde se
haría presidente de la nación, introdujo la noción “argentinidad” como algo contrario a
la “hispanidad”. En su obra más destacada “Facundo” habla así del idioma del país:
“Nuestro idioma, nuestra literatura y nuestra ortografía están todavía relacionadas con
las tradiciones y lon los estudios tradicionales que ahora se nos han hecho extraños y
ya nunca nos interesarán. Los idiomas de inmigración toman colores de las tierras
donde fueron traidos” [D. F. Sarmiento. “Facundo”, p.105].
En el mismo libro podemos encontrar bastantes palabras argentinas que solían utilizarse
57
en aquella época por la población campesina: tropero (pastor), cajetilla (presumido),
baquiano (rastreador), parejero (caballo de carreras), malón (incursión de los indios),
pulpería (calabacín) etc. [D.F. Sarmiento. “Facundo”, 1845, pp.27 - 116].
En el período histórico de que estamos hablando junto con el rechazo de la hispanidad se
está haciendo cada vez más popular la literatura europea, sobre todo francesa, lo que
tiene como resultado préstamos en abundancia, muchos de los cuales formaron parte de
la lengua literaria del país.
La “Generación del 37” fue un movimiento muy popular en su época, aunque no todos
los escritores estaban a favor de él. Por ejemplo, Florencio Varela abogaba por la
preservación del idioma castellano “puro”, según el poeta, emancipación de la lengua la
acabaría de ensuciar. Algunos periódicos intentaban hacer ridículas las innovaciones
léxicas argentinas, no típicas para el español tradicional.
Aunque en aquella época del ánimo social independentista los movimientos
tradicionales no podrían tener mucho éxito, las nuevas ideas penetraron todos los
ámbitos de la vida social y cultural. Es muy interesante señalar que hasta el mismo
dictador Juan Manuel de Rosas que exilió del país a Echeverría, Sarmiento, Alberdi y
Mitre y fue tantas veces criticado por su política, fomentó la aparición de la norma
argentina y debilitamiento de la influencia de la norma española. El dictador solía
utilizar el lenguaje popular en sus discursos con el objetivo de ganar el apoyo de los
gauchos y la gente campesina que entonces formaban una cuarta parte de la población.
Así, teniendo ideas diferentes y hasta opuestas, los miembros de la “Generación del 37”
y Rosas llegaron al mismo resultado: el idioma de Argentina vivió modificaciones y se
acercó al habla rural.
Las ideas innovadoras influenciaron el manera de llamar el idioma. En el 1852 Vicente
Fidel López, el ministro de la educación en la provincia de Buenos Aires y el autor del
himno de Argentina, introdujo el término “idioma nacional” que más tarde entró en el
currículum de las escuelas secundarias.
Otra etapa significante en la literatura y formación de la norma literaria argentina fue el
final del siglo XIX – principio del siglo XX cuando la lengua obtuvo mucho léxico
prestado, sobre todo del italiano.
Las obras más destacadas entran en la “Generación del 80” que se representa por los
escritores como Eugenio Cambaceres (1843 – 1883), Miguel Cané (1851 – 1905), José
Hernandez (1834 – 1886, el famoso autor de “Martín Fierro”, obra máxima de la
literatura gauchesca).
58
Ideológicamente, esta generación se considera tributaria de la “Generación del 37”, así
que se siente mucho la influencia del romanticismo, aunque se nota la inclinación hacia
el realismo. A lo largo de casi toda su existencia, los representantes de la “Generación
del 80” creyeron en un destino de progreso indefinido para su país y para la humanidad.
Se esperaba ver un crecimiento del país en todos los aspectos, tanto económicos, como
sociales, culturales y materiales. En cierto sentido, no creyeron necesario hacer mucho
más que crear las condiciones para ese crecimiento, ya que daban por sentado que el
progreso respondía más bien a la naturaleza de las cosas.
Se observan dos tendencias en la literatura de aquel tiempo: la “cosmopolita” y la
“costumbrista” que desarrollaba tradiciones literarias de gaucho y estableció el género
de la novela cívica. Los cosmopolitas, como por ejemplo e l poeta y escritor Martín
García Merou (1862 - 1905) estuvieron muy influenciados por la cultura europea, por
eso su idioma, tanto como temática no demuestran nada típico argentino y podrían pasar
por obras de otros países de habla española. Los “costumbristas”, como Lucio López
(1848 - 1894), Julián Martel (1867 – 1896), Eugenio Cambaceres (1843 - 1888) al
contrario, demuestran una tendencia más fuerte, cuya temática y lengua están
relacionadas con las costumbres y las condiciones de la vida del país, por esto podemos
observar varios fraseologismos y varias expresiones características de la lengua hablada
de Argentina. Describen la vida de todas las clases sociales del país: desde los
inmigrantes de villas miserias – hasta los que solían frecuentar salones de lijo de Buenos
Aires. El tema de la vida rural, las tradiciones de cantantes callejeros – payadores – son
típicas para los costumbristas de “literatura gaucho” que se popularizó mucho al final
del siglo XIX.
Muchos poetas escribían en esta género, aunque, sus modos de expresarse eran
diferentes. Algunos, como Juan María Gutierrez (1809 - 1878) o Rafael Obligado (1851
- 1920), seguían las tradiciones románticas de Echeverría y usaban la lengua literaria,
evitando parte del léxico de los mismos gauchos. Otros, como Estanislao del Campo
(1834 - 1880) o José Hernández (1834 - 1886), seguidores de Ascaburi o Hidalgo,
usaban la lengua popular de los payadores. Son exactamente ellos, sobre todo J.
Hernández, los que hicieron que el género popular folclórico se empezó a considerar una
parte esencial de la literatura nacional argentina.
El poema narrativo “El gaucho Martín Fierro” de José Hernández, escrito en el 1872,
está considerada ejemplar de género y libro nacional de Argentina. Este libro habla del
destino trágico del gaucho-trabajador que por la injusticia social se convierte en un
gaucho matrero o fuera de la ley. Ha aparecido literalmente en cientos de ediciones y ha
sido traducido a más de 70 idiomas, entre ellos al esperanto y quechua.
59
Si consideramos la importancia en literatura nacional, la popularidad del poema se
compara con “Don Quijote”, “Cantar de Roldán” o “Cantar de Mío Cid”. La razón de
esto es que J. Hernández, hablando de la vida de un gaucho, llena de injusticias, en
realidad describió las penurias por las que tuvieron que pasar muchas personas que
vivieron cambios sociales del final del siglo XIX. El gaucho Martín Fierro demuestra
carácter independiente, muchas veces heroico y sacrificado.
El idioma del poema representa el habla de los gauchos del final del siglo XIX, contiene
las siguientes peculiaridades:
- indigenismos: bagual (caballo), tape (hombre rústico)
- reducción vocálics: pacencia en vez de paciencia
- reducción de consonantes: vítima en vez de víctima, arriada en vez de arrivada,
soledá en vez de soledad
- pérdida de la letra d en la terminación -ado: tapado en vez de tapado
- cambio de f por j ántes del diftóngo ue: juego en vez de fuego
- cambio de l por la d: alquirir en vez de adquirir
- aspiración de la h: juir en vez de huir
- cambio de h+ue por gü: güelta, güesos, güen vino
[Ejemplos encontrados en el libro de J.L. Borges y M. Guerrero. “El Martín Fierro”,
1986, p.10 – 36].
Hoy en día las obras de literatura gauchesca pueden considerarse monumentos literarios
importantes que reflejan las peculiaridades del idioma popular de Argentina en uno de
las etapas de su formación. En aquellos tiempos las palabras y expresiones provinciales
entraban en el idioma y formaban parte de la norma literaria.
El florecimiento de la literatura nacional durante los años 1890, junto con una gran
cantidad de inmigración no podía no encontrar reflejo en la lengua. Al mismo tiempo, en
el país se observa el alzamiento de los ánimos sociales de nacionalismo, aun más fuerte
que en la época del 37. Estos ánimos están relacionados con el auge cultural y
económico del país y su influencia con otras repúblicas latinoamericanas. Además,
aparece el anhelo de contraponer la cultura de inmigrantes y “cosmopolita” de Buenos
Aires y la cultura propia y el “espíritu nacional”. Eso explica en parte la creciente
popularidad de poesía gauchesca durante estos tiempos.
Las tendencias nacionales s e fortalecieron también en la lengua. En el año 1884 el
término “idioma castellano” fue universalmente cambiado por el término “idioma
nacional” que aparecía en las leyes y manuales de las escuelas. Podemos observar aquí
la hiperbolización de las ideas de Sarmiento y Echeverría que abogaban por el desarrollo
60
libre de la lengua. La adversidad entre los puristas y los innovadores, que querían
liberarse de la influencia de la Academia Española, aumentó.
Para el tiempo de la Primera Guerra Mundial Argentina se convirtió en uno de los países
más desarrollados de América Latina. Ampliaron sus lazos económicos con los países de
Europa y los Estados Unidos. Dentro del país se observa el descenso de los ánimos
nacionalistas.
Argentina entra en el siglo XX en proceso activo de desarrollo de su literatura que
formaba una parte de la cultura nacional. Este desarrollo tiene de nuevo dos tendencias,
nacional y cosmopolita que ahora se llaman “realistas” y “modernistas”.
Los modernistas están, como antes, influenciados por Europa y sobre todo Francia y su
cultura de prestigio, algunos de ellos son Enrique Laretta (1875 – 1961) con su novela
histórica “La gloria de Don Ramiro”(1908) y poeta, narrador y ensayista Leopoldo
Lugones (1874 – 1938).
Los realistas intentan reflejar la realidad cotidiana y lingüística en el país. Los escritores
más destacados aquí son Roberto Payró (1867 – 1928), Benito Lynch (1885 – 1951),
Manuel Gálvez (1882 – 1962).
Durante los años 30 muchos escritores dejan atrás el modernismo y vuelven a los temas
nacionales, relacionados con América Latina, como el tema de gaucho. En el año 1926
se publica la novela rural “Don Segundo Sombra” de Ricardo Güiraldes (1886 - 1927).
El libro de aprendizaje de la vida del gaucho construye una utopía rural en la cual se
logra la síntesis de dos culturas (de la ciudad y del campo) y de dos estéticas (la
literatura rural y el simbolismo francés), a través de la integración del hombre y la
naturaleza, la naturaleza y la sociedad, el hombre y la sociedad, que desconoce los
conflictos y tensiones característicos de los procesos de modernización urbana y rural.
En el mismo año aparece la novela “Zogoibi” de Enrique Larreta donde se desarrolla
una fábula nacional de la vida de los gauchos argentinos.
En el 1924 se fundó la revista literaria “Martín Fierro”. Varios escritores importantes,
comenzado por Jorge Luís Borges, contribuyeron con sus poemas y artículos. La
independencia en la opinión y la separación respecto a la tradición se veía reflejada en
esta estrofa:
De naides sigo el ejemplo,
naide a dirigirme viene
yo digo cuanto conviene,
y el que en tal güeya se planta,
61
debe cantar, cuando canta,
con toda la voz que tiene.
[José Hernandez. “La vuelta de Martín Fierro”, 1879].
La revista se cerró en el 1929 por su creador Evar Méndez que quería evitar ponerla en
el servicio de la campaña electoral de Hipólito Yrigoyen como lo exigían algunos de los
colaboradores.
Muy pronto, en el marco de aquella agrupación vanguardista aparecieron dos grupos
nuevos fundamentales en la historia de la literatura argentina: Florida y Boedo. Uno de
ellos, el que se llamaba “Grupo de Florida”, disponía de su sede en la esquina tradicional
de la calle Florida y Tucumán en la ciudad de Buenos Aires. El Grupo de Florida se
caracterizó fundamentalmente por la búsqueda de innovaciones vanguardistas
relacionadas con las formas, como el cuestionamiento a la métrica y la rima de la poesía.
Intentaban modificar las formas literarias y artísticas para conseguir una estética
orientada a lograr un cambio social y apoyaron todas las vanguardias corrientes europeas
de la época. El grupo juntó a muchos escritores de renombre como Jorge Luís Borges
(1899 - 1986), Victoria Ocampo (1890 - 1979), Adolfo Bioy Casares (1914 - 1999),
Ricardo Güiraldes (1884 – 1927), Oliverio Girondo (1891 – 1965), Conrado Nalé Roxlo
(1897 – 1971), Leopoldo Marechal (1900 – 1970), Raúl González Tuñol (1905 – 1974),
Eduardo González Lanuza (1900 - 1984).
El otro grupo se llamaba “Boedo” por uno de sus puntos de confluencia ubicado en la
calle Boedo 837, por entonces eje de uno de los barrios obreros de Buenos Aires. El
grupo se caracterizó por su temática social, sus ideas de izquierda y su deseo de
vincularse con los sectores populares y en especial con el movimiento obrero. Entendía
el arte como una forma de proporcionar herramientas para entender la realidad,
identificándose con los más humildes y poniendo en palabras el sufrimiento de ellos.
Tiene mucho sentido no sólo que hayan escogido ese lugar para reunirse, sino también
que hayan adoptado ese nombre. Reunió a escritores y artistas como Leonidas Barletta
(1902 – 1975), Nicolás Olivari (1900 – 1966), Álvaro Yunque (1889 – 1982), Elías
Castelnuovo (1893 – 1982), Raúl González Tuñón (1905 – 1974), Cesar Tiempo (1906 –
1980), Roberto Arlt (1900 – 1942, el escritor es a veces incluido en el grupo por sus
características, aunque su opinión al respecto no se sabe con exactitud).
El objetivo de ambos grupos era desarrollar la literatura y el idioma argentino, aunque
tenían diferencias en su visión del mundo, en sus objetivos creativos y también en las
peculiaridades de lengua. Según algunas opiniones, los representantes de “Florida” se
dedicaban a la prosa y la poesía más refinadas que los de “Boedo”. Estos realistas
críticos, la mayoría de los cuales eran narradores, solían incluir en su lenguaje palabras y
62
expresiones populares que reflejaban nociones nuevas de la vida económico-social del
país.
A pesar de que muchos investigadores dicen que durante años se ha manifestado la una
enorme diferencia entre ambos grupos, los límites que los separaban eran bastante
ambiguos, de hecho muchos escritores que afirmaron pertenecer a uno de ellos,
posteriormente expresaron la opinión contraria, o simplemente sus obras manifestaron la
contradicción. Hasta el escritor y periodista español Ramón Gómez de la Sierra habló
del “Grupo de Floredo“, al referirse a todos los artistas pertenecientes a ambos
movimientos.
La situación en los años 50 del siglo XX ya no se caracteriza por tanta inmigración
como al principio del siglo, un hecho realmente importante en aquellos tiempos fue el
traslado masivo de los campesinos a las ciudades como el resultado del desarrollo
industrial rápido del país. El idioma de los ciudadanos de la capital cambia, el léxico
campesino penetra e n el de las ciudades, las palabras rurales siguen convirtiéndose en
comunes, por ejemplo, potrero (originalmente “sitio destinado a la cría de caballos”)
significa “terreno inculto y sin edificar, donde suelen jugar los muchachos”, pileta
(originalmente “sitio donde llevan al ganado para darle de beber”) significa “piscina” o
“pila de cocina o de lavar [monografias.com, consultada desde marzo hasta mayo 2016].
Durante la Segunda Guerra Mundial y los años después de la guerra la economía
capitalista se desarrolla mucho en Argentina, pero se agrava la crisis estructural del
sistema económico. El gobierno de Juan Domingo Perón que planteaba la necesidad de
un desarrollo industrial independiente y la plena incorporación de los trabajadores en el
sistema político de este sector, aunque, no pudo eliminar todas las contradicciones
sociales: intentando complacer la clase obrera, estaba bajo la presión de la burguesía
industrial. Así que, hablando de la democracia, el gobierno en realidad no paraba de
suprimir las libertades civiles.
Los escritores después de los finales de los años 60 yo no suelen unirse en grupos por
sus ideas estéticas. Ya podemos hablar más del desarrollo individual de los artistas
argentinos y de la mezcla de diferentes formas y modos de expresión creativa, hasta en
las obras de los mismos escritores. El idioma de la narración es típico argentino por su
sintaxis y su léxico. Esta unidad del vocabulario y la unidad estilística hacen pensar
sobre la aparición de la norma léxico-estilística en el idioma de los argentinos.
Desde el principio del siglo XX empieza a aparecer una opinión de que en el siglo
pasado (el XIX) existía demasiada popularización o incorporación de la lengua popular
en la literatura de América Latina. Los académicos intentan orientar a los argentinos
63
hacia “la lengua española unida” que se regía por la Academia Española. Los filólogos
publican muchos estudios cuyos objetivos son persuadir a la gente de que las diferencias
entre el español peninsular y español latino son insignificantes. Esta tendencia dirigida
hacia las normas de Madrid fue un obstáculo significante para la aparición de la norma
literaria nacional del país.
Por ejemplo, Amado Alonso, filólogo, lingüista y crítico español nacionalizado argentino
opina que los cambios en lenguas se produces por una parte por la inercia del espíritu de
las personas que no cuidan su lengua, pero por otra parte por la riqueza del espíritu de
las personas talentosas y de mucha iniciativa. En otras palabras, la pertenencia de
algunos elementos a la norma literaria de un idioma la tienen que decidir las personas de
los círculos de alta cultura, y dependiendo de estas decisiones, los latinoamericanismos
pueden difundirse por toda la “comunidad lingüística”. Aunque es bastante complicado
definir lo que el investigador llama “la minoría culta”, porque considera que “la lengua
de la mayoría de los profesionales, de los empleados, de los comerciantes y de sus
familias y hasta los profesores... no tiene suficiente calidad”; “un escritor-masa no ha
recibido la educación suficiente en su propia literatura escrita, así que su lengua oral es
un instrumento estropeado, inadecuado para la expresión más responsable y más
exigente de la actitud literaria” [A. Alonso. “El problema de la lengua en América”,
1935, p.16].
No nos olvidemos que Alonso nació en España y a pesar del hecho que conocía
perfectamente las realias del idioma latino, lo miraba desde el punto de vista español, así
que podríamos suponer que el papel de esta “minoría culta” de la que habla pertenece,
según él, a los filólogos que se identificaban con la norma madrileña. El investigador
consideraba necesario “purificar” la lengua y la literatura para poder tener influencia
sobre la “lengua general” (o sea, peninsular).
Hoy en día ya se ha aceptado la existencia de la norma nacional, también se quedaron en
el pasado los intentos de comprobar la posibilidad de la aparición de la lengua
independiente de Argentina que se manifestaban antes.
En general podemos decir que el siglo XX abunda en grandes escritores que
influenciaron la norma y la cultura latinoamericana y popularizaron la literatura
argentina en todo el mundo. Vamos a nombrar algunos importantes y dar breve
información sobre ellos.
Jorge Luis Borges (1899 – 1986) es considerado una de las figuras claves de la literatura
e n castellano del siglo XX. Cultivador de variados géneros, que a menudo fusionó
deliberadamente, Jorge Luis Borges ocupa un puesto excepcional en la historia de la
64
literatura por sus obras y sobre todo relatos breves. Recurriendo a inversiones y hasta a
tergiversaciones, Borges llevó la ficción al rango de fantasía filosófica y degradó la
metafísica y la teología a mera ficción. Lo fantástico en sus libros siempre se relaciona
con una alegoría mental, mediante una imaginación razonada muy cercana a la
metafísica. “Las obras”, “El Aleph” y “El Hacedor” constituyen sus tres colecciones de
relatos de mayor proyección. La fama de éste escritor es universal y se considera
maestro de la ficción contemporánea [www.taringa.net].
Julio Cortázar (1914 – 1984) es una de las grandes figuras literarias hispanoamericanas
del siglo XX. Como Borges, es un cultivador inteligente del cuento fantástico, los relatos
cortos de Cortázar se apartaron sin embargo de la alegoría metafísica para investigar los
enigmas de lo cotidiano, en una búsqueda de la autenticidad y del sentido profundo de lo
real que se encuentra siempre lejos de las creencias, patrones y rutinas establecidas. Su
espíritu renovador se manifiesta sobre todo en el estilo y en la subversión de los géneros
que se expresa en muchos de sus libros, de entre los cuales su novela más célebre
“Rayuela” (1963) que fue traducida en treinta idiomas diferentes [www.taringa.net].
Adolfo Bioy Casares (1914 – 1999) es uno de los más famosos autores de literatura
fantástica en Argentina. El mundo imaginario de su narrativa consiste en fantasías y
elementos inexplicables. La mayoría de sus historias tienen lugar en el ambiente
intelectual de Buenos Aires. Sus novelas más famosas son “La invención de Morel”, “El
sueño de los héroes”, “Dormir al sol” etc. Más adelante en mi trabajo hablaré de este
autor con más detalles y analizaré la lengua de algunas novelas.
Roberto Arlt (1900 – 1942) fue novelista, periodista, dramaturgo y cuentista argentino.
En sus relatos se describe con naturalismo y humor las bajezas y grandezas de
personajes inmersos en ambientes indolentes. De este modo describe la Argentina de los
recién llegados que intentan integrarse en el país y superar la desigualdad y la opresión.
Por este motivo sus obras abundan en el pesimismo existencial, la pérdida del sentido,
pero también la reflexión política y filosófica . Su manera de escribir es directa, está
alejada de la estética literaria de la élite del siglo XX, por esto su estilo muchas veces ha
sido caracterizado como “descuidado”. Muchos escritores argentinos, incluso Julio
Cortázar, lo consideraban su maestro. Algunas obras conocidas de Arlt son “Los siete
locos”, “El jorobadito”, “Luna roja” y “Noche terrible” [www.taringa.net].
Ernesto Sábato (1911 – 2011) fue un escritor, ensayista, físico y pintor. Siendo un físico
exitoso, después de recibir un doctorado empezó una carrera prometedora en París, en
un famoso laboratorio Curie, donde entabló amistades con pintores y escritores del
movimiento surrealista. Muy pronto se sintió decepcionado en la ciencia y se dedicó
completamente a la literatura. En sus tres célebres novelas, “El túnel”, “Sobre héroes y
65
tumbas” y “Abaddón del exterminador”, habla de la naturaleza humana, del
existencialismo y la pervivencia de la barbarie en la civilización moderna.
María Elena Walsh (1930 – 2011) fue una poeta, escritora, música, cantautora,
dramaturga y compositora. Es especialmente conocida por sus cuentos y canciones
infantiles, muchos de los cuales ya se han hecho clásicos, los saben de memoria muchos
argentinos nacidos en el siglo XX y hasta el XXI. Las obras de la poeta se usan en los
jardines de infancia y se hicieron dibujos animados. Los más famosos son “Manuelita la
tortuga”, “Tutú Marambá”, “El reino del revéz”, “El monoliso”.
Me gustaría también hablar de Joaquín Salvador Lavado (n.1932), mejor conocido como
Quino es un humorista gráfico y creador de historietas. El humor de Quino es
típicamente ácido, hasta cínico a veces, relacionado con frecuencia con la miseria y el
absurdo de la condición humana. Los mensajes para sus lectores tienen contenido social,
hablan de cruda realidad, al mismo tiempo les sacan una sonrisa por los chisten
abundantes. Su tira cómica “Mafalda” que fue publicada entre los años 1964 y 1973 es
sin duda su obra más renombrada, conocida por toda América Latina y muchos países de
Europa. Su protagonista, una niña de seis años (llamada Mafalda) se muestra preocupada
por la humanidad y la paz mundial, se rebela contra el mundo, lleno de injusticias,
gobernado por sus mayores. En Argentina y en otros países latinoamericanos se han
hecho muchos homenajes a la protagonista, como estatuas, placas en los edificios y
otros. Umberto Eco, quien escribió la introducción para la primera edición de “Mafalda”
en italiano, expresó la opinión de que es muy importante leer la tira para entender
Argentina.
66
Capítulo 4. Traducción de una variante nacional
4.1 El reto de traducir una variante nacional
La literatura es una de las mejores formas que existen para conocer el mundo sin viajar a
otros países. Gracias a los traductores literarios podemos acercarnos a la cultura y a las
tradiciones de pueblos y lugares remotos, incluso si nunca tenemos la oportunidad de
visitarlos, por esto el papel del traductor es tan importante.
Me gusta considerar la traducción como un acto de comunicación intercultural, aunque
muchas veces es insuficiente para poder transmitir un texto de una lengua a otra, de una
cultura a otra. Cuando se habla de traducción de una variante nacional, el trabajo del
traductor se complica, ya que cuesta más preservar el carácter único de las obras y
conservar el “colorido nacional” de ellas.
En este capítulo hablaré sobre las diferentes soluciones posibles a la traducción de los
dialectos o variantes nacionales. Se trata de ver las diferentes formas de enfrentarse a la
traducción de un texto con marcas dialectales, aproximaciones o pasos a dar para la
consecución satisfactoria de la traducción de la variación lingüística o una variante
nacional.
Teniendo en cuenta que una gran parte de la lengua nacional se encuentra ante todo en el
lenguaje oral, podemos suponer que no se puede transmitir completamente el mensaje
por los medios de la lengua escrita. Muchos investigadores llaman a este fenómeno “lo
intraducible”, referiéndose a ciertas peculiaridades que no se pueden transmitir con
facilidad.
“No existe intraducibilidad, como tampoco existirá la perfección traductológica,
en el sentido que nunca existirá una perfecta sintonía y una total identidad entre
un texto original y su traducción. Pero, es todavía posible realizar una
traducción digna, capaz de no penetrar sólo “las barreras de la incertidumbre”
que caracterizan a todo acto lingüístico” [G. Caprara. “Multilingüismo, variedades
dialectales y traducción”, 2009, p.95].
Aunque, los investigadores Sergey Vlajov y Sider Florin abordan el asunto con
optimismo y nos presentan como ejemplo las palabras de grandes escritores rusos:
“Gogol ofrecía alejarnos del original a propósito para terminar acercándonos más a él,
Tolstoy opinaba que no hace falta traducir las palabras y ni siquiera el sentido a veces,
debemos traducir las impresiones” [С. Влахов, С. Флорин. “Непереводимое в
переводе”, 1986, стр.5].
67
En el caso de un variante nacional o dialecto, el escritor plantea al traductor un gran
desafío, que ya no tiene tanto que ver con el conocimiento de las dos lenguas o la lengua
de escritura, sino más bien con el conocimiento de una cultura y un pueblo. El traductor
tiene que ser consciente de las variaciones geográficas y de las posibles connotaciones
sociales, ideológicas o políticas que pueden tener o querer insinuar. También debe tener
la intuición y la sensibilidad de captar el componente de identidad que supone la
variante nacional y encontrar su equivalencia cultural en otra sociedad, si se considera lo
suficientemente importante para conservarlo en el texto, y si no es así, intentar
reconstruirlo u omitirlo. Transmitiendo un texto a otro idioma, hay que saber cuándo se
cruza el límite entre la traducción y la creación.
Así, el primer paso para un traductor debe reconocer la variante nacional e identificar los
ejemplos con los que se encuentra y analizar el efecto que produce. Algunas veces, lo
único necesario para la traducción es entender si los ejemplos están o no están
estilísticamente marcados. Por ejemplo, en cuanto al vocabulario de una variante, puede
ser que sea suficiente la traducción neutral. Se refiere al léxico que siempre se usa y se
considera normativo, aunque no coincida con la lengua peninsular. El traductor debe
conocer muy bien la variante nacional y poder identificarlo para evitar ambigüedades. El
segundo paso, cuando nos encontramos con el léxico marcado (como dialecto o
fraseología), es interpretar qué función cumple en el texto para tomar la decisión de si
vamos a conservar el elemento, tratar de transmitir la noción o solamente traducir en un
lenguaje neutro.
Las unidades de la lengua original que demuestran más desviación con la norma
española son las que más “color nacional” transmiten; por esto un traductor debe tratar
hacer todo lo posible para reflejarlas. El traductor tiene la posibilidad de decidir cómo y
hasta qué punto reflejar la variante, dependiendo de la función literaria y el público al
cual se dirige, y tomar en cuenta si el uso pretendido es importante o no. En algunos
casos puede optar por usar el dialecto de la lengua de traducción, pero no siempre es lo
más aconsejable, ya que puede causar muchas preguntas y confusiones.
La investigadora Isabel Tello Fons define así el paper del traductor de obras literárias:
“El papel del traductor en su calidad de lector consiste, por tanto, en construir un
modelo del significado pretendido del original y en elaborar hipótesis acerca del
probable impacto en sus receptores pretendidos; mientras que en su calidad de
productor textual, el traductor, que opera en un entorno socio-cultural distinto, trata de
reproducir su interpretación de “significado del hablante” para alcanzar los efectos
pretendidos en los lectores pretendidos en el texto de llegada” [I. Tello Fons. “La
traducción del dialécto”, 2011, p.94].
68
Sin embargo, la transposición de una variedad lingüística de una lengua original a una
lengua meta no es una tarea fácil. El investigador Giovanni Campara en su estudio
destaca dos opciones que dependen de factores esencialmente extralingüísticos. Son los
siguientes:
La finalidad del uso de una variante así como la información adicional que
contenga, de otros elementos como género textual en el que se inscriba;
Información sobre el destinatario, la distancia entre la cultura de origen y la
cultura meta o los parámetros de aceptabilidad en ésta última [G. Campara.
“Multilingüísmo, variedades dialectáles y traducción”, 2009, p.2].
Para abordar la traducción de cualquier tipo de variación lingüística previamente hay
que situar el texto en su contexto histórico y sociocultural. Esta es la primera
consideración a la que debería llegar el traductor. Una estrategia que resulta
imprescindible, en primer lugar, es reconocer las variantes mismas de una lengua y, en
segundo lugar, realizar adecuadamente el análisis de la finalidad que persigue el autor
con el uso de dichas variantes no-estándar. Todo esto demuestra la importancia de la
competencia bicultural que tiene que poseer el traductor. Él, en su lugar, desarrolla el
papel de mediador intercultural e interlingüístico y habrá de observar las diferencias,
para proceder –en una segunda etapa de la operación del trasvase de una lengua a otra– a
encontrar la solución más satisfactoria que se adecue al tipo de texto, reflejando el
ambiente creado por el autor del texto original [G. Campara. “Multilingüísmo,
variedades dialectáles y traducción”, 2009, p.5].
Cuando aludimos al tema de la traducción de la variación lingüística, la ideal
equivalencia desaparece y priman más las condiciones externas de la lengua, lo que hace
obligatorio el enfoque macrolingüístico. Vamos a concentrarnos en las soluciones
posibles para la traducción de un texto marcado por un dialecto o una variación
lingüística.
Las técnicas principales suelen repetirse en diferentes autores y cambian según el
público al que va destinado el texto, los objetivos de la traducción y según el par de
lenguas involucrado. Vamos a apoyarnos en las técnicas de la investigadora catalana
Isabel Tello Fons que expone las opciones que cualquier traductor debería considerar:
Con marcas/sin marcas. La primera solución consiste en reproducir los rasgos
dialectales del texto original de forma total o parcial. Para lograrlo, se puede
intentar modificar el texto de la lengua meta en alguno de sus niveles: gramatical,
léxico, ortográfico. La segunda significa el uso de lengua estandar o neutralizada.
Con transgreción/sin transgración. La primera solución de este par podría incluir
69
las técnicas como la elisión de vocales o consonantes, la transcripción marcada u
otras estructuras no aceptadas normalmente por la lengua estandar. En el segundo
caso, se evitarían las soluciones que violen la norma lingüística, en vez de eso se
incluirían la informalidad o el estilo oral para expresar una determinada variación
lingüística.
Naturalidad/ convencionalidad. Aquí se trata de elegir un dialecto particular de la
lengua meta para la traducción o crear una configuración artificialde rasgos de
diversa índole que no recuerde a ningún otro dialecto existente en la cultura meta
[I. Tello Fons. “La traducción del dialecto”, 2011, p.104 – 105].
Todas las opciones listadas se utilizan en la traducción y tienen sus ventajas y
desventajas como comodidad, pero tambi'en suponen pérdida del impacto del texto
original. Cada traductor procura conservar el efecto original que el autor quiso
transmitir, pero sin crear una sensación de artificio, de falta de anclaje en la realidad
cultural del lector del texto traducido. De todas maneras, la solución final depende de
cada caso particular y es elegida por el traductor que siempre debe tener en cuenta que, a
pesar de pérdidas evidentes a las que nos exponemos, una pérdida parcial es preferible a
una total.
A continuación hablaré de las peculiaridades de diferentes soluciones de la traducción de
una variante nacional que describe Isabel Tello Fons en su libro “La traducción del
dialecto”.
4.2 Neutralización o traducción hacia la lengua estándar.
Este tipo de traducción es preferible cuando queremos facilitarle la comprensión al
lector. Es una manera de evitar que el resultado suene artificial o extraño, así que no
habrá dificultades para comprender el texto. Además, todo depende de la obra y en casos
particulares la forma de hablar de un personaje no es un rasgo importante de la situación.
A veces podría ser suficiente que el traductor añada una coletilla como “dijo con acento
argentino” en vez de intentar encontrar equivalentes dialectales en la lengua de la
traducción.
Pero, a pesar de las ventajas obvias, tenemos que mencionar que la elección de la lengua
estándar llevaría a los lectores a la ignorancia de una forma de hablar que, conocida o
no, es una aportación cultural siempre valiosa. Los lectores no son conscientes de esta
pérdida, porque desconocen lo que sucede en la obra original, pero la riqueza de la que
beneficiarían y las diversas connotaciones y matices que la traducción podría aportarles
sí condiciona su opinión final que tengan de la obra. El texto original puede tener
connotaciones importantes de carga social, política o satírica, y la falta de
70
correspondencias de estas connotaciones podría influenciar la calidad del dicho texto.
Algunos autores podrían justificar la traducción a la lengua estándar cuando toda la obra
está escrito en un dialecto o en un idioma muy marcado, ya que en este caso un variante
nacional funciona como lengua neutral para los hablantes de la misma (aunque, no para
los otros hispanohablantes), y por eso podrá ser traducida a cualquier otra lengua o
dialecto.
En algunos casos, el uso de un dialecto de la lengua meta es inaceptable, por ejemplo, el
dialecto porteño para compensar el Cockney de la versión original [Ejemplo de I.Tello
Fons. “La traducción del dialecto”, 2011]. Una forma marcada elegida por el traductor
puede resultar poco natural y causar problemas de comprensión para el lector.
Todos los países tienen sus formas de hablar y sus peculiaridades lingüísticas, así que no
es siempre posible transmitir cada detalle de la mejor manera y ciertas pérdidas son
inevitables. A pesar de ello, el traductor puede hacer todo lo posible para generar los
efectos deseados en los lectores y evitar pérdidas significantes.
4.3 La traducción coloquial
Reconociendo la variedad de la lengua, algunos traductores se aventuran a una solución
marcada que no ignore las peculiaridades de la obra original. Se trata de la introducción
de los rasgos que evidencien una lengua diferente al estándar, por ejemplo los elementos
coloquiales, con el objetivo de conseguir un texto aceptable. Esta informalidad es más
arriesgada que la traducción estándar y el traductor debe estar dispuesto a investigar la
estructura social de ambas comunidades lingüísticas.
La técnica puede ser justificada cuando aparece el discurso directo marcado de algunos
personajes. Estos rasgos caracterizan al personaje en el plano espacial y social, así que el
uso de una lengua hablada con elementos dialectales puede ser útil. El traductor puede
reproducir la sintaxis de la lengua hablada por encima del léxico porque ofrece más
posibilidades de explicar toda la información del texto original. Recurriendo a los
recursos sintácticos y gramaticales, podemos encontrar la solución, por ejemplo,
evitando estructuras complejas, diferenciamos el lenguaje representativo de las clases
bajas del lenguaje de las altas.
Isabel Tello Fons matiza diferentes tipos de dialecto que se pueden usar en el plano del
léxico: rural (se mantienen en la traducción los rasgos del dialecto geográfico),
coloquial (se mantienen los rasgos del dialecto social con un vocabulario que muestra
un alto nivel de informalidad), diminutiva (se mantiene el factor de la edad) y artificial
71
(recreación de un léxico inventado, utilizada en las novelas futuristas) [I. Tello Fons.
“La traducción del dialécto”, 2011, p.113].
Si la variedad de una lengua tiene carácter geográfico, hay que tener cuidado. No
siempre se puede aconsejar en este caso usar las variedades subestándar de la lengua
meta, porque puede producirse una pérdida de contenido, y este uso puede ser extraño
para los personajes cultos o situaciones formales. Usando estructuras más sencillas,
podemos reducir la riqueza léxica de la comunidad lingüística. Así que lo importante es
buscar una solución verosímil para los lectores meta y producir un lenguaje natural que
ayude a comprender que se trata de un dialectalismo, por ejemplo, reprocesando solo
una parte de las palabras del texto original, justamente las necesarias para percibir la
función que cumple el dialecto.
4.4 Violación de la norma lingüística
Aquí se trata de otra forma de traducir a una variante nacional o un dialecto que aparece
en la obra original. Partiendo de la norma lingüística de la lengua meta, se permite
transgredirla y modificarla acogiendo a incorrecciones en todos los niveles.
Muchas veces los marcadores que utilicemos en la traducción pueden ser vinculados a
algunas regiones donde se utilizan aquellas violaciones, lo que resultaría en
connotaciones incongruentes. Por ejemplo, la traducción a través de los recursos
fonéticos que el lector identifique con el origen que marca el texto (como la /l/ en vez de
la /r/ en el modo de hablar chino o los verbos en infinitivo) no siempre es aceptable, ya
que aquellos pueden ser unos clichés que provoquen asociaciones peyorativas
innecesarias que no tenía el texto original.
Sin dudas, el mayor reto es el de lograr unos rasgos subestándar acertados, pero tenemos
que intentar que estos no se confundan con las peculiaridades características de
dialectos, jergas y formas de hablar que ya existen. Falta del cuidado en estos casos
puede resultar no solo en una traducción poco creíble para el lector (al leer, por ejemplo,
a un personaje norteamericano que habla con acento canario), sino también en la
discriminación de un grupo determinado (creando asociaciones con unas clases sociales
bajas).
Entonces, el desafío para un traductor en este caso sería inventar un habla que
caracterice al personaje, o varios personajes y que demuestre su dialecto, evitando al
mismo tiempo el uso de estereotipos o clichés de la lengua que recuerden a dialectos
existentes. Se puede escoger la posibilidad de creación de una variante meta inventada
que puede tener mucho éxito, aunque complica la tarea del traductor con el riesgo de no
72
compensar unos resultados inciertos. No obstante, usando unos marcadores adecuados,
la traducción podría ganar en aceptación por el lector y en la calidad del texto.
4.5 La traducción dialectal
Aquí nos referimos a la decisión del traductor de buscar un dialecto en la lengua meta
que pueda servir como análogo al dialecto de la obra original. La estrategia tiene
bastante mala fama, pero hoy en día se sigue usando y es válida en algunos casos. Solo
análisis de cada caso particular puede determinar la viabilidad de la traducción dialectal.
Por ejemplo, nos parece más aceptable usar esta forma en traducción de una lengua
similar, de la misma familia que la lengua meta, sobre todo cuando los países tienen
cultura y costumbres parecidas (por ejemplo, traducción dialectal del italiano al catalán
sería más viable que la del italiano al inglés). Si no es el caso, corremos el riesgo de
causar malestar e incomprensión de los lectores-hablantes del dialecto de la lengua meta
al verse reflejados en la traducción. Entonces, se aconseja escoger, cuando es posible, un
dialecto cuyas connotaciones populares sean parecidas a las del dialecto del texto
original. La tarea no es fácil, ya que es complicado saber si el dialecto de la obra original
y el que se elige para la traducción tienen el mismo estatus en las dos culturas y
provocan las mismas asociaciones culturales entre los hablantes.
4.6 El uso del léxico de la obra original
La traducción parcial es una técnica que deja partes del dialecto del texto original
intactas en la traducción, es decir, en la lengua original. Esto dará el efecto exótico y
marcará la diferencia entre la forma de hablar de un personaje y la de otros. La técnica
se puede utilizar como medio para que “el color nacional” llegue a los lectores, les
permite conocer un más un lugar a partir de la lengua que leen.
Obviamente, tenemos que mencionar como defectos de éste método los efectos posibles
de poca credibilidad y el hecho de que este uso esté restringido a aquellos dialectos que
el público puede entender o sobreentender por el contexto. De nuevo, cuanto más
cercanas sean las comunidades lingüísticas involucradas, mayores serán posibilidades de
éxito.
4.7 Traducción de fraseologismos
Hablando de la traducción de una variante, tengo que mencionar la fraseología que en el
idioma de los argentinos es abundante, como ya espero haber demonstrado con los
ejemplos de los capítulos previos. El reto de traducir la fraseología es algo más que una
búsqueda consciente en el repertorio léxico de dos lenguas. Un buen traductor debe
73
hacer trabajo interpretativo con los textos del idioma original. Se trata de “plasmar la
interrelación existente entre el mensaje explícito, el implícito y el sobreentendido en el
texto origen (TO), una vez pasado por el tamiz del escopo específico en cada caso. El
texto meta (TM) resultante será un conglomerado de todo lo anterior” [G. Corpas
Pastor. “La creatividad fraseológica”, 2001, p.67].
Las dificultades que aparecen cuando nos enfrentamos con la fraseología consisten en la
importancia para los traductores de conocer bien el ámbito, el reconocimiento de la
unidad y la traducción misma que supone no solo la transmisión de la semántica, sino de
las funciones expresivas y estilísticas de la expresión. Nos parece que, cuando optamos
por el uso de un fraseologismo en la lengua meta, puede ser muy útil recurrir a los
manuales de equivalencia o sustitución que nos pueden traer buenas ideas. Uno de los
ejemplos es “El libro de traducción” del historiador literario ruso Nikolay Liubimov.
Entonces, el primer paso es reconocer el fraseologismo y luego – escoger el modo de
traducción más adecuado. S. Vlajov y S. Florin destacan los siguientes modos de
traducción:
La unidad fraseológica en la lengua origen tiene un equivalente de pleno valor en
la lengua meta. Este equivalente no depende del contexto y tiene el mismo
significado denotativo y connotativo. Opinamos que esto sucede normalmente en
las lenguas muy parecidas, de parentesco, y por esto no debemos temer perder el
“color nacional”, ya que es casi ausente.
La unidad fraseológica se traduce recurriendo a una frase similar de la lengua
meta. A veces es suficiente que la frase tenga significado igual en el contexto en
que estamos y no en todos los contextos posibles. Eligiendo unidad fraseológica
de la lengua meta siempre nos arriesgamos alejarnos del texto original y perder
una parte del significado.
Traducción no fraseológica. Se utiliza en caso en el que la unidad es muy
característica del idioma o del variante nacional y no tiene ningún análogo en la
lengua meta. De esta manera el traductor intenta transmitir por lo menos
significado de la frase a los lectores [С. Влахов, С. Флорин. “Непереводимое в
переводе”, 1986, стр.232].
Aunque, quisiera mencionar que los autores, ofreciendo las opciones citadas, destacan la
regla general: “Un fraseologismo se debe traducir con otro fraseologismo”. Esta regla
no puede ser absoluta, pero es algo que siempre deberíamos pretender alcanzar mientras
traducimos. Las excepciones son las unidades como proverbios, la traducción de las
cuales a veces no es razonable.
Creo que desarrollar la subcompetencia fraseológica del traductor debe convertirse en
74
uno de los objetivos prioritarios de su formación, especialmente en el caso del traductor
literario. No olvidemos que de él depende que a la recepción en la cultura meta llegue no
sólo lo inefable y lo característica en la cultura de origen, sino también lo compartido y
lo más idiosincrásico de dicha comunidad: esa complicidad que refuerza los lazos
sociales y la identidad de grupo mediante el uso del caudal fraseológico de una lengua.
Para terminar el capítulo, me gustaría citar al lingüista Giovanni Caprara que habla sobre
el papel de traductor y cuya opinión me parece muy cierta:
“Traducir debe ser una operación literaria antes y creativa después. En otras
palabras: traducir es una cuestión de sensibilidad. El instinto y la intuición del
traductor pueden ser sus mejores armas a la hora de traducir un texto literario
en el que destaque la componente dialectal. El traductor debe organizar con el
texto un juego hecho de razonamiento, de negociaciones que, a veces,
comporta pérdidas, pero, en otras ocasiones, puede producir enriquecimiento, como si
de una ley de compensación se tratara en la que el traductor y el texto establecen un
pacto de paz duradera ante la intraducibilidad de ciertas palabras y/o de expresiones
idiomáticas, insertando, por ejemplo, elementos léxicos nuevos en el texto, que quizás
consigan conferir al texto una sutil ironía o un coloquio más intimo con el lector. Es
inevitable, entonces, que el traductor establezca con el texto traducido una especie de
relación íntima, un texto re-creado que impone al traductor replasmar su texto término
sin perder nunca el paralelismo existente entre ambos textos” [G. Caprara.
“Multilingüismo, variedades dialectales y traducción”, 2009, p.95].
75
Capítulo 5. Parte práctica
5.1 Biografía de Adolfo Bioy Casares
Adolfo Bioy Casares fue uno de los grandes escritores argentinos contemporáneos,
amigo íntimo de Borges, con el que coescribió algunas obras. Entre sus libros figuran
varias novelas, como La invención de Morel o Plan de evasión, además de cuentos,
ensayos y libros policíacos. Nació en Buenos Aires, el 15 de septiembre 1914, en el
barrio de Ricoleta que está tradicionalmente habitado por familias de la clase social alta.
Desde muy joven demuestra interés por la literatura. Su familia cuenta con una gran
biblioteca que le sirve para acercarse a la literatura argentina y a los clásicos de la
literatura universal, incluso en sus versiones originales. Vivió siempre en Buenos Aires,
aunque a lo largo de su vida realizó numerosos viajes a países extranjeros. Uno de los
primeros fue en 1928 cuando tenía 14 años, por Egipto y Oriente Próximo.
Así comenta su primer intento a escribir en la entrevista con Juan Manuel Villalobos:
“Para ser escritor lo importante es la experiencia en la vida. Sin embargo yo mismo
contradigo lo que pienso, porque cuando tenía ocho años y no tenía ninguna
experiencia, comencé a escribir. Cuando una prima mía no se dejó tentar
por mis requiebros, yo sufrí mucho y lo primero que se me ocurrió fue
escribir un libro mostrando lo sensible que era mi corazón y así, desde los
ocho años, siempre he ido inventando libros hasta ahora” [J.M. Villalobos.
“Conversación con Adolfo Bioy Casares”, 1997, p.1].
Publicó su primer relato, Iris y Margarita cuando tenía ocho años. El mismo escritor
confiesa que el motivo por el cual la escribió fue el enamoramiento de su prima que no
le correspondía.
Empezó sus estudios universitarios en la Universidad de Buenos Aires, haciendo la
carrera en Derecho, después en Filosofía y Letras. Hablaba con fluidez varias lenguas
como inglés, francés (que empezó a aprender a los cuatro años de edad), alemán y,
naturalmente, castellano.
Alrededor del mismo tiempo (los años treinta) entra en un círculo de élite literaria de la
capital argentina, que solía juntarse en la casa de la escritora y traductora Victoria
Ocampo. En la casa de Victoria conoce a su hermana Silvina, otra escritora y pintora
conocida, con quien se casaría en 1940, y a Jorge Luís Borges, con quien entabla una
76
amistad personal y literaria de por vida, juntos posteriormente escriben muchas obras en
colaboración, utilizando varios seudónimos que adoptaron entre los dos: C.I. Lynch,
Benito Suárez Lynch y el más conocido de todos, Honorio Bustos Domecq (en el que se
usaron los apellidos de bisabuelos de los dos autores).
En los años de su juventud Bioy Casares ya publica varios libros, entre ellos son
“Prólogo”, “17 disparos contra lo porvenir”, “Caos”, “La nueva tormenta”, “La estatua
casera”, “Luís Greve”. Aunque el mismo escritor considera a toda su obra de aquel
período “horrible”. Así habla de esto en la entrevista con Mariano Cordona en 1990
(video de la entrevista en youtube, visto en marzo 2016):
“Durante mi juventud escribí libros pésimos. Desgraciadamente, llegué a publicarlos.
Siento que le debo al público una obra buena para justificar todos esos libros malos que
les hice leer.”
En una de sus entrevistas confiesa que en los años de juventud solía usar en sus obras las
historias que le venían en los sueños, pero más tarde se quedo decepcionado con los
resultados de aquellos experimentos y nunca más lo repitió. Según el autor, aquellos
fueron para él los años de aprendizaje.
Siguiendo los consejos de Borges y Silvina Ocampo, Bioy Casares deja la universidad y
se empieza a dedicar únicamente a la literatura. Su éxito llega muy pronto, cuando en
1940 se publicó su novela “La invención de Morel” que marca su madurez literaria. La
obra le trajo reconocimiento en toda América Latina y el Premio Municipal de Literatura
de la Ciudad de Buenos Aires.
Así comenta el éxito de su famoso libro:
“Me hace un poco de gracia y pienso que es un libro que ha tenido mucha suerte, tal
vez más de la que merece. Le debo haber sido traducido a muchas lenguas, porque
generalmente el primer libro mío que eligen para traducir en otros países es “La
invención de Morel” y después vienen otros.” [J.M. Villalobos. “Conversación con
Adolfo Bioy Casares”, 1997, p.3].
Quisiera mencionar que quería usar la novela “La invención de Morel” en mi
investigación, porque pensaba que, siendo una obra tan conocida, sería un material
interesante. Aunque los ejemplos que me servirían de la misma son muy escasos
comparado con las obras que terminé eligiendo. Esto se explica con el hecho de que la
novela no sucede en Argentina, ninguno de los personajes, salvo por el principal, es
argentino, y tiene muy poco diálogo.
Posteriormente es escritor publica numerosos cuentos y participa en varias revistas
77
literarias, como “Sur”. A pesar de haber escrito varias novelas, Bioy se considera a sí
mismo un cuentista:
“Soy un cuentista. Lo más importante para nosotros es el trama, el argumento. A mí se
me ocurren las historias, después las pueblo de personajes” [entrevista con Mariano
Cordona en youtube.com].
Muchas de sus obras fueron llevadas al cine y sus novelas y cuentos se tradujeron a
numerosas lenguas. Se le considera el maestro del cuento y de la literatura fantástica. La
impecable construcción de sus relatos y la claridad de su lenguaje son los rasgos más
característicos de su narrativa. Algunas de sus obras m á s conocidas son “Plan de
evasión” (1945), “El sueño de los héroes” (1954), “Dormir al sol” (1973), “La aventura
de un fotógrafo en La Plata” (1985), “Historias desaforadas” (1986).
Ganó algunos de los premios más importantes de las letras hispánicas: Gran Premio de
honor de la SADE, la membrecía a la Legión de Honor Francesa, el Premio Cervantes y
el Premio Internacional Alfonso Reyes, también fue nombrado ciudadano ilustre de
Buenos Aires.
Durante sus últimos años Adolfo Bioy Casares sigue escribiendo y dando muchas
entrevistas, sus cuentos ahora son más filosóficos y hablan del sentido de la vida, como
el relato “De las cosas maravillosas” que se publicó en 1999. Murió el mismo año y fue
sepultado en el cementerio de Recoleta en buenos Aires.
A continuación daré ejemplos de argentinismos en el lenguaje literario de Bioy Casares.
Para eso, quisiera señalar que la mayoría de relatos y novelas del autor (con excepción
de “La invención de Morel” y “Plan de invasión”) tienen su lugar en Buenos Aires o a
sus alrededores. Los personajes son argentinos, y preferentemente porteños. Por esto no
resulta extraño que el escritor utiliza ciertas peculiaridades del habla de esta gente para
transmitir el ambiente correspondiente a sus ficciones.
Con frecuencia, los libros de Adolfo Bioy Casares señalan rasgos propios del idioma de
los argentinos que están ubicados dentro de su contexto natural. Por otro lado, Bioy
nunca abusa del uso de un lenguaje “típico” argentino de ciertos grupos de argentinos,
salvo con el objetivo humorístico.
El mismo autor demuestra su interés por el variante del lenguaje de su país. En el año
1971 se publica el libro “Breve diccionario del argentino exquisito”, escrito por Javier
Miranda. Aunque muy pronto algunos lectores curiosos descubrieron que fue
simplemente un seudónimo tras el cual se escondió Adolfo Bioy Casares. Las razones
que da el autor de usar el nombre falso son timidez y también un poco el afán de juego o
78
traversura. El “Diccionario” contiene muchos elementos habituales para Bioy, entra
también en los terrenos propios de la normativa lingüística, el campo del que prefiere
mantenerse alejado. Lamentablemente, la obra no tuvo mucho éxito y pasó casi ignorada
por los seguidores de la narrativa del escritor.
Otro detalle curioso del “Breve diccionario del argentino exquisito” son algunas
definiciones donde Bioy Casares menciona nombres como Gervasio Montenegro, Tulio
Savastano, Reger Samaniego. Estos son personajes de las obras del autor. También,
varias citas provienen de otras supuestas obras de Javier Miranda.
Sin embargo, la segunda edición del diccionario que fue complementada, se publicó con
el nombre verdadero del autor. Contiene palabras y expresiones que presentan mucho
interés. La mayoría de aquellas, según Bioy Casares, fueron encontradas en
declaraciones de políticos y gobernantes.
79
5.2 Ejemplos de argentinismos en las obras de A. Bioy Casares
Primero observaremos unos ejemplos de argentinismos que he encontrado en dos libros
de Adolfo Bioy Casares. “La aventura de un fotógrafo en La Plata” (1985) es la última
novela del escritor que muchas veces se considera la alegoría de los desaparecidos
durante la dictadura militar que gobernó el país entre los años 1973 y 1986. Narra las
peripecias del joven fotógrafo Nicolasito Almanza durante su estancia en La Plata,
ciudad a la que acude en el cumplimiento de su primer encargo. La segunda es “Dormir
al sol” (1973), una novela fantástica sobre el relojero Lucio (Lucho) Bordenave que
decide internar a su mujer Diana en el Instituto Frenopático, y a partir de este momento
su vida cambia trayendo las aventuras más inesperadas.
No he conseguido encontrar las traducciones de estas novelas al ruso (puedo suponer
que la primera no ha sido traducida al ruso, aunque sé que existe la traducción de la
segunda, hecha por V. Símonov), pero a continuación voy a dar ejemplos de
argentinismos que he encontrado en las dos novelas. Están divididos en cuatro grupos:
vocabulario (el grupo más abundante, contiene palabras usadas en Argentina y también
las de América Latina en general), gramática (no presenta muchas particularidades,
aunque merece la pena mencionar algunas), fraseología (un grupo especialmente
interesante con muchas expresiones usadas en el país) y tradiciones ( las palabras que se
refieren a las costumbres típicas argentinas). Los dos últimos grupos podrían entrar en el
“vocabulario”, pero me parece razonable separarlos, porque tienen un valor especial. Las
dos novelas están divididas por capítulos, así que pondré sus números antes de los
ejemplos.
1) Vocabulario
La aventura de un fotógrafo en La Plata, 1985
1
Alrededor de las cinco, después de un viaje en ómnibus, Nicolasito Almanza llegó a La
Plata. (= autobús en España)
No contestó, por tener la mano derecha ocupada con la bolsa de la cámara, los lentes
(=las gafas en España) y demás accesorios, y la izquierda, con la valija (= la maleta en
España) de la ropa.
Porque hay que desconfiar de la gente pueblera, más que nada si uno deja ver su traza de
pajuerano – explicó el señor con gravedad. (de “pa juera”, pronunciación vulgar de
las palabras “para fuera”, significa “persona procedente de campo o de una pequeña
80
población que ignora costumbres de la ciudad”)
Yo quisiera saber por qué trajimos tantos bultos – protestó la rubia. (tantas cosas, tantas
maletas)
Se apuró (tuvo prisa) en asentir. Estaban frente a un café ( = cafetería) o bar cuyo
personal, en ropa de fajina, baldeaba y cepillaba el piso (= el suelo), entre mesas
apiladas. A regañadientes (con disgusto o repugnancia de hacer algo) les hicieron un
lugar y por último les trajeron les trajeron cinco cafés con leche, con pan y manteca (=
mantequilla) y medias lunas (= croissant).
De veras agradezco, pero ahora es imposible – afirmó. (la expresión se usa más en
América Latina, en España se suele decir “de verdad”) Tengo reservada una pieza en la
pensión donde para un amigo. (= habitación)
2
Acompañó a sus nuevos amigos hasta la pensión, que según se enteró después quedaba
en 2 y 54, y les llevó el numeroso equipaje a la pieza, en el piso alto, para lo que debió
subir y bajar varias veces la escalera. (= habitación en España)
¿Queda lejos el centro médico? - A la vuelta, a unas cuadras de aquí.
Sin pensar más, Almanza corrió a la calle. Contaba en voz alta las cuadras. (segmento
de una calle comprendido entre dos esquinas; lado de una manzana de casas)
3
Lombardo le pide que antes de irse tenga a bien subir un minuto a su pieza.
(=habitación en España)
Hará cosa de siete años, de la noche a la mañana, se fue de la casa de sus padres.
(=alrededor de en España)
Dijo don Juan que él siempre había sido franco y abierto para la gente que lo quería,
pero malo como el ají para los que le llevaban en contra. (= pimiento en España)
El recuerdo de la discusión de esa noche terrible tal vez fue demasiado doloroso para ese
viejo que salía de una descompostura. (estaba enfermo)
4
Tomamos el desayuno y cuando los acompañé a la pensión querían conseguirme una
pieza, para que me quedara con ellos. (= habitación)
81
El piso era de baldosas coloradas. (= rojas)
Eso sí, cuando le llegara la última paga (= sueldo), se mudaría allá (= allí, se suele usar
en Argentina) por unos días. Para pasarlos a cuerpo del rey (con toda comodidad).
¡La pieza! - Después de un silencio agregó en voz más baja. - : Con nuestra mataca
adentro. (una persona de un pueblo amerindio que habita en la región de Chaco, aquí
se refiere a una criada)
- Aymará, señora – protestó la muchacha. - Da lo mismo. (dicho de una persona de un
pueblo amerindio que habita la región del lago Titicaca)
Como en los grandes hoteles internacionales, no bien el pensionista sale, la mataca
entra, para limpiar y poner orden.
5
¿Qué pasa? Te noto, no sé como explicarme, apagado, triste. No me digas que la
perorata de la partona te amargó. - ¿Por qué iba a amargarme? (ponerse de mal humor)
Dijo las condiciones don Luciano: el boleto y chirolas al principio, con la promesa de
girar a La Plata, a su debido tiempo, una cantidad a convenir. (monedas, poco dinero)
6
Si alguien viene a conversar con nosotros, ni te acuerdes que soy policía. Este elemento
mira con malos ojos al chafe. (agente de policía, vigilante)
Es bastante colorado, si recuerdo bien. - Muy colorado y tiene cara de loco.
(=pelirrojo)
Es bajito y redondo. Parece un trompo. La única persona que he visto en con briches
(del inglés breeches: pantalones para montar a caballo que se usan con botas) y
polainas (especie de media calza que cubre pierna hasta la rodilla ) de cuero, en todo el
partido de Las Flores.
Si te parece (si te apetece, si quieres), nos damos una vueltita para que te muestre
lugares de interés. Comparado con más de uno, soy un platense (una persona de La
Plata) viejo.
7
¡Qué tipo importante! Llega a La Plata y ya lo andan buscando por teléfono. ¿Se puede
saber quién te llamó? (persona, informal)
82
Habló luego sin apuro, pronunciando cada palabra por separado. (sin prisa)
No se desanima fácilmente. Es muy buscavida, aunque no trabajador. (persona que
tiene habilidad para salir adelante en la vida)
8
¿Molesto? - preguntó un muchacho de campera, que se había acercado a la mesa.
(chaqueta de uso informal p deportivo)
El recién llegado arrimó una silla. Tenía piel rojiza, la nariz curva, los ojos chicos, los
brazos cortos.
Además, tenemos tradiciones chicas, de barrios y de amigos. (= pequeños)
10
¿Sabré poner el pañal? - Haga de cuenta que es un chipirá. - Nunca puse un chiripá.
(paño rectangular que se pasa entre los muslos y se sujeta a la cintura, lo llevaban los
gauchos en Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay)
Ahora mismo vos ganás la cama y seguís durmiendo – ordenó con enojo. (enfadado)
Le pedís que salga a dar una vuelta o que mire para el otro lado y chau. (y ya está, de
“chao” o “ciao” en italiano)
Muy pronto apareció la patrona con un chal colorado sobre los hombros, blanquísimos y
desnudos. (rojo)
16
Almanza refirió su desilusión de no ir al teatro, la noche anterior, y la sorpresa, hasta el
enojo, cuando supo que lo habían convocado para tenerlo de cuidador de las criaturas.
(= los niños)
Francamente, el que mucho anda con las mujeres, no te diré que se amaricona, pero al
primer descuido se convierte en lo que vulgarmente llamamos un tremendo pollerudo.
(hombre falto de carácter, chismoso, sometido a una mujer)
17
Por suerte me alcanza todavía la plata, para el correo. (el dinero)
Un enfermo depende de la bueno voluntad del prójimo. Es muy violento para mí tener
83
que jorobar su paciencia. (molestarle, irritarlo)
Aprovechando la oportunidad, la Julia (el artículo con un nombre propio es común en
el español de Argentina) le sacó a pasear a los chicos (los niños).
19
¿Te cuento lo que dice Gunter de toda esa familia? - Ya sé, que no es una familia. Que
son malandras. (delincuentes, ladrones)
22
Tal vez lo que vio le pareció penoso, por envolver a un padre y a su hija. Peor todavía: a
un padre anciano y a una hija que no era una criatura, sino una mujer. (una niña)
Al señor no le cuestan plata (dinero) las mujeres. ¿Te habrás vuelto medio agarrado
(tacaño)? Hay que elegir: agarrado o embustero (mentiroso).
Se metieron en el primer café (cafetería) que encontraron en la misma calle 43, frente al
Sindicato de Obreros.
Tengo que fotografiar el sindicato. - Es una tapera. (un edificio en muy mal estado, en
ruinas)
32
No se encontraba en las mejores condiciones para prolongar el plantón. (espera, estar
parado en un lugar durante mucho tiempo)
Pidieron puchero. Como siempre, o casi, era el plato del día. (guiso de varios
ingredientes)
Desde ya me comprometo a poner el hombro para que suelten a ese pobre farabute (una
persona torpe, un tonto). Si me dan calce (hacen caso) , ¿estamos de acuerdo?
¿Qué te dijeron los atorrantes? - Que mandaron el giro. Me han sacado un peso de
encima. (la gente sin vergüenza)
34
En un minuto me mudo. No me va a sacar con esta traza. Parezco una gitana. - Está
muy bien, señora, no hace falta que se mude. (cambiarse la ropa)
35
84
Ir a un hotel para conversar le parecía un despilfarro. Peor todavía en los tiempos de la
estrechez. (falta de dinero, una situación económica complicada)
De nuevo Almanza entrevió el movimiento en la pared. Doña Carmen (ojos con rímel,
labios como un corazón) desde su ventana le hacía ademanes con marcada insistencia.
(máscara de pestañas, anglicismo del nombre de la marca “Rimmel”)
36
La llevo, porque a la señora se le antoja, pero después llora, no pasa nada y tengo que
pagar la pieza, como un gil. (= gilipollas en España)
Cortados por la misma tijera, hermano. ¿Vos crees que somos dos infelices? (malvada,
mala persona, aquí tonto, sinónimo de gil)
44
Pero, che, ¿por quién me tomaste? (amigo, “tío” en España)
Muy despacio fue poniendo el mate en la mesita, incorporándose, dejando caer primero
el mantón y, tras desabrochar una larga hilera de botones, la pollera y la blusa. (= falda)
46
Lo que es vos, trasnochaste. ¿Hubo fandango con las diablitas? (aventura, alboroto,
desorden)
48
Solo vio la cabeza frisada, los renegridos arcos de las cejas, las mejillas en que se
adivinaba el espesor de cremas y polvos, el mentón con un prominente lunar, las
majestuosas curvas cubiertas por el liviano vestido verde y negro, las uñas rojas. (=
ligero)
No llegó nada. Me ilusioné con la idea de que habías olvidado a la chiruza del pueblo...
(mujer vulgar, criada provincial, se usa aquí en el sentido despectivo)
50
En cuanto salieron del café, lo tomó de las solapas del saco y levantándolo un poco
hacia él, le habló de tan cerca que sintió la respiración el la cara. (= chaqueta)
58
En la boletería, el empleado le dijo: - Estás en tu día, pibe. (un chico joven, amigo, se
usa para dirigirse a las personas de una manera informal)
85
Deme ese boleto, por favor. (billete de tren)
Hará cosa de minutos que se fueron para la cena. (alrededor de)
Le admiraba que esta mujer, con su aire de paisana, fuera tan brava. (valiente,
italianismo)
Dormir al sol, 1973
1
Estoy llegando ahora al día de mi casamiento con Diana. Me pregunto que pensó usted
al recibir la invitación. (= boda, la palabra “casamiento” se usa más en América
Latina)
En más de una oportunidad nos disgustamos con mi señora y una noche – me temo que
todo el pasaje haya oído el alboroto – con intención de irme en serio me largué hasta los
Incas, a espera el colectivo (el autobús), que por fortuna (por suerte) tardó y me dio
tiempo de recapacitar.
¿No sabés qué es el foco de los péndulos? - le dije. - Sí, che, pero es el Barrio Norte –
contestó pensativa. (chico, amigo, una forma muy común de dirigirse a las personas en
Argentina)
5
Sus pastelitos rellenos de choclo son justamente famosos en la intimidad y aun entre la
parentela. (= maíz)
Inútil aclarar que el chiquilín no sé movió para traer los botines de su abuelo. (niño)
10
El profesor Standle se levantó, mientras yo me apuraba en pagar, para no quedar
sentado, como un guarango, y creo que lo ayudé con el impermeable, lo que me resultó
de lo más trabajoso, pues mide el animal, por lo bajo, dos metros. ( persona torpe,
inculta, mal educada)
12
Estuve por decirle que ese trabajo no era para infelices (tontos, desgraciados), pero
quería sacármelo de encima, así que le prometí: - Voy a ser tu cliente si ahora te quedas
acá (en España se usa más “aquí”).
86
A mí siempre me admiró que la quinta produjera esos duraznos de tan buen aroma. (=
melocotones)
15
Yo me parezco a mami y Diana es el vivo retrato del viejo. (en Argentina se usan mucho
las palabras “el viejo” o “la vieja” para referirse al padre o a la madre)
Las personas que nos quieren tienen derecho a odiarnos de vez en cuando. Como si
llevarme por delante la hubiera alegrado, comentó: - No ganamos gran cosa, ¿no te
parece? (mucho, algo muy bueno)
18
No te reconozco – dije. - Bueno, che – protestó - , un día puedo estar medio alegre
(algo, en cierta medida).
21
¿Lo llamo? - No – dijo -. Yo me aguantaría. - Muy fácil, aguantarte. No es Elvira la
que está encerrada. (= esperar)
23
La furia por momentos la hacía aparecer descompuesta y hasta indecente, lo que me
desagradaba, porque era tan igual a Diana. (= enferma)
25
Te pregunto para el caso de que la yegua resulte perdedora. Pero está tranquilo, vas a
ganar una ponchada de pesos. (una cantidad apreciable o numerosa)
26
Para despabilarme chupé unos mates, porque si me descuidaba, en la cabeza volvía a
pasar, como la película, esa pesadilla de los médicos. (el verbo “chupar” en Argentina
muchas veces se usa en el significado “beber”, “tomar”)
28
¿Cuánto pide? - Cincuenta mil pesos – contestó. - Qué barbaridad. (mucho, hablando
de un cantidad grande)
30
Ceferina me previno que elle no iba a limpiar la suciedad de animal. - Para eso buscate
alguna chinita de las provincias – dijo, como si ella fuera inglesa. (mujer del pueblo,
mujer de gaucho, una mestiza, una campesina de capa social baja)
87
35
¿Así que a vos también te pusieron Diana? - le preguntó a la perra, mientras la
acariciaba -. Pobrecita, pobrecita. (la palabra “pobre” o “pobrecito” se usa muchas
veces en Argentina para referirse a alguien mono o adorable y no significa lástima)
42
Perdoná el desorden. Este patio es la pantomima acuática. Sin la señora en casa, el
hombre vive como un verdadero chancho. (= cerdo)
43
¿Cómo te imaginás que voy a permitir esa barbaridad (cosa horrible)? Preguntó: ¿Qué hay de malo? - ¿Cómo qué hay de malo? - repetí. Para lograr lo que propone es
muy zorra (mala mujer, prostituta). … Se lo dije claramente: - Yo, che, soy leal a mi
señora.
50
Cualquiera de ustedes, cuando se acuerde, fijense en mi saco, a ver si está la cédula. No
me gusta perder los documentos. (= chaqueta)
51
Vi que daba a un patio interior, triangular, con un cantero en el centro, con yuyos (malas
hierbas), que formaba un triángulo más chico (pequeño), bastante angosto (estrecho),
oscuro y triste.
52
Me llamo Paula. - Una tía mía se llamaba Paula. - ¿A vos te llaman Lucho? Si no hay
nadie, llamame Negra. (las palabras “negro” o “negra” se pueden usar como una
forma cariñosa para dirigirse a los amigos)
60
Aunque me agarren, no me quedo. (= captar)
A lo mejor usted piensa que soy un flojo: cerré los ojos, porque temí descomponerme y
me apoyé en el armario. (una persona débil, no valiente)
6. Gramática
La aventura de un fotógrafo en La Plata
4
88
No sabés todo lo que me pasó.
5
Si yo fuera vos, ordenaría ahora mismo las cosas y pondría con las mías tus maletas.
Yo estudio, oíme bien, yo estudio para pesquía, tira o detéctive, como más rabia te dé.
Para gente como vos y yo, esto es una ventaja.
¿Qué pasa? Te noto, no sé como explicarme, apagado, triste. No me digas que la
perorata de la partona te amargó. - ¿Por qué iba a amargarme? (el uso de pretérito
imperfecto en vez de condicional)
7
¿No sentís el aroma? - Almanza notó que lo había tuteado. (tutear en Argentina –
hablar de “vos”)
22
Si te cuento lo que me dijo este señor tan amable, te morís de risa. (en vez de “te
mueres”)
24
No estoy para derrochar. - Haceme caso. Yo pago.
Dormir al sol, 1973
1
Entonces no vengas con el cuento de que es por mí que te preocupás – me grita como si
fuera sordo-. Lo que yo siento, a vos te tiene sin cuidado. (el voseo)
15
De acuerdo. Sos muy justo. Pero vos también estarás de acuerdo que yo conozco a mi
familia.
21
Empezá ahora. - ¿Por qué mentís? - preguntó.
24
Si me apurás un poco, te digo que tampoco me voy a quejar si la Diana se pudre allá
dentro. (artículo determinativo antes del nombre propio)
89
25
En cuanto asomé al pasaje, me abordó Picardo. Hasta lo de Aldini habló sin parar. (“lo
de” en el significado “el lugar de”, “la casa de alguien”)
34
Con la mano derecha empuñaba el brazo de Diana, con la izquierda la valija, salíamos
del Instituto, volvíamos (el uso del pretérito imperfecto en vez del pretérito indefinido) a
casa, y yo me sabía (me sentía) el hombre más feliz del mundo.
53
Pero en lugar de escribir, que no es bueno para la salud, yo que vos (yo en tu lugar) me
rompía (imperfecto en vez de condicional) la cabeza buscando la manera de escapar.
55
No te enojés (imperativo negativo de vos). Le entregué tu carta a ese amigo suyo (el
pronombre posesivo detrás del sustantivo) en propias manos.
63
Te pido que hablés (presente de subjuntivo de vos) con el doctor Samaniego. No sabés
lo que me duele sentir que hay algo en mí que rechazás.
7. Fraseología
La aventura de un fotógrafo en La Plata, 1985
4
Eso sí, cuando le llegara la última paga (= sueldo), se mudaría allá por unos días. Para
pasarlos a cuerpo del rey (con toda comodidad).
Encontrar hospedaje en La Plata no es nada fácil. Las pensiones están, lo que se dice, al
tope. (llenas)
Ya terminé, señora – dijo la muchacha. Ágilmente recogió el balde y demás menesteres
de trabajo, mostró una amplia sonrisa que no alegraba sus ojos, saludó y se metió en la
otra habitación. - La tengo en la mira – explicó Mascardi, en un susurro. (vigilar
estrechamente a otro)
5
A lo mejor abrigo sueño de ser un personaje legendario, un Sherlock Holmes, un
90
Voncarlos, un Meneses, vaya uno a saber. (quién sabe)
Uno entra en la pensión y está a salvo. (seguro, fuera de peligro)
6
Los que te conocen, ¿por qué van a desconfiar? - Es gente muy quemada. (ha sido
engañada, y por esto no confía)
Te digo más: el sector estudiantil está infiltrado por espías de toda laya. (de todo tipo)
“No será para tanto – dijo el otro-.Qué le hace a un muchacho apretarse el cinturón por
unos días...” (ahorrar dinero, gastar poco)
7
El que viene de afuera, ande con ojo (que tenga cuidado). El malandra (delincuente,
ladrón) huele de lejos al que no es de la ciudad. Oíme bien.
12
Es una mujercita hecha y derecha y sabe todo mejor que yo. (grande, madura)
16
Qué me contás. El viejo te echó el ojo para yerno. (te eligió)
17
Mascardi habló por lo bajo: - Está acompañado. Flor de hembra. No por nada pintan la
suerte con una venda en los ojos. (una mujer muy atractiva)
Todo el mundo quiere a los estudiantes – dijo Laura. - De boca para afuera – replicó
Lemonier. (de una manera no sincera)
19
Mientras ustedes dos hablan de fotografía, voy de una corridita (voy rápido, corriendo)
hasta mi pieza, a buscar el informe que me pide el señor Lombardo.
No me guardes rencor ni te hagas demasiada mala sangre. (no te preocupes, no te
hagas problema)
20
Después se preguntó qué habría querido decir Gruter al mentar al diablo. ¿Que los
Lombardo eran de mala entraña? (mala gente)
91
24
No te abuses, muchacho. Tengo correa, soy bonachón, pero tengo correa, más que nada
para lonjear al que se pasa de vivo. Yo nunca perdono el que me toma por estúpido.
(intentar sacar provecho de cualquiera situación, sacar ventajas de cualquier forma,
significado negativo)
Para evitar mala sangre, la tuya y la mía, acepto tus explicaciones. (enfado,
preocupación)
¿Cómo por qué? Estabas dispuesto a ir conmigo hasta la propia boca del lobo. (ir
directo al peligro)
31
Sabía que te ibas a enojar. Sé, también, que tu suegro no es un trigo limpio. (persona de
buena confianza)
32
Mientras corría a la plaza Rocha, pensaba: “No tengo arreglo. Es como si quisiera darle
una excusa a ese viejo agarrado, para que no mande el giro”. ( vuelvo a cometer los
mismos errores)
35
Todavía me voy a ver obligado a reconocer que no sólo por el disgusto me apuro. Hace
un fresquete... (hace frío)
Hiciste lo que te conviene. Más de uno quiere agarrarte a balazos. (matarte)
36
Nunca adivinas con qué me salió la mataca (una criada). Que por favor no la moleste.
Me gustaría preguntarle qué se ha creído (quién piensa que es).
Por esta cruz que yo no le cuento a nadie, ni siquiera a mi amigo Nicolasito Almanza, un
traspié que me deje mal parado. (poner a alguien en una situación incómoda)
Hoy por hoy, si no me sacan de este recorrido, soy un platense hecho y derecho, o
empiezo a serlo. (de verdad, real)
44
¿Te corre apuro? - No, señor. (tienes prisa)
92
Estás perdonado – repitió don Juan-. La verdad que tengo los nervios a flor de piel. (en
el borde)
47
Evidentemente no quiero que por eso me compliquen la vida. Si el arma empleada es el
revolver sin numerar, lo pierdo en cualquier parte y que me echen un galgo. (que me
busquen, se dice cuando una persona huye y es difícil de encontrar)
53
Yo traigo otra. Nuestro amigo está de racha. Hoy le llegó la carta de Las Flores. Parece
increíble. (tener suerte, estar en un buen momento)
Mejor la gran cena. - Toda la vida. En la parrillada que te hice conocer. (absolutamente,
cierto)
Conversamos mientras dormías a pata suelta. (muy profundamente)
Dormir al sol, 1973
1
Quizás a usted le faltó ánimo para atajarme y explicar o quizá pensó que lo más
razonable para nosotros fuera resignarnos a una desavenencia tantas veces renovada ya
que se confundía con el destino. Porque en realidad la cuestión por la hija del
almanecero no fue la primera. Llovió sobre mojado. (un problema trae otro problema)
5
Adriana María, que había mostrado tanto apuro y ahogándose de risa me apuntaba con el
dedo y repetía “El pobre no da más”, emprendió no sé qué larga explicación ante
Ceferina, que miraba desde lo alto. (no aguantar más o estar muy cansado)
¿Qué me aconseja? ¿Que le eche a Ceferina? Guardando las distancias, yo haría de
cuenta que echo a la finada mi madre. ¿Que le pegue un grito? A mí no me gusta pasar
la vida gritando. (gritar a alguien, alzar la voz)
10
Si no comés, te vas a debilitar – protestó -. ¿Por qué dejas que el viejo ese te caliente la
cabeza? (te haga preocupar, te ponga nervioso)
17
La pobrecita está en manicomio. En un tono que me cayó bastante mal, replicó: - Dale
con la pobrecita. Otras no tienen la suerte de que les paguen un manicomio de lujo.
93
(dejalo, basta)
18
No, yo pago – repliqué – lo de Aldini y lo mío. Con entusiasmo comentó Picardo: - Ya
verás como el doctor los hace bailar en la cuerda floja. (de lunfardo: estar en una
situación difícil)
Yo, che, con alguien voy a quedar mal – comenté -. Ahora me voy a la cucha, porque
me caigo de sueño. (irse a dormir)
19
Las noticias, grosso modo, son buenas. Yo diría que su señora responde favorablemente
al tratamiento. (una expresión latina, en el texto está en cursivo, significa “más o
menos, aproximadamente”)
Retomé el camino de casa con el ánimo por el suelo. (estar de muy mal humor)
20
Me sentía mal, estaba tristísimo, pensaba en mi señora, que no veía hasta quién sabe
cuando y esa mujer, con esa facha, me decía disparates que no tenían la menor ilación.
(con este aspecto, con esta expresión)
21
Tengo que desarmar este reloj. -¡Qué pedazo de reloj! (algo muy bueno)
Me levanté y la llamé, con un dedo sobre los labios para indicarle que no hiciera ruido.
Vino en el acto. (enseguida)
23
Me dijo que no me decía nada más, para que no me pasara la noche llorando en las
polleras de la vieja. (quejarse)
Por un ratito me miró como si estuviera aturdida; después me preguntó muy
suavemente: -¿Sabés por qué este mundo no tiene arreglo? La aseguré que no sabía.
-Porque los sueños de uno son las pesadillas de otro. (está mal, dicho sobre personas
“seguir cometiendo los mismos errores”)
31
Esta mañana vi a Picardo. Estaba tan paquete y tan orgulloso que no me saludó.
Increíble. (una persona que muestra particular esmero en su arreglo, vestimenta)
94
33
En este momento, por casualidad, puedo ayudarte. Da miedo decirlo: la plata me llueve.
(tengo mucho dinero)
42
Ya te devolverían a Elvira. - Va para largo. - Yo también conocí una espera
interminable, pero un día me la devolvieron. (va a durar mucho tiempo, hay que esperar
mucho tiempo)
43
Recuerdo que Diana se arrimó, para decirme en voz baja: - Me voy a tomar una aspirina,
no doy más. (no aguanto más)
50
Esta gente no tiene arreglo, vive en otro mundo, haga cuenta que son marcianos. No
nos entienden porque sus costumbres no son las nuestras. (está perdida, está mal)
54
¿Me empujaba a la fuga, para que se sorprenderían in fraganti? Con algún trabajo
recapacité que yo na estaba detenido ni preso, que no pendía sobre mí una condena y
que un intento de fuga no era un crimen. (expresión del latín, en el texto está en cursivo,
significa “en el mismo instante”)
56
¿Será tan grande el cambio?, me pregunté. Aparentemente ella no lo nota. ¿No me habrá
calentado la cabeza la vieja, que es lo más caviloso que se puede pedir? (poner a
alguien nervioso, hacer preocupar)
8. Tradiciones
La aventura de un fotógrafo en La Plata, 1985
6
El salón estaba en desnivel, había que bajar dos escalones. Comieron puchero de falda.
(un guiso de carne)
7
¿Quiere un mate? - preguntó Gladys. - Gracias, no se moleste. (infusión de yerba mate
que se toma en Argentina)
95
16
A las ocho de la mañana los dos amigos bebían café con leche y comían felipes (dulce
de galletas y chocolate) y medias lunas (croissants).
17
Dos cafés con leche completos. - No. Para mí un mate cocido – dijo Lemonier. (infusión
de yerba mate para beber sin bombilla)
24
Le hacía la pregunta la señora del inspector de estaciones de servicio. Con ella mateaba
(tomaba mate) una muchacha, de ojos grandes y largas trenzas, relucientemente oscuras.
… No es molestia – dijo la señora y le pasó el mate.
Algunos dicen que tengo buena mano para cebar. (poner agua para el mate)
47
En una bandeja con guarda de flores azules, doña Carmen le ofrecía mate y bizcochitos
con azúcar quemada. (uno de los postres típicos)
53
Aunque descubrió que tenía hambre, Almanza comió con moderación: asado (corte de
carne para asar, comida típica argentina) de tira, duro desde luego, y pan. Mascardi
comió asado hasta cansarse, una enormidad de achuras, concluyó con dulce de
membrillo y queso y bebió vino tinto.
Mejor la gran cena. - Toda la vida. En la parrillada que te hice conocer. (asados a la
parrilla)
Dormir al sol, 1973
5
Otra tarde, cuando mateábamos, Diana le comentó a Ceferina: -Apuesto que ni se
acuerda.
10
¿Qué le pasa? -dijo, y me cebó un mate. Como si no entendiera, pregunté: -¿A quién?
45
Trabajosamente me alargó el mate. Medité mientras chupaba y después me atreví a
preguntar. (chupar = tomar)
96
5.3 Traducción de las particularidades en comparación con el texto original
Para dar ejemplos de las traducciones de palabras y expresiones típicas, elegí la novela
“El diario de guerra del cerdo”, la cuarta novela del autor, escrita en 1969 que habla de
las relaciones complicadas entre las generaciones. El protagonista es Isidro Vidal, un
jubilado que un día se despierta y descubre que los jóvenes han decidido comenzar a
atacar y a amenazar a los ancianos. Como la mayoría de las obras de Bioy Casares, la
acción sucede en un barrio de Buenos Aires, donde vive Isidro Vidal.
Tomé algunos ejemplos de argentinismos (divididos, como en la parte anterior, por
capítulos), esta vez los compararé con la traducción al ruso hecha por Eugenia Lysenko.
Marcaré las palabras o expresiones que representan particularidades de la variante
nacional argentina y su traducción en la versión rusa. En algunos casos haré comentarios
sobre la traducción elegida.
1
El miércoles 25 de junio resolvió concluir con tal situación. Iría al café, a jugar el
habitual partido del truco.
В среду, 25 июня, Видаль решил покончить с этим безобразием. Да, он пойдет в
кафе и сыграет, как обычно, партию в труко.
*La traductora usa el nombre original del juego típico, de esta manera el texto no
pierde el colorido nacional.
Hombre frío, egoista, apegado a su dinero, peligroso en los negocios y en la mesa del
truco, Rey irritaba a los otros por un defecto venial: en trance de comer, aunque fuera el
queso y el maní traídos con el fernet, sin disimulo se entregaba la impaciencia de la
gula.
Черствый эгоист, трясущийся над своими деньгами, опасный в делах и в картах,
Рей вызывал раздражение у друзей лишь одним небольшим недостатком: когда он
ел, будь то сыр или арахис, поданные с фернетом, он не скрывал своей
обжорливости.
*La traductora cambia la palabra “truco” por un simple “juego de cartas” - buena
solución para omitir la repetición innecesaria, además, ayuda al lector ruso entender
hasta cierto punto el sentido del juego argentino.
2
En calentador de querosén preparó unos mates, que despachó a la disparada, con dos o
tres mordiscos de pan de la víspera.
На керосинке Видаль приготовил мате, который выпил впопыхах, закусив
97
несколькими кусочками вчерашнего хлеба.
*El autor usa la palabra “mate” en plural (unos mates), pero se trata de la preparación
de una bebida que se vuelve a llenar de agua para tomar varias veces. Así que la
traducción en el singular es en este caso muy adecuada.
Sin amargura comentó: - Todavía es mediodía y ya bajaron la cortina. La gente que hoy
no quiere trabajar. Qué vidurria.
Полдень еще далеко, а они уже закрылись, – сказал он себе беззлобно. – Народ
нынче работать не любит. Ну и жизнь пошла!
* “Vidurria” o “vidorra” en Argentina significa “vida regalada”, “vida fácil”.
En el mismo lugar en que horas antes un hombre se había asesinado, un grupo de
chiquilines jugaba al fútbol.
На том самом месте, где несколько часов тому назад был убит простой рабочий
человек, кучка мальчишек играла в футбол.
Con increíble sangre fría, sin mover un músculo, esperó hasta recuperar el uso de la
palabra; entonces, en medio de la espectativa general, articuló la enumeración: - Seis
felipes, cuatro medias lunas y una tortita guaranga.
С невероятным хладнокровием и словно окаменевшим лицом он выждал, пока не
обретет снова дар речи, и тогда, под взглядами стоявших в очереди, перечислил: –
Шесть сдоб, четыре рогалика и булочку грубого помола.
*Aquí debo mencionar que existen diferencias en el sentido del texto original y la
traducción. Los“felipes” en Argentina son un postre hecho de galletas simples con un
relleno de chocolate. Muchas veces se hacen en casa porque son fáciles de preparar,
pero se venden también en panaderías. El significado no corresponde a la palabra rusa
“сдоба” (bollo, brioche). Lo mismo pasa con la “tortita guaranga” - un tipo de brioche
dulce con azúcar, que no es lo mismo que “булочка грубого помола” (pancito de
harina de cereales o harina integral). Los dos postres son típicos, así que en la variante
rusa perdemos esta parte del sentido.
Además, el gallego le había dicho la verdad: él y su hijo vivían de lo que éste ganaba (en
el colegio y por unos corretajes en farmacias) y no se acordaban pagar el alquiler hasta
que el gobierno se acordaba de pagar la pensión.
Кроме того, галисиец был прав: Видаль и его сын жили на то, что зарабатывал
сын в школе и как посредник в аптеках, а о плате за жилье вспоминали тогда, когда
правительство вспоминало о выплате пенсий.
* Como he mencionado anteriormente, “el gallego” para los argentinos simplemente
98
quiere decir “español”, o sea una persona de cualquiera parte de España. En ningún
momento en el libro se especifica que Rey (el personaje español de la novela) es de
Galicia, así que la traducción en este caso no es la más acertada.
Resueltemente aseguró Jimi con la mano derecha la tortita guaranga y con la izquierda
cubrió las medias lunas. Tras una leve irritación, Vidal se felicitó, porque esa factura,
comprada tal vez con el pueril afán de postergar la hora de la claudicación, determinaba
toda suerte de trastornos en su aparato digestivo.
Джими решительно схватил правой рукой булочку грубого помола, а левой
прикрыл рогалики. Видалю стало досадно, но лишь на миг – он тут же утешил
себя мыслью, что такие покупки, сделанные в некоем порыве ребяческого
желания отсрочить момент капитуляции, приводили обычно ко всяким
неприятностям для его пищеварения.
* Aquí quisiera comentar la palabra “factura” que en el español argentino significa
“brioche” o “bollo”, pero en la variante rusa se utiliza la palabra “такие покупки”
(l a s compras así) que no refleja el significado local, aunque no complica la
comprensión del lector.
Tras chupar el primer mate, lo que siempre era cortesía y en ese momento precaución,
Vidal preguntó a su amigo, mientras le cebaba: ...
Отсосав пенку мате – что всегда было знаком вежливости, а теперь стало
предосторожностью, – Видаль, наливая другу напиток, спросил: ...
* “Chupar mate” en Argentina simplemente quiere decir “tomar mate”. En el texto
original se trata del primer mate, el más amargo (que también se llama “el mate del
bobo”) que por cortesía se debe tomar por el dueño de la casa donde se juntan amigos.
La bebida a veces tiene espuma, muy poca, pero esta nunca se chupa.
5
Lo vieras a mi padre, como atendía a mis amigos. Dentro de la modestia de sus medios,
no sé si me entendés. Hasta obligaba a mamá, fritas ya las empanadas, a ponerse la
mejor ropa.
Ты бы посмотрел на моего отца, как он был внимателен к моим друзьям. Потому
что средства у нас были более чем скромные – не знаю, поймешь ли ты меня. Он
даже заставлял маму, когда испечет для гостей пироги, надевать самое лучшее
платье.
* El nombre de la comida típica y el modo de su preparación fueron cambiados por los
rusos (muy parecidos), de ésta manera el lector se concentra en el sentido de la oración
que en este caso no tiene mucho que ver con las realias nacionales, así que la pérdida
99
no es grave.
Ya se fueron. Isidorito no vino, porque tuvo que acompañarlos unas cuadras.
Исидорито не пришел за вами, потому что должен был их проводить.
* La palabra “unas cuadras” se omite, una decisión razonable para no complicar el
texto.
6
Vidal preguntó: - ¿Qué le hicieron a ese loco? - Bueno, che, no lo tome así – protestó
Bogliolo.
- Что же сделали с этим сумасшедшим? – спросил Видаль. - Бросьте, че, не
говорите таких слов, – возразил Больоло.
* Se usa el calco de la palabra “che” para transmitir el carácter nacional.
¿Cómo no va a estar ofendida? - convino Vidal. - Faber no tiene perdón. Pero tal vez el
infeliz no vea hasta qué punto es grotesco lo que está haciendo.
Ну конечно, вы оскорблены, – согласился Видаль. – Фаберу нет прощения. Но,
может быть, этот несчастный не понимает, насколько смехотворно его поведение.
* La palabra “infeliz” en Argentina muchas veces se usa en el sentido “tonto”,
“imbécil” y no “triste” o “no feliz”, y me parece que en la oración tenemos justo un
ejemplo de este significado.
7
¿No me vas a decir que no tenés un postre en el ropero? ¿Un budín? ¿Siquiera una barra
de chocolate? - Bueno, el chocolate de Isidorito. Te vas a caer como plomo.
Ну не будешь же ты меня уверять, что у тебя не припрятано кое-что в буфете на
десерт? Какая-нибудь запеканка? А может, плитка шоколада? - Да уж ладно, есть
шоколад Исидорито. Тебе это, правда, будет вредно.
* “Budín” tiene varios significados en diferentes países de América Latina. En
Argentina, cuando la gente dice “budín”, se refiere a un bizcocho, en el ruso se podría
traducir como “кекс”, pero no como “запеканка” (el postre de queso fresco cocido a
veces con pasas de uva que en Argentina no se suele comer).
¿Sigue el fresco, che?
На улице все так же холодно?
7
Si estás en contra de las charlas de fogón, todavía te van a confundir con los
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matusalenes.
Если ты против «Бесед у очага», тебя тут же зачислят в мафусаилы.
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La mitad de las chicas que andan por la calle están teñidas. ¿Lo notás? - Yo no – dijo
Dante. … Se nota cuando disimula. ¿Qué me dicen de estas negras teñidas de rubias? No me interesan las negras.
Половина девушек, которых встречаешь на улице, крашеные. Ты это замечаешь? –
Я – нет, – сказал Данте. - Бывает заметно, когда цвет уж очень отличается. Ну, вот
если брюнетки перекрашиваются в блондинок. – Брюнетки меня не интересуют.
* “Una negra” o “un negro” en Argentina se suele referir a las personas mestizas o las
que tienen rasgos indígenas y no simplemente a los que tienen el pelo oscuro.
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Hace una mañana muy linda. - afirmó Nestor, al entrar en la pieza de Vidal-. Hoy no da
ganas de quedarse en casa. ¿Querés ir con nosotros al fútbol? - No creo, che. Sigue el
frío.
Чудесное утро! – заявил Нестор, входя в комнату Видаля. – Неохота сегодня дома
сидеть. Не пойдешь ли с нами на футбол? – Пожалуй что нет, че. Холодно еще.
Voy a calentar agua para el mate – dijo.
Я вскипячу воду для мате, – сказал он.
* Como he mencionado anteriormente, el agua para el mate se calienta, pero nunca se
hierve, en este caso el mate se considera estropeado.
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Toda la semana meta chupar y mujeres; la víspera, preocupados, caen al gimnasio,
revientan del todo y en la hora de cotejo, juegan como sonámbulos.
Всю неделю пьянка и бабы, накануне игры прибегают впопыхах на стадион,
тренируются до упаду, а когда наступает состязание, играют как сомнамбулы.
* “Chupar” realmente se suele usar para decir “tomar alcohol”.
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¿Qué leías? - En Última Hora, el recuadro sobre “La guerra al cerdo”. - ¿”La guerra al
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cerdo”? - repitió Vidal. - Yo pregunto – dijo Arévalo - ¿por qué al cerdo? - Ese al me
parece incorrecto – opinó Rey. - No, hombre, - ptotestó Arévalo – Pregunto por qué
ponen cerdo. Este pueblo no es consciente de nada, ni siquiera en el uso de las palabras.
Siempre dijimos chancho.
Что ты читал? – В «Ультимаора» статью о «войне со свиньями». – Войне со
свиньями? – переспросил Видаль. – Вот и я спрашиваю, – сказал Аревало. –
Почему «со свиньями»? – И я не понимаю почему, – подхватил Рей. – Да нет, –
возразил Аревало. – Я спрашиваю, почему они пишут «со свиньями». У этих
шелкоперов нет никакой логики, даже в употреблении слов.
* Tenemos aquí un caso muy complicado para los traductores: se marca la diferencia en
el vocabulario entre el español de España y el de Argentina, además en este caso
particular se trata de la expresión usada como el nombre de la novela. Para la
traducción al ruso nos tenemos que recurrir a la sustitución (una solución más difícil,
pero no imposible, aunque, no nos ayuda a conservar el sentido original) o a la omisión
(la solución elegida por la traductora).
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Pues si yo fuera vos, andaría con pies de plomo.
Знаешь, будь я на твоем месте, я бы ох как остерегался.
* La traductora logra transmitir muy bien el sentido de la frase, usando lenguaje
informal.
La pucha – murmurió Vidal. - Me duele la cabeza. ¿Alquien tiene aspirina?
Фу ты, Господи! – пробормотал Видаль. – Голова болит. Есть у кого-нибудь
аспирин?
* Una expresión argentina se cambia por la rusa que se podría usar en una situación
semejante.
22
Che, che, che - susurró el de la cara en punta -. No miren. Traten de conversar, como si
nada.
Tc-c-c, – прошептал остролицый. – Не оглядывайтесь. Разговаривайте, будто
ничего не случилось.
¿Qué son? - preguntó Dante con inquietud. - Unos guarangos que no respetan la casa
mortuoria.
А кто они? – с тревогой спросил Данте. – Грубияны, которые не уважают дом в
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трауре.
* Significado ha sido transmitido bien con el uso de una palabra más neutral en el ruso.
24
Cerrás la puerta con la llave y chau – replicó Madelón.
А ты запри дверь на ключ, и конец! – возразила Маделон.
26
Era una señora hospitalaria. A su mesa, vuestra cocina criolla no resultaba indecorosa.
¡Qué pucheros! ¡Qué empanadas!
Гостеприимная была женщина. За ее столом ваша креольская кухня могла коечем похвалиться. Какие похлебки! Какие слоеные пироги!
* El personaje de la novela que está hablando, Rey, es español, y Adolfo Bioy Casares
lo muestra muy bien en su manera de hablar (vocabulario diferente, la ausencia del
voseo, el uso de la forma “vosotros”). Entonces, cuando dice “vuestra cocina criolla”,
se refiere simplemente a la comida argentina. Me parece que la palabra se podría
omitir, aunque, conservándola en la traducción al ruso la traductora agregó el carácter
nacional.
29
No, no te vayas. Tenemos pan, yerba, fruta seca y a lo mejor barra de chocolate. Pero la
barra de chocolate es de Isidorito y se va a enojar si la comemos.
Нет, не уходи. У нас есть хлеб, заварка, сухие фрукты, а может, найдется и плитка
шоколада. Только плитка шоколада – это для Исидорито, и, если мы ее съедим, он
рассердится.
* Yerba – ojas con las que se prepara el mate. Una persona rusa que lea la traducción
pensará en el té (una bebida muy común en Rusia), así que se pierde una parte del
colorido nacional.
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Bebieron vino tinto; comieron milanesas y papas. Cuando llegó el arroz con leche,
Nélida dijo: ...
Они выпили красного вина, поели отбивных с картофелем. Когда дело дошло до
риса с молоком, Нелида сказала: …
* “Arroz con leche” es un postre, lo que no está claro en la traducción. “Рисовый
пуддинг” o “рисовый десерт” podrían ser unas traducciones más exactas.
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¿Y está bien? - Está hecho un pibe. Mejor que nunca.
И он чувствует себя хорошо? – Превосходно. Будто стал мальчишкой. Лучше,
чем когда-либо.
41
Hacia el Retiro, en rápida expansión desde abajo, el cielo se volvía colorado.
В стороне Ретиро, быстро распространяясь снизу вверх, багровое зарево
окрасило небо.
* Retiro es un barrio en el este de la Ciudad de Buenos Aires (район Ретиро).
“Багровое зарево окрасило небо” es un ejemplo de buena traducción al ruso, esta vez
más expresiva que el texto original.
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Conclusiones
Al estudiar las particularidades de la variante nacional del español argentino y al
familiarizarme con las obras de Adolfo Bioy Casares, he observado las grandes
dificultades que puede traer traducción de l o s textos así en las obras literarias. La
variante nacional desempeña un papel importante, caracterizando personajes de las
novelas y su cultura. El autor utiliza mucha jerga para crear el ambiente coloquial y
relajado muy bien definido, por eso conservar su estilo es uno de los retos.
A lo largo de mi investigación he analizado tres novelas: “La aventura de un fotógrafo
en La Plata” (escrita en 1985, 201 páginas), “Dormir al sol” (escrita en 1973, 197
páginas) y “Diario de la guerra del cerdo” (escrita en 1969, 229 páginas). En las
primeras dos novelas busqué ejemplos de argentinismos que resultaron abundantes,
sobre todo en la parte léxica. Cité alrededor de 200 de ellos, el número general de los
que encontré es más grande, pero no los utilicé todos para evitar la repetición excesiva.
En cuanto a la tercera novela, “Diario de la guerra del cerdo”, comparé la versión
original con la traducción, hecha por Eugenia Lysenko (“Дневник войны со
свиньями”, перевод Е.М. Лысенко). El libro abunda en ejemplos de la variante
nacional argentina, pero cité solo 43, porque son los que me parecieron más interesantes
desde el punto de vista de la traducción.
Por una parte, la traductora de la obra “Diario de la guerra del cerdo”, Eugenia Lysenko,
usa varias técnicas y estrategias como omisión (¿Sigue el fresco, che? - На улице всё
так же холодно?; Isidorito no vino, porque tuvo que acompañarlos unas cuadras. Исидорито не пришел за вами, потому что должен был их проводить. ),
sustitución de argentinismos por unas realias rusas (¡Qué pucheros! ¡Qué empanadas! Какие похлёбки! Какие слоёные пироги!; Tenemos pan, yerba, fruta seca,... - У нас
хлеб, заварка, сухие фрукты,...), calco en algunos casos (Iría al café, a jugar el
habitual partido del truco. - Да, он пойдет в кафе и сыграет, как обычно, партию в
труко.; Bueno, che, no lo tome así. - Бросьте, че, не говорите таких слов). Algunas
veces no eligió usar los marcadores dialectales, sino optó por lenguaje neutral, hablado y
más coloquial (Pues si yo fuera vos, andaría con pies de plomo. - Знаешь, будь я на
твоем месте, я бы ох как остерегался.).
Por otra parte, en algunos casos se puede destacar el lenguaje de los personajes en la
versión rusa por hablar de la manera específicamente argentina (el uso de la palabra
“che”, las costumbres típicos). Una parte del carácter nacional se ha perdido, lo que es
inevitable en traducciones. Pero en general, tras nuestro análisis y exposición, es posible
considerar que la traducción ha sido un éxito, porque se ha prestado atención y se le ha
105
dado importancia a la variante nacional, se han buscado opciones adecuadas. La
traductora logró hacer entender al lector de la lengua meta la intención principal del
autor.
Como ya he mencionado en mis comentarios para los ejemplos de la parte práctica, no
siempre estoy de acuerdo con las opciones elegidas por la traductora, en algunas
situaciones es realmente importante conocer detalladamente las costumbres y las
peculiaridades del país para evitar errores en la traducción. Realmente, el texto original
t i e n e puntos difíciles para transmitir y hasta para entender si no conocemos
perfectamente la cultura y las costumbres; por esto a veces vale la pena hacer preguntas
a las personas del país de la obra para que nos aclaren las situaciones de ambigüedad (si
no es posible hacer una consulta al mismo autor, claro).
Creo que muchas veces se debe optar por traducir un dialecto parcialmente, ya que a
veces es lo más cerca a que uno puede llegar. Por este motivo opino que es cierto que no
se puede traducir todos los mensajes de una variente nacional en una obra literaria. Sin
embargo, estoy convencida de que es posible transmitir el sentido, el “colorido nacional”
único y hacer que se comprenda la intención principal del autor, hasta si esto significa
perder un sonido, una expresión, unas características e incluso unos rasgos culturales.
La identidad y la nacionalidad son temas importantes en la literatura, y es obvio que
existen algunos ejemplos que, en mi opinión, implican cierta pérdida de sentido y de
fuerza, pero esto no significa que ya no vale la pena sentarnos a leer una traducción. El
mensaje principal puede ser transferido de diversas maneras que nos ayuden a conseguir
una traducción exitosa.
Al final de mi investigación me quedo con la idea de que no se puede traducir
perfectamente una obra y aun menos una variante nacional, porque nunca se logra
producir exactamente el mismo efecto que da el texto original. Cada lengua, cada
dialecto o variante nacional tiene su historia, política y cultura particular y por
consiguiente, su propia idiosincrasia. Esto se refleja en la lengua y no se deja trasladar
de cualquier manera. Por esto, opino que el resultado de una traducción siempre es una
obra nueva, por muy fiel al original que sea, en otra lengua, con otras connotaciones,
valores y opiniones, un texto traducido siempre llega a tener su propia alma.
106
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